La policÃa brasileña es responsable por gran parte de los 48.000 asesinatos cometidos en el paÃs cada año, dijo el Relator Especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias y arbitrarias en un informe publicado a fines del mes pasado. Los policÃas no solamente recurren rutinariamente a la violencia mortÃfera en el transcurso de sus trabajos, también tienen empleos secundarios como matadores pertenecientes a escuadrones de la muerte para una variedad de entidades, incluso comandos del narcotráfico, dijo el relator especial Philip Alston.
âEn RÃo de Janeiro, la policÃa mata a tres personas todos los dÃasâ, informó Alston. âEs responsable por uno en cada cinco asesinatosâ, añadió en un comunicado de prensa el lunes.
El informe de Alston sucedió después de un viaje de investigación a Brasil el año pasado. Mientras allà estuvo, Alston se reunió con funcionarios del gobierno, inclusive comandantes de la policÃa y ministros, y también con organizaciones no gubernamentales (ONGs) y más de 40 testigos de abusos de los derechos humanos.
El Ãndice de homicidios de Brasil está entre los más altos del mundo y la policÃa que toma la ley en manos propias es un problema antiguo. La policÃa toma parte con regularidad en barreduras tremendas de los barrios pobres, donde los comandos del narcotráfico frecuentemente tienen una fuerte influencia o aun control total. Alston criticó particularmente las barreduras, o âmegaoperativosâ, que se han transformado en algo cada vez más frecuente en RÃo de Janeiro.
El informe examinó una de esas barreduras, un operativo de junio de 2007 en el Complexo do Alemão. En ella, más de 1.450 policÃas atacaron la favela, matando a 19 personas, con expertos independientes concluyendo que muchos de los muertos habÃan sido ejecutados. Pero, a pesar de toda la violencia, la policÃa incautó apenas dos ametralladoras, seis pistolas, una metralleta y 300 kilogramos de drogas.
âLos funcionarios de la zona afirman que estos megaoperativos de nombres sonoros protegen a los habitantes de los comandos, pero los operativos le han hecho mucho más daño a la gente que a los comandosâ, dijo Alston.
El informe dijo que ha habido poca o ninguna protesta por la violencia de la policÃa en Brasil porque la gente duda que medidas tradicionales de represión legal funcionen contra los comandos. Pero las milicias también han estado implicadas en los asesinatos de sospechosos, de los sin techo y aun de niños de la calle, para poca indignación.
La criminalidad policÃaca en Brasil va más allá del empleo, dijo Alston. âUn gran número de policÃas vive una vida doble. Mientras están de servicio, luchan contra los comandos, pero en sus dÃas libres, sirven de soldados de infanterÃa del crimen organizadoâ, dijo. âEstá claro que las instituciones que responsabilizan a la policÃa están quebradas, pero todavÃa se puede arreglarlas. Espero que las recomendaciones detalladas en mi informe proporcionen un punto de partida para llevar a cabo las reformas necesariasâ.
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