La semana pasada y ésta la Crónica de la Guerra Contra las Drogas ha informado sobre tres casos de presos que han alcanzado visibilidad en el clamor por el alivio de las condenas injustas. La semana pasada se informó el caso de Richard Paey, un paciente del dolor en silla de ruedas que falsificó prescripciones a fin de obtener analgésicos para su consumo personal (a los médicos no les gusta prescribir remedios para el dolor en los EE.UU.) y fue condenado por tráfico, en que aun el fiscal no cree que él estuviera involucrado, y sentenciado a una pena mÃnima obligatoria de 25 años en un tribunal de Florida. Un tribunal de apelaciones de Florida rechazó la apelación de Paey, pero dio el paso atÃpico de expresar simpatÃa por él en su decisión y sugestionó que buscara la clemencia del gobernador.
Esta semana, damos informaciones sobre Tyrone Brown, un habitante de Dallas que cuando tenÃa 17 años de edad hace 16 años fue condenado a prisión perpetua por sacar positivo por consumo de marihuana mientras estaba en régimen de libertad vigilada por un asalto a mano armada de $2. Los defensores, asà como órganos de la prensa como el Dallas Morning News y el programa 20/20, han dado a su caso un nivel de atención tal que el gobernador y el consejo de condicionales de Tejas pueden muy bien ponerlo en libertad muy pronto. Entre sus más recientes defensores está el juez â ahora ex juez, gracias a una elección perdida â que lo condenó.
Es bueno ver las voces de apoyo a estas vÃctimas de la guerra a las drogas. Pero, el coro aún no condice con el volumen y el nivel de ultraje que la situación merece. Ningún sistema âlegalâ puede ser considerado justo, o aun civilizado, cuando dichas farsas pueden ser posibles aun en teorÃa. ¿Qué tipo de sociedad permite que un adolescente reciba pena de prisión perpetua por simple consumo de marihuana? ¿Quién puede aun concebir 55 años por un pequeño delito no-violento? ¿Qué tipo de funcionariado se atreve a encarcelar a un paciente en silla de ruedas, que nunca hirió a nadie, por 25 años meramente por buscar aliviarse de su dolor? Aun la mayorÃa de los criminales probablemente tiene una moralidad superior a ésa.
El Presidente Bush y los gobernadores de Florida y Tejas deberÃan actuar ahora â Diciembre, este mes â para ayudar a Paey, Angelos y Brown. El Congreso de los EE.UU. y las legislaturas estaduales deberÃan actuar el próximo mes para abrogar las sentencias mÃnimas obligatorias y las normas de condenación para ayudar a incontables otros que aún son vÃctimas de las sentencias injustas y opresivas de la guerra a las drogas. Que el tratamiento justo y racional dentro de la justicia criminal sea un indicador de la decencia básica â ningún servidor elegido o señalado que aplique punición cruel y atÃpica debe ser considerado un verdadero servidor público. Eso no podÃa ser más claro.
Mientras tanto, use los siguientes enlaces para ayudar a algunos de los desdichados:
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