La semana pasada, el gobierno federal conservador de Canadá presentó una ley â el proyecto C-26 - que crearÃa sentencias obligatorias de prisión para delitos de tráfico y producción de drogas, inclusive el cultivo de marihuana. La acción marca la firme adopción de polÃticas de lucha contra las drogas a la estadounidense de parte del gobierno del primer ministro Steven Harper y es parte de un paquete general de leyes âduras con la criminalidadâ. Aunque la medida cuente con bastante apoyo entre las bases culturalmente conservadoras de Harper y la comunidad de la ley, también ha provocado muchÃsima oposición, y las tentativas de tramitarlo por el parlamento seguramente resultarán en una batalla campal.
Pero, el proyecto de Harper sobre la droga va a avanzar â o no â dentro del contexto de un gobierno minoritario capaz de ejercer la amenaza de cualquier convocación prematura de elecciones contra un Partido Liberal oposicionista que no cree estar a la altura del desafÃo en el presente momento. Porque el gobierno Harper es minoritario, ello va a necesitar el apoyo de algunos miembros de la oposición para ser aprobado y hay que ver si los liberales querrán hacer de las sentencias más duras para infractores de la legislación antidroga un punto litigioso.
Aunque la parlamentaria Libby Davies (Vancouver Este), crÃtica de las polÃticas de drogas del Nuevo Partido Democrático (NDP, por la sigla en inglés), ya haya denunciado la medida, ni los liberales ni el Bloque Quebequense han emitido declaraciones sobre eso. Ninguno de los partidos tampoco habÃa contestado las solicitaciones de comentario hechas por la Crónica al cierre de la edición.
âLos productores y traficantes de drogas que amenazan la seguridad de nuestras comunidades deben enfrentar penas más durasâ, dijo Rob Nicholson, el ministro de Justicia, en una declaración que anunciaba la legislación. âPor esto nuestro gobierno está tomando las providencias para imponer penas de prisión para los delitos de drogas graves que involucren el crimen organizado, la violencia o a los jóvenesâ.
De acuerdo con el ministro de Justicia, la legislación enmendará la ley sobre las drogas de Canadá, la Ley de Drogas y Sustancias Controladas [Controlled Drugs and Substances Act], para incluir las siguientes sentencias mÃnimas obligatorias y demás penas incrementadas:
- Una sentencia obligatoria de un año de prisión será impuesta por traficar drogas como la marihuana cuando llevado a cabo para fines del crimen organizado o cuando involucra un arma o se emplea violencia;
- Una sentencia obligatoria de dos años de prisión será impuesta por traficar drogas como la cocaÃna, la heroÃna o las metanfetaminas a jóvenes o por traficarlas cerca de una escuela o de un área frecuentada normalmente por jóvenes;
- Una sentencia obligatoria de dos años será impuesta por la infracción de dirigir un gran cultivo de marihuana de por lo menos 500 plantas;
- La pena máxima para la producción de cannabis aumentarÃa de 7 para 14 años de prisión; y
- Penas más duras serán presentadas para traficar GHB y flunitrazepam (más conocidas como drogas de violación durante cita).
âLas drogas son peligrosas y destructivas, sin embargo vemos a jóvenes canadienses siendo expuestos a ellas y consumiéndolas tan jóvenes y cultivos y laboratorios de drogas apareciendo en nuestras áreas residencialesâ, dijo el ministro Nicholson. âAl introducir estos cambios, nuestro mensaje es claro: si vendes o produces drogas â vas pagarlo con una pena de prisiónâ.
De acuerdo con una rueda de prensa del Ministerio de Justicia sobre la legislación, los delitos de tráfico de marihuana que involucran por lo menos tres kilogramos de hierba estarÃan sujetos a condenas mÃnimas obligatorias de un o dos años si hay âfactores agravantesâ. Para merecer una sentencia mÃnima obligatoria de un año, la infracción tendrÃa que ser âpara el beneficio del crimen organizadoâ, involucrar el empleo o la amenaza de fuerza o violencia o estar comprometido con alguien condenado por un delito parecido dentro de los últimos 10 años. Factores agravantes que pueden granjear una condena mÃnima obligatoria de dos años incluyen traficar en prisión, en o cerca de un colegio o âcerca de un área frecuentada normalmente por jóvenesâ, en concierto con un joven o vender a un joven.
La propuesta de ley también incluye sentencias mÃnimas obligatorias para cualquier delito de cultivo de marihuana â si âla infracción es cometida con el propósito de traficarâ. Para hasta 200 plantas, es una pena obligatoria de seis meses de prisión; para 201-500 plantas, es un año de cárcel; y para más de 500 plantas, es una mÃnima obligatoria de dos años. Las penas aumentan para nueve, 18 y 36 meses respectivamente si hay âfactores de salud y seguridadâ involucrados. Ellos incluyen la utilización de propiedad ajena para cometer el delito, crear un posible riesgo a la salud o a la seguridad para niños, crear un posible riesgo a la seguridad pública en áreas residenciales o tender trampas.
â¿Con qué rapidez podemos retroceder?â preguntó Eugene Oscapella, abogado, profesor de criminologÃa en la Universidad de Ottawa y director de la Canadian Foundation for Drug Policy. âEl gobierno está tambaleando de error en error respecto a las cuestiones de las polÃticas de drogas. La Corte Suprema canadiense desestimó una pena mÃnima obligatoria de siete años para la importación de estupefacientes y ahora este gobierno está intentando inmiscuirse y establecer mÃnimas obligatorias que van a dar con el escrutinio constitucional. No se debe hacerlo en términos de polÃticas de drogas sensiblesâ, dijo.
La ley puede tener consecuencias involuntarias si es aprobada, dijo Oscapella. âIncrementar las penas de siete para 14 años por cultivar cannabis puede asustar a los pequeños cultivadores y dejar el campo abierto para el crimen organizado. Este proyecto actúa como escoba para barrer a los pequeños y ¿quién va a llenar esa laguna?â
âEste proyecto va a dejar a George W. Bush muy contentoâ, dijo Davies del NDP. âÃl sabrá que por lo menos Stephen Harper está siguiendo su ejemplo. El proyecto tiene todos los sellos desagradables de la sedicente âguerra a las drogasâ que ha estado bramando en los Estados Unidos durante aproximadamente 40 años. Como en los EE.UU., la retórica y el sesgo de este proyecto juegan con los temores de los pasadores de drogas, especialmente respecto a los jóvenes, visto que promete ponerse duro con los traficantes y pasadores y proteger a nuestros niños en y alrededor de las dependencias escolaresâ.
Qué lástima que no vaya a funcionar, dijo Davies. âEl único problema es que, como la historia y la realidad nos muestran, esta dependencia torpe de la represión legal no es apenas un fracaso; es un fracaso colosal, económica, social y culturalmente. La imposición de la ley respecto a las drogas visa normalmente a pequeños traficantes y usuarios e irónicamente refuerza el monopolio del crimen organizado y de los capos del narcotráfico, quienes o escapan de la represión o están en la mejor posición para negociar acuerdosâ.
La ley tampoco estaba siendo felicitada por la comunidad canábica de Canadá. âAunque sea retratada como equilibrada en los temas de conversación del gobierno, esta ley es todo menos esoâ, dijo Tim Meehan de la Patients Against Ignorance and Discrimination on Cannabis, una organización defensora de la marihuana medicinal recién formada y ubicada en Ontario. âDiferentemente de la indulgencia de hecho que los canadienses reciben delante de los tribunales si tienen un jardÃn chiquito, en este proyecto no hay exención para el cultivo personal â aun una planta va a granjear seis meses, lo que es efectivamente nueve meses a menos que se esté cultivando en la propia casa, en una región rural y a kilómetros de escuelas o aun de un parque en que los niños pasan el tiempoâ.
âEllos definen crimen organizado como por lo menos tres personas trabajando para el beneficio de por lo menos unaâ, señaló Marc Emery, editor de la revista Cannabis Culture, quizá el defensor más conocido de la marihuana de Canadá. âEso quiere decir que si cultivas una planta y me das un poco a mà y yo la vendo a alguien, somos crimen organizado ahora. Si cultivas unas cuantas para la venta, recibes una mÃnima obligatoria de nueve meses y te quitan a tus hijos. Van a necesitar una nueva prisión en Columbia Británica todos los años si esto es aprobadoâ.
Emery también predijo otras consecuencias involuntarias. âEl precio va a subir después de un año de la aprobación y eso va a hacer que importemos la hierba de los EE.UU. por primera vezâ, profetizó.
Pero, por supuesto, el proyecto de ley sà tiene sus simpatizantes, no sólo entre las bases conservadoras, sino también entre las poderosas organizaciones de la ley. âApoyamos la legislaciónâ, dijo Barry MacKnight, el jefe de la PolicÃa de Fredericton en Nuevo Brunswick y director de la Asociación Canadiense de los Jefes de PolicÃa. âNuestra opinión en general es la de que debe haber un abordaje equilibrado al problema de la droga y las sentencias mÃnimas obligatorias son solamente parte de eso. Un abordaje judicial muy agresivo hacia los traficantes y fabricantes de drogas tiene coherencia con nuestros objetivosâ, dijo. âEsto no tiene miras al joven que fuma un porro atrás de un edificioâ.
Aunque tales palabras puedan tener la intención de tranquilizar a tipos como Meehan y Emery, la nación canábica de Canadá no deberÃa confundir la conducta del jefe con la tolerancia. âCuando se trata de la marihuana, nuestro mensaje es claroâ, dijo MacKnight. âEl jurado se ha pronunciado: La marihuana es una droga nociva. Claramente, estamos concentrados en las drogas más nocivas, pero no se puede aislar la marihuana de este debate. Cuando se trata de la producción y del tráfico, la marihuana es parte de la subcultura de las drogasâ.
Aun el guerrillero Emery está convocando una serie de manifestaciones por todo el paÃs afuera de las oficinas de los parlamentarios el 17 de noviembre. âHay 308 oficinas parlamentarias y planeamos tener a por lo menos una docena de personas afuera de cada una de ellas usando uniformes de prisión y sujetando carteles que dicen: âÃste es tu hijo con las nuevas leyes conservadoras contra la drogaââ, dijo. âNo se fumará marihuana en estos eventos â se trata de polÃtica, no de desafÃo â y también vamos a tener personas de traje distribuyendo información. El objetivo es concienciar al parlamentario y al público. Estamos comunicando a todos que le digan a su parlamentario que lo paralice, o mejor aún, lo revoque â legalizar la marihuana y acabar con la prohibiciónâ.
Mientras que Emery lleva la lucha a la calle, los demás van a pasear por los vestÃbulos en tanto que buscan bloquear el proyecto. Hace mucho que la Red JurÃdica Canadiense sobre el VIH/SIDA se ha opuesto a la condenación mÃnima obligatoria, aun publicando un informativo de 2006 detallando sus objeciones. El miércoles, Richard Elliott, el director ejecutivo del grupo, dijo que iba a contestar el proyecto de ley en el parlamento.
âNo sabemos si vamos a poder detenerlo, pero vamos a intentar conversar con los parlamentarios oportunos y pedir para comparecer delante del Comité Permanente de Justicia y Cuestiones JurÃdicas, como hicimos el año pasadoâ, dijo Elliott. âTambién vamos a exponer por qué este abordaje no es particularmente bueno a los ministros pertinentes, pese a que yo sospeche que no van a estar abiertos a escuchar cualesquier crÃticasâ.
Entonces les tocará a los liberales, al NDP y al Bloque detener el proyecto, y, como principal partido de oposición, los liberales son de suma importancia. Como los conservadores amenazan convocar elecciones tempranas, la cuestión es saber si los liberales van a correr el riesgo de provocar las elecciones por el proyecto de ley sobre las drogas. No cuente con eso, dijo Elliott.
âAun si logramos convencer a algunos liberales de que este abordaje está mal, no estoy seguro de que vayan a estar dispuestos a sacrificarse por esta cuestión en particularâ, dijo. âLa situación polÃtica actual es realmente muy favorable para el partido gobernante porque los de la oposición no están listosâ.
âÃsta es una de esas cuestiones que provocan reacciones instintivasâ, dijo Oscapella. âCuando se habla de cómo tenemos que ser duros con las drogas, los polÃticos tienden a acompañar. Pero es muy importante que este proyecto sea bloqueado; una vez que se tenga mÃnimas obligatorias, es dificilÃsimo librarse de ellasâ.
Para eso, aguarde el surgimiento y la tentativa de coordinación de una coalición creciente de opositores. Algunas facciones de los partidos de oposición se van a sumar a la pelea, asà como organizaciones de la sociedad civil y quizá, considerando las costas que tendrán que sufragar, algunos gobiernos provinciales. Pero precisan organizarse rápido; los conservadores pueden tomar providencias deprisa.
âSospecho que ésta será una de sus prioridades más altasâ, dijo Elliott. âPueden tramitarlo con rapidez y sospecho que habrá audiencias en los comités a principios del año que viene y, después de eso, una votación de la Cámara en una versión finalâ, predijo.
âSe trata de crear la percepción de que son duros con la criminalidadâ, dijo Elliott. âDesdichadamente, nos vamos más en su dirección con esta ley y esto apenas va a empeorar las cosasâ.
âSon tiempos asustadoresâ, dijo Oscapella. âMiramos hacia abajo, vemos qué fracaso colosal estas polÃticas han sido en los EE.UU. y decimos: âOye, hagámoslo por aquà tambiénââ.
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