Latinoamérica: Violencia relacionada con la droga en México tiene grave efecto sobre popularidad de presidente Calderón
En diciembre de 2006, Felipe Calderón, el presidente mexicano recién electo, anunció una intensificación atrevida de la lucha de décadas de ese paÃs contra los carteles ricos, poderosos y violentos del narcotráfico, convocando al Ejército para que se metiera en la pelea. Ahora, aproximadamente 30.000 efectivos se han sumado a miles de policÃas estaduales, federales y municipales en el combate, pero el número de vÃctimas sigue aumentando y los mexicanos se están cansando.
[inline:felipecalderon.jpg align=left caption="Felipe Calderón (agenciabrasil.gov.br)"]El fin de semana pasado, tras aún otro mes brutal de violencia relacionada con la prohibición, incluso la decapitación de 12 personas en Yucatán y la barredura de un salón de baile chihuahuense con disparos que dejaron a 13 muertos, inclusive un bebé, decenas de miles de mexicanos se echaron a las calles en ciudades de todo el paÃs para decir â¡Ya basta!â. Protestaban no solamente contra la violenta guerra contra el narcotráfico, sino contra los crÃmenes más comunes â los asaltos y secuestros â que se han puesto cada vez más banales.
No se soluciona la mayor parte de los delitos y la corrupción policÃaca es endémica. Aunque la violencia relacionada con la prohibición sea perturbadoramente brutal y sensacional con frecuencia, ella es apenas parte de una oleada general de criminalidad que plaga al paÃs. Por ejemplo, los manifestantes en México, D.F. fueron instigados por el secuestro y asesinato del hijo de un hombre de negocios cometido en agosto por un grupo que incluÃa a un policÃa.
En México, D.F., decenas de miles de manifestantes llenaron el zócalo para exigir providencias. âSeguridadâ, gritaban. â¡Si no pueden, que se vayan!â
âYa no podemos vivir, no podemos estar seguros en ninguna parteâ, le dijo Enrique Contreras, 42, vendedor y vÃctima de varios asaltos, a la Associated Press. âEspero que los que están en el poder hagan su trabajo. De lo contrario, deberÃan renunciarâ.
Calderón intenta contestar el creciente descontento público con sus polÃticas para la criminalidad y seguridad. El domingo se reunió con los lÃderes de la protesta, prometiendo instaurar comités ciudadanos para monitorear el progreso del gobierno, municionar a la policÃa con armas mejores y reclutar a mejores policÃas. Pero si no tiene éxito en reducir la violencia, su guerra contra los carteles del narcotráfico le puede salir por la culata.
âCalderón, cuya situación era incierta después de la proximidad de las elecciones de 2006, aumentó su aprobación junto a la opinión pública militarizando la lucha contra la violencia del narcotráfico en Méxicoâ, le dijo Bruce Bagley, un experto en Latinoamérica de la Universidad de Miami, al Christian Science Monitor. âÃl conquistó a mucha gente⦠Creo que Calderón ha empezado a perder la confianza del pueblo mexicanoâ.
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