Esta semana, el hacha del carrasco cayó sobre más tres infelices de la guerra a las drogas en Arabia Saudita.

¿Estamos a punto de ver el “Plan México”? Actualmente, los gobiernos estadounidense y mexicano están negociando lo que puede ser un paquete asistencial antidroga de varios cientos de millones de dólares para ayudar a ese país en su lucha contra las organizaciones ricas y violentas del narcotráfico.

En 2003, el entonces primer ministro tailandés, Thaksin Shinawatra, prometió eliminar las drogas en su país. No lo hizo, pero su policía logró eliminar a 2.500 “sospechosos” de delitos de drogas ejecutándolos sin juicio. Ahora que Thaksin ha sido derrocado, las investigaciones sobre los asesinatos en masa se están poniendo en marcha.

En 2005, Kansas aprobó una ley que exigía que las agencias de la ley informaran las denuncias de discriminación racial, pero cerca de un tercio de las agencias está obedeciendo.

Era la redada más grande de heroína en la historia de California, pero, gracias a las fuerzas de seguridad demasiado fervorosas, las acusaciones han sido desestimadas.

Ahora, las <em>smartshops</em> que venden hongos psilocibios abundan en Holanda, pero tal vez no por mucho tiempo. Motivada por un puñado de incidentes infelices, una medida para prohibir el hongo fantástico está bajo consideración del gobierno.

Las acusaciones se amontonan contra dos ex jefes de policía virginianos, un agente de la DEA Cleveland tiene que dar explicaciones, así como un técnico de laboratorio de pericia criminal de Houston que no siguió los procedimientos y no quería pasar por un examen toxicológico.

Un proyecto que define la adicción como enfermedad cerebral está tramitando en el Congreso. Los profesionales del tratamiento químico y los defensores de la rehabilitación lo alaban. También hay los escépticos.

Una serie de artículos recientes en el San Francisco Chronicle resaltó el problema de las jeringas contaminadas en el Golden Gate Park, pero parecía echarle la culpa a los cambios de jeringas por el problema. Los expertos discuerdan.

Los proibicionistas son aficionados a referirse a la marihuana como “embuste” – un “embuste cruel” cuando se entusiasman. Pero llamarla embuste es el verdadero embuste y lo sabemos porque los pacientes de carne y hueso paran escribiéndonos.