Un proyecto de ley presentado por el senador Joe Biden (D-DE) que definirÃa la adicción como enfermedad cerebral está tramitando en el Senado. Profesionales del tratamiento quÃmico, cientÃficos destacados y defensores de la rehabilitación lo ven como algo bueno. Sin embargo, hay algunos escépticos.
âLa adicción es una enfermedad neurobiológica â no una opción de estilo de vida â y ya es hora de que empecemos a tratarla de esa maneraâ, dijo el senador Biden en una declaración cuando presentó este proyecto esta primavera. âDebemos dar el ejemplo y cambiar los nombres de nuestros institutos federales de investigación para reflejar esta realidad con precisión. Al cambiar la manera por la cual hablamos de la adicción, cambiamos la forma por la cual la gente piensa en la adicción, ambos los cuales son pasos cruciales para superar el estigma social asociado frecuentemente con la dolencia. Este proyecto es un paso pequeño, pero importante, hacia la eliminación del estigma social que rodea el tratamiento de las enfermedades de la adicciónâ, dijo el senador Biden.
La medida está consiguiendo apoyo bipartisano. Fue aprobada por el comité de Sanidad, Educación, Trabajo y Pensiones (HELP, sigla en inglés) del Senado en junio con el respaldo del senador Mike Enzi (R-WY), el presidente de la bancada minoritaria. âLa ciencia nos muestra que la adicción al alcohol o a cualquier otra droga es una enfermedadâ, dijo Enzi en una declaración por ocasión de la votación. âAunque la decisión inicial de consumir drogas sea una opción, llega una época en que el consumo seguido prende el interruptor de la adicción en el cerebro. Esa época puede variar por depender de factores que van de la genética y del ambiente al tipo de la droga y a la frecuencia del consumo. En razon de eso y de los estereotipos y desafÃos seguidos que con frecuencia son barreras para las personas que sufren de drogodependencia y buscan tratamiento, tengo orgullo de apoyar esta legislación. Pese a que los nombres de los Institutos cambien, su misión â impedir y tratar la adicción a las drogas y al alcohol â seguirá siendo la mismaâ.
Los polÃticos están siguiendo el consejo de investigadores neurológicos liderados por cientÃficos del NIDA quienes han estado trabajando durante años para encontrar el eslabón mágico entre el cerebro y el consumo de drogas compulsivo. La Dr. Nora Volkow, actual directora del NIDA, ha estado a la cabeza de la carga y Biden y Enzi pueden haber estado leyendo sus informes.
âLa drogadicción es un enfermedad cerebralâ, dijo Volkow en un tÃpico comunicado de noticias del NIDA. âPese a que el consumo de drogas inicial pueda ser voluntario, una vez que la adicción se desarrolla este control queda considerablemente trastornado. Estudios de imágenes han mostrado anormalidades especÃficas en los cerebros de algunos, pero no todos, individuos adictos. Aunque los avances cientÃficos en la comprensión de la adicción hayan sucedido con una velocidad sin precedentes en los últimos años, permanecen las preguntas sin respuestas que resaltan la necesidad de más investigaciones para definir mejor los procesos neurobiológicos involucrados en la adicciónâ.
Previsiblemente, las comunidades del tratamiento y de la rehabilitación, ansiosas por un cambio de ambiente social que dé más apoyo y castigue menos a los adictos, apoyaron la legislación. âReconocer la adicción es el próximo paso hacia delanteâ, dijo Daniel Guarnera, coordinador de relaciones gubernamentales de la NAADAC -- The Association for Addiction Professionals. âEl NIDA y sus cientÃficos han demostrado abrumadoramente que la adicción no es un rasgo conductual, sino que es causada por cambios fisiológicos en el cuerpo que hacen que la gente quiera consumir sustancias adictivas. Este proyecto también permite que la terminologÃa alcance la cienciaâ.
Pese a que el proyecto no sea nada más que un pronunciamiento congresal y un nuevo bautismo de dos institutos, aún es un paso importante, dijo Guarnera. âSÃ, es simbólico, pero ese simbolismo es sumamente importante, porque el texto debe reflejar el conocimiento médico y ello ha demostrado que el abuso quÃmico es un fenómeno fÃsicoâ.
âAprobamos este proyecto por completoâ, dijo Pat Taylor, directora ejecutiva de Faces and Voices of Recovery, una coalición partidaria del tratamiento y del restablecimiento. âCreo que la idea de rebautizar las agencias es estupenda. La gente que sufre de problemas con las drogas y el alcohol puede recuperarse y sà se recupera de la adicción. Llamarlos âusuarios abusivosâ sólo los estigmatizaâ.
Taylor y su organización están apoyando el proyecto activamente, dijo. âHemos mandado cartas de aprobación del proyectoâ, dijo âLas personas culpan a otras por sus problemas con las drogas y el alcohol, entonces esta cuestión es importante para la comunidad del restablecimiento. Necesitamos repensar la manera por la cual conversamos sobre estoâ.
¿ La adicción es una enfermedad cerebral de veras? Algunos investigadores creen que eso es demasiado sencillo. Scott Lilienfeld, profesor de sicologÃa en la Universidad de Emory, le dijo a ABC News esta semana lo siguiente: âLo que yo hallo preocupante en la retórica respecto de la enfermedad cerebral es que ha sido grosera y demasiadamente simplificada, ha reducido un problema increÃblemente complejo a la explicación que no es necesariamente la más importante. Es posible aprehender un problema psicológico en muchos niveles. La explicación de bajo nivel se refiere a las moléculas en el cerebro. Hay otros niveles, incluso el de los rasgos de personalidad y humores de la gente, el de los padres de la gente, el ambiente. Un nivel superior a éste es el de la comunidadâ.
âCada nivel revela algo útilâ, prosiguió Lilienfeld. âLa enfermedad cerebral es sólo un nivel entre muchos y ni siquiera es el más útil. Insinuar que es el único nivel de explicación es contraproducenteâ.
Algunos inconformistas van más allá. âNo, la adicción no es una enfermedad del cerebroâ, dijo el Dr. Jeffrey Schaler, psicólogo y profesor en el Departamento de Justicia, Derecho y Sociedad en la American University en Washington, DC, y autor de "The Myth of Addictionâ [El mito de la adicción]. âEnfermedades son lesiones fÃsicas, anormalidades celulares. La adicción es un comportamiento, algo que una persona hace. Enfermedades son algo que una persona tieneâ, discutió.
âNo se puede curar de gana una enfermedad realâ, prosiguió Schaler. âPero la gente vive cambiando de gana comportamientos que no le gustaâ.
Otros creen que el propio concepto de adicción es demasiado impreciso. âNo hay ninguna concepción clara de lo que la gente quiere decir con a palabra âadicciónâ y hay varios trabajos sobre este concepto insatisfactorioâ, dijo el profesor John Davies, director del Centro de SicologÃa Social Aplicada en la Universidad de Strathclyde en Escocia, otro crÃtico destacado del modelo âla adicción es una enfermedad cerebralâ. âConsumir drogas y âadicciónâ no son sinónimosâ, prosiguió Davies, observando que muchos âusuarios de drogas por diversiónâ se vuelven âadictosâ en cuanto terminan en la Justicia.
âPor supuesto, la gente puede meterse y sà se mete en un lÃo terrible cuando no logra administrar su vicio con eficienciaâ, reconoce Davies. âPero examine los datos. El consumo de drogas perjudicial tiene mucha relación con la clase social, en tanto que el consumo de drogas por sà mismo tiene menos. La gente desiste de la presunta âenfermedadâ cuando sus vidas cambian, cuando se consiguen una nueva pareja, un nuevo empleo, una mudanza de casaâ.
âLa cruzada del senador Biden es parte de una lucha polÃtica de décadas para aislar vicios en drogas en los usuarios y oscurecer los factores sociales e históricos que, al fin, subyacen los supuestos problemas de las drogasâ, dijo Richard De Grandpre, autor de "The Cult of Pharmacology: How America Became The World's Most Troubled Drug Culture" [El culto de la farmacologÃa: Cómo los EE.UU. se volvieron la cultura de drogas más problemática del mundo] (vide reseña la próxima semana aquÃ), citando el caso de los ex combatientes de la guerra de Vietnam que se viciaron en opiáceos, pero quienes, en su mayorÃa, perdieron el vicio rápidamente tras regresar a casa.
âEstos ex combatientes consumÃan crónicamente y eran considerados adictos. ¿Qué pasó con sus vicios?â preguntó De Grandpre. âLa epidemia temida no se materializó porque los factores sociales que sustentaban el consumo de heroÃna en Vietnam habÃan casi desaparecido tras el regresoâ.
Davies cree que el rótulo adicción tiene consecuencias perniciosas para los usuarios problemáticos también. âEmpeora mucho las cosasâ, dijo. Ello hace creer a la gente que las raÃces de su comportamiento están más allá de su poder de control, lo que es la última cosa que se necesita cuando se está intentando hacer que alguien cambie su comportamientoâ.
Cómo los reformadores de las polÃticas de drogas (p. ej., los que, sobre todo, están interesados en relajar las polÃticas prohibicionistas de drogas) deben responder al proyecto Biden? Retóricamente, tanto el modelo de la âenfermedadâ como el de la âopciónâ han sido utilizados varias veces para justificar polÃticas durÃsimas â el primero para los vendedores de drogas, quienes en su mayorÃa no son ni capos ni monstruos que buscan viciar a los niños en sus artÃculos, pero que son acusados como tales en el tribunal de la opinión pública â el segundo para los usuarios problemáticos o aun los consumidores en general, porque deberÃan parar de una vez ya que es una opción.
âTengo una tendencia a pensar que cambios terminológicos que reduzcan la leña echada al fuego de la discusión sobre las drogas van a ayudar más que perjudicar nuestra causaâ, dijo David Borden, director ejecutivo de Stop the Drug War (DRCNet, la editora de este informativo). âTérminos como âEnfermedades de la Adicciónâ abarcan menos impacto verbal o retórico que algunos más cortos, como âAbuso QuÃmicoâ, y son menos útiles para fines de propaganda polÃtica. Si los nombres de las agencias cambian, la terminologÃa emitida por las agencias también tendrá que cambiar, por lo menos un tanto, y eso será útil â para los polÃticos, será más difÃcil concentrar su retórica en declaraciones sin sentido como âtodo uso es abusoâ, si âabusoâ ya no es el término escogido y aprobado por el gobierno en la discusiónâ.
âSin embargo, son preocupaciones polÃticasâ, señaló Borden. âSi âenfermedadâ es un término cientÃficamente impreciso por describir el conjunto de condiciones conocido por lo común como âadicciónâ â y me parece que probablemente lo es -, entonces el Congreso y el NIDA no deberÃan estar usando el término para ese fin. Me sentirÃa más a gusto con el proyecto si utilizara un texto ligeramente diferenteâ. Pero, él cree que, probablemente, es un saldo positivo. âCreo que el mensaje obvio del cambio terminológico serÃa decir que las personas que sufren de problemas con las drogas no son criminales de veras y eso es buenoâ.
âAdemás, si la adicción no es una enfermedad, obviamente aún hay alguna dolencia que algunas personas tienen, fÃsicas para algunas de ellas por lo menos, que les dificulta hacer opciones más favorablesâ, añadió Borden. âSino no creo que habrÃa miles de personas corriendo el riesgo de ser arrestadas o de sufrir sobredosis por inyectarse heroÃna diariamente ni millones haciendo sabidamente lo que hacen consigo mismos al fumar cigarrillos. Entonces, no sé si la imprecisión en el término escogido para la discusión es un problema muy grandeâ.
Schaler no está de acuerdo. âLos reformadores de las polÃticas de drogas juegan el juego del estado terapéutico cuando apoyan la idea de que la drogadicción es una enfermedad tratableâ, dijo. âEso quiere decir que los médicos, en lugar de los agentes antidrogas solamente, tienen más poder sobre la genteâ.
En principio, ni el decreto congresal ni las inquietudes de los terapeutas acerca de la idea correcta a ser pasada a los pacientes ni las preocupaciones de los partidarios por lo que resultará por fin en polÃticas mejores deberÃan quedar en segundo lugar en este debate â fundamentalmente, la cuestión es cientÃfica y filosófica. Como el Congreso sujeta las riendas financieras para el grueso de la investigación sobre las adicciones en este paÃs, sin embargo, ahora sus opciones pueden afectar de hecho la terminologÃa que será usada en el futuro durante algún tiempo. Y, de hecho, ella puede causar un impacto de maneras que van más allá de sus propósitos iniciales.
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