Los cultivadores de marihuana holandeses ganan cerca de $2.7 mil millones al año con la exportación de sus cultivos, en su mayor parte a sus vecinos europeos, le dijo Max Daniel, comisionado de la policÃa holandesa, al periódico NRC Handelsblad el fin de semana pasado. Pero el comercio del mercado negro también está engendrando la violencia, dijo.
Conforme a la legislación holandesa, la tenencia y producción de marihuana son delitos, pero en la práctica la policÃa tolera la venta de marihuana en los cafés, la tenencia de pequeñas cantidades y el plantÃo de hasta cuatro plantas. Cultivos más grandes, incluso los que abastecen a las cafeterÃas, son ilegales.
Pero, como la producción de marihuana sigue siendo prohibida, Holanda, como otros paÃses, enfrenta los problemas que acompañan el mercado negro, incluso la delincuencia y la violencia vinculadas con la prohibición. Daniel lo dijo categóricamente: âHoy el cannabis está implicado en casi todos los grandes casos que involucren asesinato, armas y drogasâ.
Y el tráfico de marihuana está penetrando en la economÃa legÃtima. Los bancos financian los cultivos de marihuana, las empresas financian la investigación universitaria de métodos agrÃcolas y el Tesoro holandés saca provecho de las ventas en los cafés.
âEn la producción de cannabisâ, dijo Daniel, âlos mundos criminosos y no criminosos se han entrecruzado cada vez más. Muchas personas han enriquecido cultivando cannabis. Es posible volverse millonario dentro de 10 años. Muchos de los ingresos son invertidos legalmente en bienes raÃces. Pero no creo que alguien que haya mandado asesinar a personas 14 ó 15 años atrás pueda convertirse en un ciudadano de bienâ.
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