Hace dos semanas, informamos la lucha por la Medida B [Measure B] en la Comarca de Mendocino de California. En aquel momento, 10 dÃas después que los votantes acudieron a las urnas para dar su aporte sobre el intento de deshacer la innovadora Medida G [Measure G], la cual permitió que cualquiera cultivara hasta 25 plantas de marihuana, la Medida B lideraba por una margen de 52% a 48%, pero más de un tercio de los votos no habÃa sido contado.
Bueno, lo han sido, y los resultados son los mismos: la Medida B fue aprobada por los votantes por una margen de 52% a 48%. Ahora, si se declara la medida constitucional â lo que es dudoso a causa de un reciente fallo de un tribunal de apelaciones californiano - , apenas pacientes y cuidadores que se valen de la marihuana medicinal pueden cultivar y solamente seis plantas por paciente.
Con todo, los opositores de la Medida B reivindicaron una âvictoria moralâ, como expresó Dale Gieringer de la NORML California en un comunicado de prensa. âLa margen final fue tan reñida que los opositores habrÃan ganado una elección general, donde la comparecencia es más grande, más joven y con mayores tendencias liberales. Los defensores de la marihuana pretenden regresar a la comarca con propuestas más viables para regular legalmente el sector comarcal de la marihuanaâ, escribió Gieringer.
Aguijoneada en parte por la oposición cultural a la marihuana, en parte por recelos por cuestiones de criminalidad y calidad de vida relacionadas con el cultivo de marihuana de $500 millones al año de la comarca (una cifra subestimada) y en parte por quejas de que los empleadores locales no podÃan encontrar trabajadores porque ganaban más dinero en el comercio de marihuana, se esperaba que la iniciativa ganara convincentemente. La medida fue sometida a votación por el Concejo de Supervisores con el apoyo de los concejales municipales de Willits y Ukiah, del fiscal, del principal periódico y de los grandes medios de la comarca y de los intereses desarrollistas locales molestos con la dificultad de pagar sueldos competitivos.
âTodo estaba en contra de nosotros desde el principioâ, dijo Laura Hamburg, directora de campaña de No on B. Pero la campaña de No on B logró plantear dudas importantes sobre si la Medida B causarÃa algún impacto sobre los grandes cultivos comerciales que avivaron gran parte de la inquietud, lo que convirtió la elección en una carrera.
Espere una rápida impugnación jurÃdica de la Medida B de parte de la comunidad activista de Mendocino, que ya ha prometido regresar a los votantes con nuevas medidas que visen tasar y regular la producción y ventas de marihuana allá.
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