Los votantes de Massachusetts aprobaron la despenalización de la marihuana por un margen de casi dos contra uno en noviembre de 2008, pese a las protestas horrorizadas de la fuerza pública del Bay State. Ahora merced a la inclusión de una frase en la iniciativa electoral y una orientación de la fiscal general estatal Martha Coakley, los enemigos de la despenalización ven una brecha para seguir trabando su lucha perdida al buscar aprobar ordenanzas municipales que multarÃan o, en algunos casos, sujetarÃan a sanciones penales a personas que consumen marihuana en público.
La fiscal general Coakley estaba contenta por echarle una mano. Su gabinete redactó y distribuyó una ordenanza modelo para prohibir el consumo de marihuana en público, que podrÃa incluir sanciones penales o civiles o las dos. Una serie de municipios y ciudades de Massachusetts ha demostrado interés por aprobar tales ordenanzas, lo que no cae bien a los defensores de la despenalización, y ahora irrumpen luchas a causa de las ordenanzas por todo el estado.
Los repenalizadores no se han salido tan bien como podrÃan haber esperado. La primera municipalidad que sometió la ordenanza a votación, Worcester, la desaprobó la semana pasada. La jefe de policÃa Lisa Holmes de West Newbury pidió una ordenanza contra el fumar de marihuana en público, pero el Concejo le dijo que no por unanimidad allá. En Methuen y Quincy, los activistas del Bay State han logrado notificar a funcionarios electos de la zona que pueden esperar problemas si aprueban dichas ordenanzas.
Pero aún no se han acabado esas luchas y faltan muchas más que trabar. En Framingham, la secretarÃa municipal de Salud aprobó una medida que enmendaba la veda al fumar para incluir la marihuana, pero la legislación estatal ya prohÃbe prender productos a base de tabaco u otros combustibles en edificios públicos. En Braintree, una ordenanza que proponÃa una multa de US$ 500 para el consumo en público será discutida en las próximas semanas. En Auburn, donde el jefe de policÃa dijo que la ley sobre la despenalización era imposible de imponer, se espera que redacte una ordenanza para multar a los que fuman en público. Querellas por las ordenanzas también suceden en Danvers, Everett, Haverhill, Melrose, Milford, Newburyport, North Andover, Plymouth, Revere, Wakefield y Watertown, conforme a los activistas de Massachusetts. Y probablemente habrá más en el futuro â o tal vez no, si ocurren derrotas sucesivas.
Además, si los activistas logran movilizarse en esos municipios como sucedió el martes por la noche en Quincy, puede ser que ahuyenten a los repenalizadores. En Quincy, más de 60 personas comparecieron al ayuntamiento con letreros y pancartas para expresar la oposición a cualquier ordenanza. Movilizados por celular, Facebook, MySpace y el sitio web BostonFreedomRally.com, cerca de dos tercios de los manifestantes eran jóvenes, dijo Scott Gacek de BostonFreedomRally.com.
âMuchas personas de nuestra gente justo habÃan votado por primera vez, por Obama y por la despenalización, y ahora les parece que ignoran sus votosâ, dijo Gacek al explicar la comparecencia de los jóvenes. Pese a que la ordenanza estuviera en la orden del dÃa, el Concejo Municipal titubeó durante horas en la cuestión de la zonificación, pero la muchedumbre se quedó noche adentro y mandó al Concejo un mensaje sonoro de oposición.
âEl Concejo introdujo la medida y sin ninguna discusión votó en encaminarla a los comités de seguridad pública y de ordenanzas, pero, por lo visto, parece que los trámites no han sido agilizadosâ, dijo Gacek.
Buena es la acción ciudadana, afirmó Bill Downing, presidente de MassCann, la filial de la NORML Massachusetts. âSi la gente quiere participar en estas protestas en lugares como Quincy, eso es importante. Si la gente lee esto en Maine o Nuevo Hampshire o Rhode Island, puede ingresar a nuestra lista electrónica y leer las noticias en el sitio web de MassCann y participar. Por favorâ.
Para Downing, las providencias respecto a las ordenanzas son el último suspiro de los dinosaurios antidespenalización. âPara mÃ, la gente que perdió la votación se come de envidiaâ, dijo. âOjalá las personas de todo el estado que votaron por esto vean tales acciones como un insulto, como deberÃan. Ello puede terminar ayudándonos a progresar hacia leyes mejores sobre la marihuana porque esta gente solamente se vilipendiaâ.
âLa fiscal general Coakley fue hostil para con nosotros desde el principio y después de las elecciones mandó una ordenanza modeloâ, dijo John Leonard, ex presidente de MassCann y actualmente integrante de la junta del Drug Policy Forum of Massachusetts (DPFMA, por sus siglas en inglés). âAhora se abalanzan sobre esto por todas partes. Estamos en vÃas de formular un plan de acción aquà en el DPFMAâ, dijo. âCombatimos estas cosas a diestro y siniestro y necesitamos un poco de ayuda. Nos agrada que el Marijuana Policy Project viniera e hiciera la iniciativa, pero ahora nos quedamos con las repercusionesâ.
En gran parte el MPP dictó el texto de la iniciativa de noviembre de 2008 y financió la campaña. Los activistas de la zona discrepaban de parte del texto de la iniciativa, pero lo relevaron para apoyar la campaña juntos. En el debate a veces rencoroso en las preliminares para la iniciativa, el texto sobre las ordenanzas no era un problema.
Quizá debiera haberlo sido, sugirió Leonard en retrospectiva. âEs una vergüenza que la Cuestión 2 estipulara leyes sobre el consumo en públicoâ, dijo Leonard. âTradicionalmente las utilizan para sustancias legales, como el alcohol y el tabaco. La marihuana ya es ilegal en públicoâ.
Downing también le echó la culpa a la formulación de la Cuestión por algunos de los problemas actuales. âLa misma cuestión decÃa que no impedÃa que los municipios aprobaran ordenanzas municipales. Si no lo hubieran puesto ahÃ, todo esto podrÃa haber sido evitado. No me entienda malâ, prosiguió Downing. âLe agradecemos al MPP por todo lo que hizo, pero ahora nosotros tenemos que tratar de estoâ.
El DPFMA se moviliza para defender las ordenanzas, dijo Leonard. âVamos a comprar cuñas publicitarias en Quincy, que es la ciudad más grande en que esto es un problema, y vamos a pedir a todas las organizaciones nacionales que contribuyan con la adopción de una ciudad y den su apoyo. Queremos detenerlo yaâ, dijo.
El MPP está un poquito más optimista respecto a las ordenanzas que los activistas del Bay State. âLa verdad es que lo importante es saber si las propuestas especÃficas son un intento de subvertir la intención de la Cuestión 2 o si es simplemente una ordenanza razonable contra las molestias al públicoâ, dijo Bruce Mirken, director de comunicación del MPP. âSi van a utilizarlo como pretexto para darles antecedentes penales a las personas, entonces ahà hay un problemaâ. Pero son los electores de Massachusetts los que pueden detener o no las ordenanzas, dijo Mirken. âLes toca a las personas de la zona decidir que están dispuestas a tolerar y hasta que punto se van a organizar para detener algo que no les gustaâ.
No es un problema tan grande, dijo otro lÃder reformador nacional. âNo tememos que esto vaya a causar un gran perjuicioâ, dijo Keith Stroup de la NORML nacional. âParece que, en su mayor parte, son bravuconadas de los perdedores. No les gustó la iniciativa, entonces corren a decir que âen mi ciudad nos vamos a poner durosâ, pero van a descubrir que no muchos funcionarios electos van a querer enfrentarse a la voluntad expresa de los votantesâ.
âQueremos asegurar que esta ley funcione bien, y, si no lo hace, vamos a tener que trabajar con la gente para arreglarlaâ, dijo Stroup. âPero no vamos a volver a arrestar a fumadores de marihuana. Creo que el pueblo de Massachusetts aprecia su nueva ley y hacer que la policÃa preste más atención a los delitos gravesâ.
Continuarán las luchas por las ordenanzas. A lo mejor, resultarán en una derrota retumbante de los repenalizadores. Pero aun si los enemigos de la despenalización logran aprobar ordenanzas en algunas municipalidades, ello puede ser una victoria pÃrrica: Mientras intentan hacerlo, despiertan a toda una nueva generación de activistas pro marihuana del Bay State. Quizá la cláusula de las ordenanzas municipales resulte ser un Caballo de Troya para la construcción del movimiento pro reforma de las polÃticas de drogas.
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