Con la puesta en libertad temprana de algunos presos por piedra de cocaÃna lista para ponerse en marcha la semana que viene y la acumulación de presión para que se haga algo con respecto a la disparidad entre las sentencias para delitos de piedra y polvo de cocaÃna, esta semana la Cámara de los Diputados volvió su atención hacia la cuestión. Una audiencia del martes en el Subcomité de Criminalidad, Terrorismo y Seguridad Nacional del Comité de la Cámara de EE.UU. sobre el Judiciario presenció una discusión animada tanto de las reducciones retroactivas de condenas para actuales prisioneros por crack como de una serie de proyectos de ley que buscan tratar de las disparidades entre las sentencias para la piedra y el polvo.
El dÃa de presión fue iniciado con una conferencia de prensa matutina que contó con los diputados Bobby Scott (D-VA), Bobby Rush (D-IL), Sheila Jackson-Lee (D-TX) y Chris Shays (R-CT), asà como Dorothy Gaines y Michael Short, ex presos por crack que recibieron clemencia en diciembre del presidente Bush tras cumplir más de 15 años. Después de eso, se fueron al Capitolio.
âEstuvimos en reuniones el dÃa enteroâ, dijo Bill Piper, director de asuntos nacionales de la Drug Policy Alliance, que unió fuerzas con delegaciones estaduales y organizaciones nacionales, incluso con la ACLU, el Sentencing Project y la Families Against Mandatory Minimums en el dÃa de acción en el Capitolio. âHubo muchÃsimas buenas interacciones y hay mucho optimismo respecto a las perspectivas de cambio en el Capitolio. Hay un fuerte presentimiento de que la legislación puede tramitar en una o dos semanasâ, dijo.
La cuestión es: ¿qué ley? Se han presentado por lo menos cuatro proyectos â el H.R. 79, el H.R. 360, el H.R. 4545 y el H.R. 5035 â que tratarÃan de la disparidad condenatoria entre piedra y polvo de cocaÃna en la Cámara y hay más en el Senado. Ellos ordenan cambios que van de la total igualación de las penas para la piedra y el polvo a la reducción de la discrepancia a una razón de 20:1.
Según las actuales leyes condenatorias, escritas durante la histeria del crack de mediados de los años 1980, son necesarios 500 gramos de polvo de cocaÃna para granjearse una sentencia mÃnima obligatoria de cinco años de prisión, pero apenas 5 gramos de piedra de cocaÃna. Esa disparidad de 100:1 ha resultado en la prisión de miles de personas, negras en su mayorÃa (aunque la mayor parte de los consumidores de crack sea blanca), durante largos perÃodos de tiempo.
âParece que la mayor parte de los congresistas y el público está de acuerdo que la actual disparidad en las penas para la piedra y el polvo de cocaÃna es injustificada y que deberÃa ser arregladaâ, dijo el diputado Scott, presidente del subcomité, mientras inauguraba la audiencia del martes. âSin embargo, aún no hay un consenso claro sobre qué deberÃa ser ese arregloâ.
La base para la disparidad condenatoria entre la piedra y el polvo no estaba fundada en la ciencia ni en pruebas, âsino en pujas polÃticas para saber quién serÃa el más duro con la epidemia de crack que se creÃa estar barriendo a Estados Unidos hace varios añosâ, dijo Scott. âSeguro que no hay una base sensata para una sentencia mÃnima obligatoria de cinco años por la mera tenencia de cinco gramos de crack, cuando se puede recibir libertad vigilada por tener una tonelada de polvo, porque las sentencias mÃnimas obligatorias para el polvo sólo se aplican a casos de distribución, no de tenenciaâ.
Luego Scott presentó su proyecto, el H.R. 5035, como el mejor arreglo. âEs un proyecto sencillo que hace lo máximo para tratar de los problemas en las leyes actuales que condenan la cocaÃnaâ, dijo Scott. âPrimero, elimina la distinción legal entre piedra y polvo de cocaÃna, tratándolas como la misma droga, lo que son. El proyecto también elimina todas las sentencias mÃnimas obligatorias para delitos de cocaÃna. Y, por ende, autoriza fondos para juzgados estaduales y federales de delitos de drogas, que han demostrado ser eficaces en la prevención de la reincidencia y ahorran dinero cuando comparados con perÃodos más largos de encarcelaciónâ.
El diputado Charles Rangel (D-NY), uno de los arquitectos de las severas leyes condenatorias sobre el crack en los años 1980, cambió de opinión el martes â como lo ha hecho durante algunos años. âNo resta duda en mi mente de que esa gente que creÃa que la gente involucrada en la tenencia de crack deberÃa ser sentenciada a más tiempo pensaba que ello servirÃa mejor a la comunidad de alguna formaâ, dijo. âClaramente, ése no es el caso y hallamos que tomar la discreción al determinar quien va o no va a ser preso es mostrar falta de confianza en nuestros juecesâ.
La diputada Jackson-Lee, cuyo proyecto, el H.R. 4545, también trata de la disparidad condenatoria entre piedra y polvo, dijo que era tiempo de âeliminar por fin las injustas y desigualesâ disparidades y de âenderezar los tuertosâ creados por las duras leyes antidrogas de los años 1980. âDurante los últimos 21 añosâ, dijo Jackson-Lee, âhemos dejado que la gente que ha cometido crÃmenes parecidos cumpla sentencias drásticamente diferentes por lo que ahora sabemos ser diferencias desacreditadas e infundadasâ.
A pesar de los pesares, no todo fue un festival pro reforma y antidisparidad en el comité. El diputado Louie Gohmert (R-TX), presidente de la bancada minoritaria, dijo que, aunque apoyara los intentos de reparar la disparidad condenatoria entre piedra y polvo, temÃa que la decisión de la Comisión de Penas para volver las directrices condenatorias retroactivas resultara en la liberación de criminales violentos. âComo ex juez y presidente de tribunal, soy atentamente reacio a revocar legislativamente el juicio anterior de jueces o jurados, quienes estaban en la mejor posición para considerar el delito y el delincuenteâ, dijo.
Ãl fue repetido por un representante del Ministerio de Justicia de EE.UU. âCualquier reforma debe venir del Congreso, no de la Comisión de Penas de EE.UU.; y, en segundo lugar, cualquier reforma, salvo en circunstancias limitadÃsimas, deben aplicarse prospectivamente apenas, no retroactivamenteâ, declaró Gretchen Schappert, fiscal de EE.UU. del Distrito Oriental de Carolina del Norte, al mostrar la postura del Ministerio de Justicia. âSeguimos creyendo que una variedad de factores justifica totalmente penas más altas para delitos de crack. Se ha dicho que mientras que el polvo de cocaÃna destruye a un individuo, la piedra de cocaÃna destruye a una comunidad, y seguramente ésa ha sido mi experienciaâ. Michael Mukasey, ministro de Justicia de EE.UU., ha estado intentando bloquear las liberaciones retroactivas también y actualmente la página web del ministerio dedica su principal enlace a un discurso que hizo al Orden Fraterno de la PolicÃa sobre el tema.
Pero el comité también escuchó a Michael Short, un baltimorense que cumplió cerca de 16 años de prisión por vender 56 gramos de crack antes que el presidente Bush le concediera clemencia el año pasado. âSé que lo que hice estaba malâ, le dijo Short al comité. âVendà drogas ilegales y merecÃa ser castigado. Pero lo que hice y quién era no justificaban la sentencia que recibÃ. Y aunque hoy esté contando mi historia, también es la de muchos hombres que conocà en prisión, infractores no violentos que cumplen 10, 20 ó 30 años por delitos de piedra de cocaÃna. No me fueron necesarios 20 años para convencerme del error en mi modo de ser, para castigarme o meterme por camino. En conjunto, mi sentencia era demasiado larga. Era demasiado larga en razón de la manera por que la ley trata el crack. Doce años es la especie de condena que capos del tráfico deberÃan recibir â los grandes narcotraficantes. Pero yo no era capo. Fui condenado como uno porque la droga por la que fui condenado era el crackâ.
Short también se opuso a la caracterización de los infractores por crack como criminales peligrosos hecha por el Ministerio de Justicia y algunos miembros del comité. âHe escuchado algunos de los comentarios que personas en cargos de poder han hecho sobre los prisioneros por piedra de cocaÃna â de que somos pandilleros violentos y que por eso nuestras sentencias tienen que ser tan largas. No soy asà y la mayorÃa que dejo atrás en prisión tampoco lo esâ, dijo. âPese a que cometiera un equÃvoco terrible, no hubo violencia en mi crimen. Yo no era pandillero. Fui sentenciado a tanto tiempo a causa de un estereotipoâ.
Ahora, con audiencias habiendo sido realizadas en las dos cámaras del Congreso â el Senado condujo una hace dos semanas -, es tiempo de poner esos proyectos en marcha. Y eso es lo que pasa entre bastidores en el Capitolio, dijo Piper.
âLos senadores Sessions, Biden y Hatch están sentándose para intentar elaborar un acuerdoâ, dijo. âEstán intentando proponer algo con lo que todos puedan estar de acuerdo y que también pueda ser aprobado en el pleno. Presiento que no va a ser la eliminación total de la disparidad en las condenas, pero algo entre la razón de 20:1 de Hatch y la de 1:1 de Biden. Probablemente terminará siendo 5:1 ó 10:1â, predijo Piper.
Reducir la disparidad en las penas para la piedra y el polvo serÃa un âsuceso maravillosoâ, dijo Robert Weiner, ex director de relaciones públicas del general Barry McCaffrey, secretario antidroga. âEstas sentencias son una locura, hacen parte de la distorsión grosera del sistema de justicia penal. Si se va a cometer el crimen, se deberÃa cumplir la pena, pero ella deberÃa ser la misma para el mismo crimenâ, dijo.
Pero el intento estridente del Ministerio de Justicia de EE.UU. para coartar la retroactividad puede echar todo por la borda, advirtió Piper. âEso complica las cosasâ, reconoció. âEsperamos no dejarlo entrar en ningún proyecto acordado. Miles de familias esperan que sus seres amados regresen a casa pronto y no queremos decepcionarlosâ.
Ahora, tras años de inacción, puede ser que el Congreso finalmente actúe. Pero aún no se ha cerrado el negocio y hay muchos obstáculos entre ahorita y la aprobación de un proyecto que devolverÃa alguna justicia a las sentencias para la piedra de cocaÃna.
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