Con fecha del miércoles, unos 1.500 soldados mexicanos han sido desplegados en Ciudad Juárez, el epicentro de la violencia relacionada con la prohibición que arruina el paÃs. Cinco mil efectivos más deben unirse a ellos hasta el fin de semana.
La situación de la seguridad en Juárez se ha puesto tan grave que el alcalde y su familia se han mudado al otro lado de la frontera en El Paso tras ser amenazados de decapitación. El jefe de policÃa de la ciudad dimitió la semana pasada después que traficantes amenazaron matar a un policÃa cada 48 horas hasta que lo hiciera. Al principio, el jefe de policÃa se puso firme, pero renunció después que los traficantes mataron a un policÃa y un guardia de prisión. Hacia mediados de esta semana, irrumpió un disturbio sanguinario entre facciones rivales del narcotráfico en una prisión en el lÃmite meridional de la ciudad, lo que resultó en unos 20 muertos.
âEstamos profundamente preocupados por Ciudad Juárezâ, dijo Eduardo Medina Mora, procurador general mexicano, en una entrevista con Reuters. âEl Gobierno de México piensa que del lado mexicano, México cuenta con suficientes capacidades institucionales y despliegue para hacer frente a ese problema. En las zonas geográficas en las que el narcotráfico tiene influencia hay lógicamente el riesgo de que haya un interés por influir en la formación del poder público, sobre todo de la autoridad local. Ãste es un tema que nos preocupaâ.
Desde que el presidente mexicano Felipe Calderón convocó a las Fuerzas Armadas para perseguir a los carteles ricos, poderosos y violentos del paÃs en diciembre del 2006, cerca de 9.000 personas han sido muertas en la violencia relacionada con la prohibición. Decenas han sido arrestadas y toneladas de drogas incautadas, pero tanto el tráfico de drogas ilÃcitas como la violencia no hacen muestras de flaquear.
Eso pone cada vez más nerviosos a los funcionarios estadounidenses. El año pasado el Congreso aprobó un paquete de ayuda antidroga de tres años de duración y US$ 1,4 mil millones para México y Centroamérica y el almirante Mike Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU. se dirigió a México a fines de esta semana para ofrecer más auxilio a Calderón.
âClaro está que una de las cosas sobre la cual espera conversar con sus homólogos en México y otros funcionarios es la violencia y las amenazas cada vez más grandes respecto al narcotráfico y los carteles de la drogaâ, le dijo el capitán John Kirby, vocero de Mullen, a la Agence France-Presse. âCon gusto aceptarÃamos la oportunidad de aumentar e incrementar nuestra cooperación de militares para militaresâ, dijo Kirby. âClaramente se puede hacer másâ.
Mullen no fue el único alto funcionario estadounidense que expresó preocupación por la situación en México esta semana. âLos carteles están tomando represaliasâ, le dijo Robert Gates, ministro de Defensa de EE.UU., a NBC el domingo. âEvidentemente es un problema graveâ.
Pero Gates añadió que la crisis ha hecho que México desista de su tradicional abordaje igualitario a los militares estadounidenses. âCreo que empezamos a estar en condiciones de ayudar más a los mexicanos que antesâ, dijo Gates. âCreo que algunas de las antiguas propensiones contra la cooperación entre nuestros militares y cosas por el estilo están siendo satisfechasâ.
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