Aunque la mayorÃa de los estadounidenses esté atenta a las elecciones del 04 de noviembre allá, los canadienses también acudirán a las urnas en las elecciones nacionales a fines de este mes. El primer ministro conservador Steven Harper espera que su gobierno minoritario devenga mayorÃa, en tanto que los liberales de la oposición y el Nuevo Partido Democrático (NDP, por su sigla en inglés) sueñan en lograr escaños suficientes en el Parlamento para formar una alianza en el gobierno y el Partido Verde de menor popularidad espera realmente conseguirse algunos escaños.
Aunque en un momento anterior de esta década Canadá haya sido un semillero de la reforma de las polÃticas de drogas, esa cuestión desempeña un rol menor en estas elecciones y ha sido negativa en la medida en que ha hecho parte de la campaña. Los liberales, quienes antes eran el partido gobernante y hace solamente unos cuantos años pedÃan la despenalización de la marihuana, se han retirado en silencio y los conservadores han sido frugales en sus intentos de hacer progresar su agenda prohibicionista durante la campaña, pese a que hayan lanzado algunas andanadas contra el InSite, el inyectorio de Vancouver, y hayan hecho por lo menos una serie de anuncios de campaña que piden redadas de âyonquisâ para el tratamiento o la prisión.
El NDP, que ha adoptado oficialmente la regulación de la marihuana en el pasado, ya no la menciona en la página de temas de su sitio web de campaña, pero el Partido Verde pide abiertamente la legalización de la marihuana y un abordaje de reducción de daños a las demás drogas. (Elizabeth May, la lideresa del Partido Verde, ha pedido disculpas en público por no haber fumado marihuana.)
âLas polÃticas de drogas no han desempeñado un rol muy grande en la campañaâ, dijo Eugene Oscapella, director de la Canadian Foundation for Drug Policy de Ottawa, al observar que, como en EE.UU., la condición de la economÃa empequeñece todas las otras cuestiones. âHarper ha puesto el grito en el cielo sobre ponerse duro con los delincuentes juveniles, pero la verdad es que no se ha hablado mucho sobre las polÃticas de drogasâ.
Pero una victoria convincente de los reformadores puede anunciar la reanudación de una labor para ponerse duro con los delitos de drogas, dijo Oscapella. âPresentaron un proyecto de ley para endurecer las penas contra los delitos de drogas, incluso algunas sentencias mÃnimas obligatorias, y si ganan la mayorÃa, van a proceder a toda máquina. A los conservadores no les gustan las polÃticas de drogas sensatas; les gusta el castigoâ, dijo.
Más destacadamente, los problemas en las polÃticas de drogas en esta temporada de campaña fueron el embrollo por los ex candidatos Dana Larsen y Kirk Tousaw del NDP de la región de Vancouver. Los dos son antiguos activistas pro marihuana o reforma de la legislación sobre las drogas destacados, los dos tienen vÃnculos con Marc Emery y el Partido de la Marihuana de Columbia Británica, los dos integran el ala antiproibicionista del NDP y los dos fueron forzados a renunciar como candidatos el mes pasado después que afloraron vÃdeos en YouTube en que aparecÃan consumiendo drogas en el pasado. Larsen también fue regañado duramente por ser dueño conjunto de una tienda que vendÃa varias semillas, incluso las de coca.
Tousaw no quiso hacer comentarios sobre el evento hasta después de las elecciones, pero Larsen, ex editor de la revista Cannabis Culture, fue menos reticente. No se resentÃa, dijo.
âMi renuncia fue una decisión polÃtica estratégica en consulta con el partidoâ, dijo Larsen. âPodÃa ver cómo iban las cosas â continuar con mi candidatura le dificultarÃa más la vida al NDP en las elecciones. Soy un ex lÃder del Partido de la Marihuana de CB, he fumado marihuana mi vida entera y he sido bien abierto sobre ello, pero no estoy seguro si mis amigos en el NDP tenÃan ciencia de todas las cosas que hice a lo largo de mi carrera. No querÃa que Jack Layton [el lÃder del NDP] tuviera que pasar su tiempo defendiendo a un candidato que vendÃa âplantas de cocaÃnaâ o que, por lo visto, manejaba mientras fumaba marihuanaâ, explicó.
âMi tienda vende semillas de coca y aunque sepamos que la planta de coca tiene una larga historia de consumo tradicional benéfico que remonta a miles de años, no sé si el público está listo para un candidato que vendÃa âplantas de cocaÃnaâ. Si me quedara, terminarÃa más perjudicando que ayudando al NDPâ, dijo Larsen.
Larsen dijo que habÃa aprendido una lección en polÃtica a lo serio. âDeberÃa haber lanzado todo esto en los medios en un dÃa de bastantes noticias cuando me convertà en candidato inicialmenteâ, dijo. âCuando llegaran las elecciones, nadie se habrÃa importado. Pero todo fue publicado el mismo dÃa por mis oponentes. Me superaron en maniobrasâ, observó.
âSigo siendo un filiado leal del NDP; es con mucho la mejor opción polÃtica para el movimiento pro reforma de las polÃticas de drogas en Canadáâ, dijo Larsen. âEl NDP tiene una plataforma de tributar y regular la marihuana y terminar con la guerra contra las drogas. Mucha gente en la comunidad pro reforma de las polÃticas de drogas y de la marihuana está emocionada por creer que el NDP me perjudicó, pero para mà eso no ha pasado del todo. Si realmente apoyan la reforma de las polÃticas de drogas, deben quedarse con el NDP o trabajar con otro partido que también la apoyeâ.
Pese a que ahora los verdes sean oficialmente más progresistas en las cuestiones de las polÃtica de drogas, el NDP continúa siendo el mejor lugar para los reformadores de las polÃticas de drogas, argumentó Larsen. âAunque los verdes tengan una buena polÃtica para la marihuana y eso pueda ayudar a presionar a otros partidos a que adopten esas ideas, los verdes no van a elegir a nadieâ, dijo Larsen. â¿Será que los verdes van a hacer algo mejor que [la parlamentaria de Vancouver Este por el NDP y ardiente reformadora de las polÃticas de drogas] Libby Davies? Parte de ser parlamentario es integrar un equipo partidarioâ.
Además, dijo, habÃa una perspectiva consoladora. âSeguro que esto me ha dado destaqueâ, se rió. âRecibà mucho apoyo y casi ningún comentario negativo. Seguiré yendo a las convenciones del NDP y ahora la gente va a reconocer quien soy yoâ.
âComprendo la preocupación del NDP por Dana Larsenâ, dijo Oscapella. âManejar mientras se fuma marihuana y se coloca con LSD y publicarlo en YouTube no parece bien y el NDP se habrÃa encontrado en la posición de tener que aclarar que no apoya el consumo de drogas, solamente las polÃticas de drogas sensatas. SerÃan necesarias muchas explicaciones para deshacer el posible perjuicioâ.
Con todo, dijo Oscapella, el NDP sigue siendo una buena apuesta para la gente interesada en la reforma de las polÃticas de drogas. âNo creo que se estén alejando de las polÃticas de drogas sensatasâ, dijo. âAunque para ser elegidos puedan no querer llamar mucha atención a esto, tienen demasiadas personas buenas como Libby Davies que son buenÃsimas en materia de reforma de las polÃticas de drogas. Si se plantea la cuestión de la reforma de las polÃticas de drogas durante una elección, se corre el riesgo de ser atacadoâ.
Desde que los conservadores llegaron al poder, la polÃtica de la marihuana y de la reforma de las polÃticas de drogas ha ido fuera de camino, dijo Oscapella. âLos conservadores han retrocedido totalmente respecto a la marihuana. No quieren tener nada que ver con cualquier liberalización, pero sà quieren aumentar las penas contra lo que llaman grandes criminales, incluso algunos infractores por marihuanaâ, señaló.
Tanto los verdes como el NDP se han salido mejor en materia de polÃticas de drogas que los liberales, dijo Oscapella. âHace unos cuantos años los liberales hablaban de despenalización, pero luego se retiraron y dijeron que querÃan apenas reducir las penas, tal vez a causa de la presión polÃtica de Washingtonâ, dijo Oscapella. âPero eso nunca sucedió y no he escuchado un pÃo de los liberales sobre eso desde entoncesâ.
Pese a que no aparezca en su mayorÃa, la polÃtica de la lucha contra la droga sà entró en algunos panfletos electoreros producidos por la campaña de Harper y enviados a votantes por candidatos conservadores alrededor del paÃs. DecÃan: âLos yonquis y traficantes no deben estar cerca de los niños y las familias. Deben estar en [clÃnicas de] rehabilitación o entre rejasâ.
Terry McKinney, residente y activista de Vancouver, recibió los panfletos y se enojó. âQuerÃa demandar a los desgraciados por atacar mis derechos humanos según la Carta de Derechos canadienseâ, dijo.
McKinney clarificó: âEl primer panfleto fue un ataque directo con miras a cualquiera que consuma drogas y su total falta de humanidad (de los adictos)â. Fue seguido de âmás varios que atacaban a los adictos, el consumo de drogas, la delincuencia juvenil, lo entiendesâ, dijo.
âEstas personas afirman ser cristianos renacidosâ, prosiguió McKinney, âpero todo lo que se escucha de ellos es el dogma moral. No hay señales de compasión, comprensión o simpatÃa por su prójimo. Como alguien con problemas con la adicción hace casi 40 años, nunca he visto tanto rechazo de la investigación y la ciencia por creencias religiosas puramente personales en un partido gobernanteâ.
Los votantes canadienses acuden a las urnas en menos de dos semanas. Un gobierno de mayorÃa conservadora serÃa una mala noticia para la reforma de las polÃticas de drogas, un gobierno entre liberales y el NDP podrÃa dar algunos pasos en la dirección de la reforma, pero, en estas elecciones por lo menos, parece que la reforma de las polÃticas de drogas ha sido dejada a un lado.
Add new comment