En diciembre de 2006, Felipe Calderón, el presidente mexicano recién electo, anunció una intensificación atrevida de la lucha de décadas de ese paÃs contra los carteles ricos, poderosos y violentos del narcotráfico, convocando al Ejército para que se metiera en la pelea. Ahora, aproximadamente 30.000 efectivos se han sumado a miles de policÃas estaduales, federales y municipales en el combate, pero el número de vÃctimas sigue aumentando y los mexicanos se están cansando.
No se soluciona la mayor parte de los delitos y la corrupción policÃaca es endémica. Aunque la violencia relacionada con la prohibición sea perturbadoramente brutal y sensacional con frecuencia, ella es apenas parte de una oleada general de criminalidad que plaga al paÃs. Por ejemplo, los manifestantes en México, D.F. fueron instigados por el secuestro y asesinato del hijo de un hombre de negocios cometido en agosto por un grupo que incluÃa a un policÃa.
En México, D.F., decenas de miles de manifestantes llenaron el zócalo para exigir providencias. âSeguridadâ, gritaban. â¡Si no pueden, que se vayan!â
âYa no podemos vivir, no podemos estar seguros en ninguna parteâ, le dijo Enrique Contreras, 42, vendedor y vÃctima de varios asaltos, a la Associated Press. âEspero que los que están en el poder hagan su trabajo. De lo contrario, deberÃan renunciarâ.
Calderón intenta contestar el creciente descontento público con sus polÃticas para la criminalidad y seguridad. El domingo se reunió con los lÃderes de la protesta, prometiendo instaurar comités ciudadanos para monitorear el progreso del gobierno, municionar a la policÃa con armas mejores y reclutar a mejores policÃas. Pero si no tiene éxito en reducir la violencia, su guerra contra los carteles del narcotráfico le puede salir por la culata.
âCalderón, cuya situación era incierta después de la proximidad de las elecciones de 2006, aumentó su aprobación junto a la opinión pública militarizando la lucha contra la violencia del narcotráfico en Méxicoâ, le dijo Bruce Bagley, un experto en Latinoamérica de la Universidad de Miami, al Christian Science Monitor. âÃl conquistó a mucha gente⦠Creo que Calderón ha empezado a perder la confianza del pueblo mexicanoâ.
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