El domingo, el vicepresidente de Colombia dijo que las labores de supresión de los cocales de Colombia, respaldadas por los EE.UU., a través de la fumigación aérea no han detenido el tráfico de cocaÃna. Ãl pidió un cambio de énfasis en las labores antidrogas.
Pese a años de erradicación aérea utilizando el herbicida glifosato, la secretarÃa antidroga de los EE.UU. reconoció en junio que Colombia está produciendo más coca ahora que cuando Washington promulgó el Plan Colombia de $5 billones hace cinco años. Se estima que la producción de coca tenga un alza de 9% con relación al año anterior, a pesar de los enormes trabajos de fumigación en los dos años.
Santos dijo que Colombia se concentrarÃa en la erradicación manual de los cocales, lo que es más peligroso e intensivo, pero permite que las plantas sean sacadas por la raÃz. La erradicación manual exigirÃa la presencia de los militares o de las fuerzas de seguridad colombianos para proteger a los erradicadores.
Históricamente, Colombia ha detestado criticar cualquier aspecto de la estrategia antidroga de Washington, pero como tanto la Cámara como el Senado están votando en hacer cortes considerables en el paquete anual de ayuda antidroga a Colombia este año, Bogotá puede estar presintiendo que la era de la erradicación aérea está a punto de llegar a su fin. La semana pasada, el Senado cortó casi $100 millones en ayuda militar, mientras que, a principios de este año, la Cámara aprobó cortes aún más profundos. Los dos proyectos de ley deben ser conciliados antes de llegar al presidente Bush, que se opone a cualquier reducción en la ayuda militar a Colombia, el beneficiario más grande de la ayuda estadounidense, fuera de Afganistán y del Oriente Medio.
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