El martes una Corte Suprema dividida por un escaso margen se negó a expandir los poderes policÃacos de registro a expensas de los derechos a la privacidad al decidir que la policÃa no puede requisar el vehÃculo de un sospechoso después que éste haya sido detenido y arrestado salvo si hay causa probable. La decisión de 5 a 4 sucedió en Arizona v. Gant.
Antes del juicio, Gant habÃa buscado excluir las pruebas en contra suya con el argumento de que eran fruto de una requisa ilegal, pero el juez de instrucción denegó dicha solicitud. Gant apeló del veredicto y ganó en la Corte Suprema de Arizona. Luego el Estado de Arizona apeló ante la Corte Suprema de EE.UU.
En vano. Aunque la Corte Suprema reconociera los poderes policÃacos de hacer una requisa después del arresto, los ministros observaron que los fines de esas requisas eran los de asegurar la seguridad del oficial y la preservación de las pruebas. Con el sospechoso esposado en el asiento trasero de un coche patrulla y sin motivos para preservar cualquier âpruebaâ del delito de Gant â manejar con una licencia suspendida -, el tribunal sostuvo que la policÃa necesitaba una orden de registro para conducir una requisa en su vehÃculo.
âLa policÃa puede registrar un vehÃculo después del arresto de un ocupante reciente solamente si el arrestado está al alcance del compartimiento del pasajero en el momento de la requisa o en caso de que sea razonable creer que el vehÃculo contiene pruebas del delito que resultó en el arrestoâ, escribió el ministro John Paul Stevens por la mayorÃa. âEn la ausencia de estas justificaciones, la requisa del vehÃculo de un arrestado será irrazonable a menos que la policÃa obtenga una orden o demuestra que corresponde otra excepción al requisito de la ordenâ.
Una rara victoria para la Cuarta Enmienda a la Constitución de EE.UU. oriunda del tribunal de Roberts.
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