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Editorial: ¿Por qué personas que el gobierno dice que no existen paran escribiéndome?

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David Borden, Director Ejecutivo

David Borden
Uno de los mantras en el movimiento prohibicionista es la afirmación de que “la marihuana medicinal es un embuste”. La llaman “un embuste cruel” cuando se sienten especialmente inflamados o amenazados.

Nosotros en el movimiento reformador de las políticas de drogas nos quedamos perplejos frecuentemente con esto. Al fin, nosotros conocemos, de veras, pacientes de marihuana medicinal – sí, pacientes de marihuana medicinal de carne y hueso. Interactuamos con ellos en conferencias. Los ayudamos con las protestas. Algunos de nosotros hacen presión con ellos en el Congreso o en las asambleas. Sus familiares son nuestros amigos y colegas también.

El mes pasado, durante las últimas labores en torno de la enmienda Hinchey-Rohrabacher sobre la marihuana medicinal, muchas personas preocupadas por la cuestión nos mandaron correos y algunas de ellas eran pacientes. He publicado algunos de sus comentarios en nuestra bitácora, pero creo que merecen ser reimpresos aquí:

“He tenido esclerosis múltiple y trastornos convulsivos durante 13 años. Intenté valerme de la legalidad y sólo me enfermé más y más, hasta llegar al punto de quedarme en la cama el día entero. Luego, experimenté la marihuana y, para mí, ¡es una droga milagrosa! No me coloco con la marihuana, me ayuda a relajar mis músculos y elimina los espasmos. Ni hablar de que es la única manera por la cual siento apetito de comer algo. ¿Cómo alguien me puede decir: para ti no hay marihuana medicinal?

“Hace seis años, fui literalmente abatida por la fibromialgia. Simplemente me desperté y no lograba abandonar el lecho. Me arrastraba en vez de caminar durante gran parte del tiempo, ya que era menos doloroso. Mi esposo tuvo que ponerme en el váter, bañarme, cocinar, etc., porque yo no era de ninguna valía para nadie, inclusive para mí misma. Tampoco sentía apetito. Perdí 9 kilogramos en semanas, convirtiéndome en una cincuentona frágil de 45kg. Mi esposo creía que tal vez la marihuana pudiera ayudarme en mi apetito, entonces se fue a ‘conseguirla’ para mí. No sólo restauró mi apetito, también eliminó muchos dolores. Me enoja pensar que los dos podíamos haber sido arrestados. ¡¿Cuándo va a despertar este país?!

“Tuve que regresar a un estado que no permite el consumo medicinal de marihuana – antes, vivía en el estado de Maine, que lo autorizaba – y es muy difícil encontrar alivio para mis dolores ahora. Mi médico ha doblado mis medicaciones y no obtengo el control de los dolores que conseguía con mitad de los estupefacientes más el fumo. Espero que algún día el gobierno pare de demonizar una herramienta muy útil y permita que obtengamos alivio de veras sin el abuso de la droga”.

¿Por qué esas personas que el gobierno afirma inexistir paran escribiéndome? Se acabó el “embuste” – embuste es llamarlo de embuste. Otro argumento particularmente equívoco que escuchamos de los proibicionistas es el de que “hay remedios mejores” que la marihuana para las enfermedades tratadas por la gente con ella. Aun si eso fuera verdad (generalmente, como afirman), la idea de que hay remedios mejores contiene implícitamente dentro de ella la implicación de que la marihuana es por lo menos un remedio – y, por lo tanto, no es un embuste.

Pero el argumento posee defectos fundamentales. La medicina es una cuestión individual. El mejor medicamento para mí, para una dolencia determinada, puede no ser el mejor para usted, aun si padece de la misma enfermedad y viceversa. Sin lugar a dudas, algunos remedios se destacan por tener un historial superior a los demás – indudablemente, algunos se destacan por sus puntos negativos también y puede ser que existan enfermedades para las cuales una opción de remedio es realmente lo mejor en todos los niveles. Pero, en general, eso no sucede – la idea de que hay un medicamento mejor para todos los pacientes es falsa y ser lo “mejor” no es el padrón en vigor para la aprobación de una droga en cuanto remedio. El padrón dice que la droga debe tener un beneficio medicinal y ser ingerida con un grado suficiente de seguridad. Aquellos que discuten que hay remedios mejores que la marihuana están aplicando una doble moral que no tiene mucho sentido.

Entonces, ¿quién está cometiendo el embuste? (Pista: Yo no.)

Permission to Reprint: This content is licensed under a modified Creative Commons Attribution license. Content of a purely educational nature in Drug War Chronicle appear courtesy of DRCNet Foundation, unless otherwise noted.

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