Reportaje: La censura en Dakota del Sur â Juez acalla a activista pro marihuana como condición de libertad vigilada
Durante la mayor parte de esta década, Bob Newland ha sido la voz de la reforma en la legislación sobre la marihuana en Dakota del Sur. El fotógrafo y habitante de Black Hills ha organizado Festivales del Cáñamo, ha hecho presión por leyes de reforma en el capitolio estatal, ha cruzado el estado de modo implacable de Black Hills a Sioux Valley y ha organizado campañas de recolección de firmas a favor de la marihuana medicinal. Es director de NORML Dakota del Sur y fundador de South Dakotans for Safe Access. En cuanto activista pro reforma de la legislación sobre la marihuana, Newland ha sido imparable - hasta este momento.
[inline:bobnewland.jpg align=left caption="Bob Newland"]Arrestaron a Newland a principios de este año después que detuvieron su vehÃculo por portar una cantidad ligeramente inferior a 112 gramos de marihuana en lo que su abogado llamó una âmisión de misericordiaâ. Inicialmente acusado de tenencia con intención de distribuir, el activista veterano aceptó un acuerdo y se confesó culpable de tenencia de cantidad inferior a 220 gramos de marihuana, delito que conlleva una sentencia máxima de dos años en la penitenciarÃa estatal. Los fiscales aceptaron no hacer recomendaciones condenatorias.
El lunes Newland compareció ante el tribunal en Rapid City para enterarse de su destino. El juez John Delaney no hizo que le cayera encima todo el peso de la ley â lo sentenció a un año de prisión, siendo que todos los dÃas, salvo 45, fueron suspendidos -, pero le deparó un embarazo. Mientras estuviera bajo la supervisión del tribunal durante el año que viene, Newland no debe ejercer su derecho, garantizado por la Primera Enmienda a la Constitución de EE. UU., a militar por la reforma de la legislación sobre la marihuana en Dakota del Sur.
De acuerdo con Rapid City Journal, que contó con una reportera en la sala de audiencia, el juez Delaney veÃa dos problemas en la militancia pro reforma de la legislación sobre la marihuana de Newland. Estaba determinado a no dar la apariencia de que Newland habÃa salido impune de buenas y no querÃa que las palabras de Newland incentivaran a los jóvenes a tomar o consumir drogas.
âEn cuanto hombre público, usted no va a asumir la postura de alguien que ha recibido una pena leveâ, advirtió Delaney a Newland antes de hablar cómo los tribunales de menores están repletos de chiquillos que poseen problemas con las drogas. "Noventa y cinco por ciento de mis faltistas crónicos están consumiendo marihuanaâ, dijo Delaney.
La condición de quedar sin libertad de expresión para el régimen de libertad vigilada provocó ira e hizo que se arquearan las cejas no sólo en Dakota del Sur, sino en todo EE. UU. Los reformadores de las polÃticas de drogas y defensores de las libertades civiles no son los únicos que expresan preocupación. Jurisconsultos están haciendo lo mismo.
âRenunciar a nuestros derechos según la Primera Enmienda no puede ser una condición para la libertad vigiladaâ, dijo Allen Hopper, director del Departamento JurÃdico del Proyecto de Reforma de la Legislación sobre la Droga de ACLU. âLa Constitución [de EE. UU.] protege claramente el derecho a militar por el cambio polÃtico sin temor de repercusiones penales. Es una vergüenza que el tribunal se sienta obligado a amordazar la expresión protegida en un intento equÃvoco de defender a la sociedad de temores infundados al debate abierto. Bob Newland nomás es la última vÃctima de polÃticas de drogas insubsistentes que siguen atascando nuestras prisiones y pisoteando nuestros derechosâ.
âLos tribunales imponen condiciones a los presos en libertad vigilada todo el tiempo, pero esta especie de condición no es nada comúnâ, dijo Chris Hedges, profesor de Derecho en la Universidad de Dakota del Sur. âLa gente debe poder argumentar que se deberÃa cambiar la ley, pero ahora no puede hacerlo. Siempre tenemos que preocuparnos cuando se infringe la libre expresión de alguienâ, dijo.
âBob es un ejemplo clásico de activista individual que fue uno de los activistas solitarios en todo el estado y que ahora conoce inteligentemente los dolores de la prohibiciónâ, dijo Allen St. Pierre, director ejecutivo de la división nacional de NORML. âLos que están familiarizados con las leyes y las prácticas de Dakota del Sur no se sorprendieron con la pena de prisión, pero apretar las clavijas a los derechos garantizados por la Primera Enmienda es otra cosa. Los jueces ponen todo tipo de restricción a la gente en libertad vigilada, pero no suelen decir que no se puede tener parte en actividades protegidas por la Primera Enmiendaâ.
Fue precisamente el rol de Newland en cuanto rostro de la reforma de las polÃticas de marihuana en el estado que se granjeó el régimen de libertad vigilada censor, dijo St. Pierre. âLa captura de Bob por marihuana apenas fue una aberración, pero el juez reconoció que en su delante se encontraba el principal alborotapueblos del estado respecto a la marihuana. Si en su delante estuviera Perico de los palotes, dudo de que dirÃa que no se puede conversar con alguien sobre estoâ.
âEs atrozâ, dijo Bruce Mirken, director de comunicación de Marijuana Policy Project. âNo me puedo imaginar por qué, como parte de una sentencia penal, se deberÃa impedir que alguien argumentara que la ley por que fue arrestado es equivocada y que se deberÃa cambiarla. Esto es profundamente inquietante. Piense lo que uno piense del individuo o de la ley, sà contamos con algo llamado Primera Enmienda y deberÃa aplicarse al Sr. Newland como a cualquiera. No puedo imaginarme cómo el pueblo de Dakota del Sur podrÃa ser puesto en peligro si se permite que el Sr. Newland milite por aquello en que creeâ.
âEs muy triste lo que le ha pasado a Bob el lunesâ, dijo Emmett Reistroffer, quien ha asumido el lugar de Newland como lÃder de South Dakotans for Safe Access, que actualmente lleva a cabo una campaña de recolección de firmas para someter una iniciativa pro marihuana medicinal a votación en el 2010. âJamás he oÃdo hablar de eso antes en mi vida. No soy abogado, pero lo primero en que pienso es: ¿en qué se funda el juez para privar a alguien de sus derechos garantizados por la Primera Enmienda?â
El mismo Newland quedó sorprendido con la condición del régimen de libertad vigilada, pero no sabÃa si valÃa la pena contestarla. En lo que tal vez sean sus últimas palabras sobre el asunto â hasta el año que viene, de todos modos -, él le dijo a la Crónica que temÃa los âefectos negativosâ de impugnarla. En otras palabras, no quiere que lo metan a la cárcel por más tiempo que el que ya tendrá que cumplir.
âMe parece una estipulación condenatoria bastante desacostumbrada, de una especie que nunca he visto en todos mis años de activismo y observación de condenas contra otras personas por sustancias ilegales. Seguramente linda con una especie de supresión de la libre expresión que esperamos ver en paÃses totalitariosâ, dijo. âEl juez Delaney quiso hacer una declaración con la sentencia y seguramente la hizo. Si estuviera inclinado a contestar la estipulación, los efectos negativos inmediatos sobre mi vida casi seguramente superarÃan cualquier logro que pudiera alcanzar. Por lo tanto, debo decir que acato la decisión del juez de la misma manera que acato todas las otras estipulaciones de la sentencia. Si hasta el momento esta declaración no me ha hecho sobrepasar los confines de asumir un ârol públicoâ en la militancia pro reforma, quizá sea mejor que espere un año para contribuir a elloâ.
Pero puede que todavÃa no acallen a Newland. Esas palabras fueron escritas el miércoles, antes de que el Proyecto de Reforma de la Legislación sobre la Droga de ACLU tuviera la oportunidad de discutir la cuestión con él. Tal organización está definitivamente interesada en dar trámite al caso. Si Newland desea proseguir con la impugnación de la estipulación que veda la libertad de expresión, los grupos de reforma en las polÃticas de drogas quedarán a su lado, dijeron St. Pierre y Mirken.
âLos grupos reformadores de las polÃticas de drogas tienen un interés inmediato en este casoâ, manifestó St. Pierre. âEstablece un precedente terrible y qué aberración es que le digan a uno qué asuntos polÃticos uno puede discutir. El derecho a ejercer la libre expresión polÃtica es el fulcro en que esto giraráâ.
Newland también puede conseguir algo de consuelo de la profesora Hutton, que enseña derecho. Newland debe tener la libertad de impugnar la condición que veda la libertad de expresión sin miedo de represalias jurÃdicas, dijo Hutton. âSi justo interpuso algo para impugnarla, ello no puede ser utilizado en contra suyaâ, dijo.
Irónicamente, la condición del juez para la libertad vigilada puede terminar siendo una bendición para el movimiento en Dakota del Sur, dijo St. Pierre. âSimplemente el hecho de que esto haya sucedido ha llamado la atención de gente de todo el mundoâ, dijo. âPor más doloroso que sea, Bob probablemente brindará más visibilidad ahora a este debate que 10 años gastando el cuero de los zapatos - y sin decir palabraâ.
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