El gobierno holandés llevará a cabo una revisión de su polÃtica de 30 años de tolerancia pragmática del consumo, de la tenencia y de las ventas â pese a que aún sean ilegales â de marihuana, informó la Dutch News la semana pasada. Ab Klink, el ministro demócrata cristiano de Sanidad, estuvo de acuerdo en realizar el examen a instancias de parlamentarios preocupados que la fácil oferta de la hierba esté resultando en aumentos de la toxicomanÃa entre los jóvenes.
Pese a que los PaÃses Bajos se hayan vuelto famosos por su abordaje tolerante a las drogas blandas y otros vicios, como la prostitución, el gobierno demócrata cristiano conservador ha estado intentando cambiar totalmente la situación. Ha reducido el número de cafés que venden marihuana, particularmente cerca de escuelas, y estudia varias medidas para limitar el âturismo de drogasâ, incluso tomar las huellas dactilares a los clientes extranjeros de las cafeterÃas.
Esta semana, la ciudad de Mastrique fracasó en un intento de reubicar algunos de sus cafés en regiones en las afueras de la ciudad. Todos los dÃas, cerca de mil extranjeros, sobre todo vecinos alemanes y belgas, visitan la ciudad para comprar marihuana y ella habÃa esperado reducir el embotellamiento en su centro haciendo mudar a algunas de las tiendas a las âesquinas de los cafésâ en los alrededores municipales.
Pero el martes un juez decidió que la ciudad no habÃa presentado fundamentos suficientes para conceder permisos para las nuevas cafeterÃas. Se dio el fallo después que los concejos municipales vecinos se quejaron de que la acción de Mastrique simplemente dislocarÃa los problemas del congestionamiento y de la criminalidad relacionada en su dirección.
Con todo, de acuerdo con informes compilados por Expatica, un servicio de noticias holandés en lengua inglesa, Mastrique siguió sin inmutarse. En respuesta a la decisión, el alcalde ya ha puesto âportocabinsâ cerca de los nuevos lugares.
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