Mezclando una indignación verdadera con el cálculo polÃtico a partes iguales, elementos importantes del movimiento pro reforma de las polÃticas de drogas han empezado un boicoteo nacional a Kellogg, la gigante de los cereales, por como trató Michael Phelps, el medallista de oro olÃmpico. Phelps apareció sujetando un narguile en una fotografÃa que afloró la semana pasada, lo que llevó a Kellogg a negarse a renovar su contrato de patrocinio.
En una declaración la semana pasada, la empresa Kellogg de Michigan dijo que el comportamiento de Phelps âno concuerda con la imagen de Kelloggâ. Curiosamente, para Kellogg la condenación de 2004 por manejar en estado de embriaguez de Phelps no era ningún problema. Hasta el semestre pasado, Kellogg hacÃa alarde de su sociedad con el héroe de las OlimpÃadas de PekÃn.
âEl compromiso de Michael con el incentivo a estilos de vida saludables, especialmente entre los niños, está en conformidad con nuestros muchos programas para concienciar a los consumidores y promocionar la buena nutriciónâ, dijo Brad Davidson, presidente de Kellogg Norteamérica. âÃl demuestra que ganar no es solamente la gloria que acompaña las medallas de oro, sino que también se trata de tener un buen espÃritu deportivo, comer bien, trabajar duro y hacer lo mejor que uno puedaâ.
Kellogg no contestó las llamadas y correos electrónicos de la Crónica de la Guerra Contra las Drogas en busca de comentarios esta semana.
A medida que el caso Phelps pasaba como un cohete por los medios â ha sido tema de incontables reportes en los medios masivos de comunicación, columnas deportivas y entradas en blogs -, la cólera con la manera por que Kellogg trató al talentoso nadador se filtraba en la comunidad reformadora de las polÃticas de drogas y también entre los aficionados a la marihuana de todas partes.
âEl despido de Phelps de parte de Kellogg es hipócrita y un asco y nuestros miembros se han puesto más nerviosos que nuncaâ, dijo Rob Kampia, director ejecutivo del Marijuana Policy Project (MPP, por sus siglas en inglés). âPara Kellogg no habÃa problema en contratar a Phelps cuando tenÃa una condenación por manejar embriagado, un acto ilegal que realmente podÃa haber matado a alguien. Deshacerse de él por escoger relajarse con una sustancia que es más segura que la cerveza es una barbaridad y pasa una idea peligrosa a los jóvenesâ, dijo.
âKellogg les dice a los jóvenes que manejar borracho está bien, pero consumir un relajante social más seguro que la cerveza hace que te despidanâ, prosiguió Kampia. âNo solamente es una barbaridad, puede que sea letal. Todos nosotros sabemos que es difÃcil realizar boicoteos, pero los 100 millones de estadounidenses que han hecho de la marihuana el cultivo comercial número uno de EE.UU. representan bastante poder adquisitivo â un poder adquisitivo que posiblemente Kellogg hubiera querido no haber alienadoâ.
El MPP no está solo de ninguna manera. En un esfuerzo coordinado, algunos grupos, incluso las organizaciones Drug Policy Alliance (DPA, por sus siglas en inglés), Students for Sensible Drug Policy (SSDP, por sus siglas en inglés), National Organization for the Reform of Marijuana Laws (NORML, por sus siglas en inglés) y StoptheDrugWar.org, han apoyado el boicoteo.
Y no es solamente el âcabildeo pro marihuanaâ que está disgustado, como han aludido algunos medios a los grupos de reforma. Kellogg fue tan inundada de llamadas con quejas sobre su decisión de deshacerse de Phelps que tuvo que establecer una lÃnea telefónica especial para manejar todas. La lÃnea Phelps de Kellogg recibÃa tantas llamadas que aparecÃa antes de la lÃnea para tratar de preguntas referentes a los productos de mantequilla de manà con salmonella.
âSi desea hacer sus comentarios respecto a nuestra relación con Michael Phelps, oprima uno para conversar con un representanteâ, decÃa la grabación. âSi llama por la reciente retirada de la mantequilla de manà del mercado, oprima dosâ.
âIntentamos llamar atención al hecho de que Michael Phelps ha cometido una acción que millones y millones de estadounidenses han cometidoâ, dijo Amber Langston, directora de relación de SSDP para la región este de EE.UU., quien observó que cerca de 25.000 personas habÃan firmado la petición del grupo â iniciada antes del anuncio de Kellogg â para que no prohÃban a Phelps de participar en una competición olÃmpica. âTodavÃa es un héroe, no es una mala persona y no merece ser castigado. Nuestros estudiantes realmente se han movilizado para informar a Kellogg cómo nos sentimosâ.
La barahúnda de Phelps con el narguile y los arrestos de estudiantes que asistÃan a una fiesta en Carolina del Sur, donde lo fotografiaron, pueden tener un rayo de esperanza, dijo Langston. âEsos arrestos fueron totalmente ridÃculos, pero algo bueno puede salir de todo esto al llamar la atención al hecho de que la gente está siendo castigada innecesariamente. Phelps no deberÃa ser arrestado ni la gente que estaba junto con élâ.
Langston puede tener razón. La cobertura mediática del caso ha sido impresionante por haber provocado más revelaciones de fumadores de marihuana que nunca y notable por el tono de burla acerca de los lamentos por la foto de Phelps con el narguile y la marihuana en general.
âEsto ha tocado en un punto sensible como nunca antesâ, dijo Ethan Nadelmann de la DPA. âEs un caso de exagero que brinda una oportunidad al movimientoâ, dijo. âCuando se echa un vistazo a la mayorÃa abrumadora de las reacciones a esto, era: âDame un respiro, tenemos un presidente que fumó marihuana, basta de hipocresÃaâ. Intentan decir que esto pasa la idea equivocada a los niños, pero es un tipo que regresó a casa con una docena de medallas de oroâ.
La decisión de Kellogg de deshacerse de Phelps proporcionó una rara apertura para el movimiento reformador, dijo Nadelmann. Es más fácil presionar a una corporación que un gobierno, observó.
âUno de los retos que enfrentamos en la reforma de las polÃticas de drogasâ, dijo Nadelmann, âes el de que con frecuencia no tenemos la opción de centrarnos en corporaciones que hacen cosas malas porque, en su mayor parte, nos oponemos a las polÃticas gubernamentales â no corporativas. Pero éste es un caso fácil. Además, Kellogg es una empresa muy destacada y es útil poder ir tras un blanco visible. Y poder decir que millones de estadounidenses ya no van a recurrir a Kellogg cuando tengan antojos es una broma, pero también es verdadâ.
âLa convocación de boicoteo nos da la oportunidad de poner la cuestión en perspectiva de veras y conversar sobre por qué la prohibición de la marihuana es nociva y contraproducenteâ, dijo Bruce Mirken, director de comunicación del MPP. âEs una manera de divulgar la cuestión para la discusión pública. A nadie le importarÃa si este tipo fuera fotografiado sujetando un Martini o una botella de cerveza, pero hay todo un alboroto pese a que sea indiscutible que el alcohol es la droga más peligrosaâ.
Y está funcionando, dijo Mirken. âEstamos un poquito sorprendidos con la intensidad de la atención de los medios en torno a esto. Hemos estado concediendo entrevistas en radios literalmente todos los dÃas y hay más programadas para esta nocheâ, dijo él el miércoles. âAun si no cambiamos la postura de Kellogg â y sabemos que los boicoteos eficaces son difÃciles â, esto nos da una tremenda oportunidad de concienciar al público sobre el hecho de que las leyes no tienen ningún sentidoâ.
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