Reseña de video de la Crónica: "Prince of Pot: The US v. Marc Emery", dirección de Nick Wilson (2008, Journeyman Pictures)

Submitted by traducidio on

Phillip S. Smith, redactor/editor

Déjeme decir de frente que a veces Marc Emery me paga para escribir artículos para su revista, Cannabis Culture, entonces no soy un observador totalmente desinteresado. Dicho eso, Nick Wilson, director de "Prince of Pot", ha explicado magníficamente quién es Emery, de dónde vino y de qué se trata – y ha atado la trayectoria de Emery a las cuestiones más grandes de la prohibición de la marihuana, de la lucha contra la droga en general y la aquiescencia canadiense para con las políticas de drogas prohibicionistas a la estadounidense.

[inline:emeryprotest1.jpg align=right caption="Marc Emery (por cortesía de la revista Cannabis Culture)"]Supongo que cualquiera que lea estas palabras ya sepa quién es Marc Emery: el defensor más manifiesto de la legalización de la marihuana, fundador del Partido de la Marihuana de Columbia Británica, editor de la revista Cannabis Culture, operador de POT-TV y ex dueño de la Empresa de Semillas Marc Emery. Emery ganó mucho dinero con su empresa de semillas y reinvirtió gran parte de ello en el movimiento pro legalización de la marihuana, no solamente en Canadá, sino también en suelo estadounidense, financiando a activistas en el Partido de la Marihuana de Estados Unidos al sur de la frontera e invirtiendo algunos chiflados (el apodo canadiense para su moneda de un dólar) en varias Marchas del Millón de Porros. Para Emery, la empresa de semillas fue sólo un medio para alcanzar un fin, un método de recaudar dinero para subvertir la prohibición de la marihuana, o, como bien lo dice, superar al gobierno en crecimiento.

Pero todo eso paró hace tres años, cuando Emery y dos de sus empleados, Michelle Rainey y Greg Williams, fueron incriminados por un gran jurado federal en Seattle por cargos de tráfico de marihuana a causa de sus ventas de semillas. Ahora, los 3 de Vancouver, como han pasado a ser conocidos, pueden recibir hasta cadena perpetua en EE.UU. si y cuando sean extraditados.

El documental, disponible en Journeyman Productions, empieza con un distinto Emery dirigiéndose al público en un mitin pro legalización y antiextradición en Vancouver, la sede de su negocio. “La DEA dice que soy responsable por 500 toneladas de marihuana”, dijo para vítores de la asistencia. “Me encantaría creerlo. Ése es el problema – la DEA y yo estamos de acuerdo en los hechos”.

"Prince of Pot" sigue la carrera de Emery desde el principio cuando era el dueño de una librería de Ontario que detestaba a los fumones, pero pasó a adoptar su causa cuando luchó contra la censura del gobierno canadiense de revistas “relacionadas con las drogas” como High Times. Al principio, Emery demostró las mismas cualidades que propulsaron su ascensión meteórica a las alturas del movimiento pro legalización de la marihuana: una sensibilidad libertariana, “un ego que ocupa el 40% del peso de su cuerpo”, como dijo un observador, una personalidad agresiva y áspera, una inclinación por el ardid publicitario y una boca que nunca para de trabajar.

El documental también muestra que el exhibicionismo de Emery no está limitado a la esfera de lo político. Desde el principio, los espectadores son expuestos a las espaldas de Emery al paso que se levanta de la cama y otra escena lo muestra desnudo en una playa nudista de Vancouver siendo ungido con aceite de cannabis por su joven esposa Jodie en un experimento para ver si podía causar impacto sobre “alguna célula cancerosa o precancerosa”. (No se sabe en qué resulto eso.)

Pero si el culo de Marc Emery está en la pantalla, también está en riesgo, y ahí brilla de veras "Prince of Pot". Los documentalistas entrevistaron al impenitente procurador de EE.UU. en Seattle que lo incriminó y a un agente de la DEA Seattle que justificó la prisión y confrontaron a Karen Tandy, jerarca de la DEA, en una conferencia internacional de la DEA en 2006 en Montreal.

"Prince of Pot" se centra con precisión en el comunicado de prensa de Tandy después de la prisión en que se jactó de cómo el arresto de Emery fue “un golpe para el movimiento pro legalización”. Ese comunicado de prensa puede ser la mejor oportunidad remota que Emery tiene de evitar la extradición porque proporciona pruebas de que su enjuiciamiento sucedió por razones políticas.

Por supuesto, todos los federales niegan que ése sea el caso, pero, al rastrear la carrera de Emery, su sucesión de arrestos banales por las autoridades canadienses y la creciente frustración de EE.UU. con la aparente indiferencia de Canadá para con sus actividades, los documentalistas defienden vehementemente que Marc Emery fue preso no porque vendía semillas, sino porque era una piedra en el zapato de Washington.

El documental también cuenta con un reparto notable de partidarios canadienses, incluso Larry Campbell, el alcalde de Vancouver (“El secretario antidroga es un imbécil”); Libby Davies, parlamentaria de Vancouver Este; el abogado Alan Young de Toronto; Eugene Oscapella, abogado y profesor de justicia penal de Ottawa (“¿Por qué deberíamos emular las políticas de drogas fracasadas de Estados Unidos?”). El activista David Malmo-Levine de Vancouver, quien aparece fumando un porro de treinta centímetros en determinado momento, hace una observación convincente también: “Quieren reducirlo a prisión de por vida”, exclama, narrando el argumento de la DEA sobre el daño que Emery ha hecho promoviendo la producción de marihuana. “¿Qué daño? Enséñenme los cadáveres”, exige. “Hay que haber por lo menos un cadáver si quieren reducirlo a prisión de por vida. Hay que haber por lo menos una persona que sufrió más que bronquitis”.

La breve aparición de Douglas Hiatt, abogado defensor en materia de marihuana del Estado de Washington, también es poderosa y vale la pena mencionarla. Visiblemente molesto con la injusticia de la legislación sobre la marihuana, Hiatt arremete contra los procuradores y la DEA. “Si la DEA quiere hablar de destruir familias”, gruñe, “puede platicar conmigo sobre las familias que han destruido por intentar consumir marihuana medicinal. La única cosa que arruina la vida de la gente son las políticas del gobierno”, espeta Hiatt. Su ira recta es reconfortante.

En un momento del documental, el cineasta Wilson dice que, para él, “[n]o se trata de semillas, se trata de soberanía”. Desde la perspectiva canadiense, tiene razón, por supuesto, pero la verdad es que se trata de la prohibición de la marihuana y Wilson esboza maravillosamente su historia y fea realidad actual.

Al fin, el documental especula sobre un posible acuerdo para que Emery cumpla una pena de prisión más corta en EE.UU. Eso no pasó. Tampoco sucedió una propuesta de acuerdo que sobreseería los cargos en contra de Rainey y Williams y haría con que Emery pasara algunos años en una prisión canadiense. Ahora, hay que regresar a combatir la extradición, y, considerando que la decisión de extraditar es, en última instancia, una opción política hecha por el ministro de Justicia y considerando que el gobierno federal canadiense está en pleno acuerdo con EE.UU. respecto a las políticas de drogas, la extradición sigue siendo el resultado más probable.

En una escena conmovedora, Emery y su mujer discuten si él va a servir a su causa martirizándose, algo que parece determinado a hacer. Personalmente, le he aconsejado a que haga otra cosa. Le sugerí que se convirtiera en el Osama bin Laden del movimiento pro marihuana. No, no para que volara la sede de la DEA, sino para que se fugara a un complejo de cavernas escondidas en alguna parte de las Rocosas canadienses y asediara a sus enemigos con comunicados desde su santuario oculto. De mi parte, prefiero ver a Marc Emery haciendo un corte de mangas en sentido figurado al gobierno de EE.UU. que desaparecer, como tantos otros, en el gulag estadounidense.

Vea este documental. Está bueno. Te va a poner la piel de gallina en ciertos momentos, te va a dar ganas de llorar en algunos y de vitorear en otros.

Permission to Reprint: This content is licensed under a modified Creative Commons Attribution license. Content of a purely educational nature in Drug War Chronicle appear courtesy of DRCNet Foundation, unless otherwise noted.

Add new comment


Source URL: https://stopthedrugwar.org/cronica/2008/nov/07/reseñ_de_video_de_la_crónica_pri