En octubre tras varios meses de discusión, la junta escolar de la Comarca de Kanawha (Charleston) en Virginia Occidental votó por 4 a 1 para proseguir con un plan de realizar exámenes toxicológicos aleatorios con profesores y demás funcionarios del distrito escolar. La nueva polÃtica expande una polÃtica existente que estipula exámenes toxicológicos para profesores sospechosos de consumo de drogas. La medida sucedió pese a varias advertencias de que ello resultarÃa en un pleito largo y costoso con profesores y libertarianos civiles.
âEs difÃcil obtener datos firmes sobre estoâ, dijo Lisa Soronen de la National School Board Association. âTenemos casi solamente informaciones anecdóticas, pero mi sensación es la de que los exámenes toxicológicos con profesores son una cuestión más frecuentemente considerada que efectuada porque el coste, las impugnaciones constitucionales y la presión polÃtica para no hacerlos los convierten en algo indeseable para muchas juntas escolaresâ.
La asociación no asume ninguna postura respecto a exámenes toxicológicos con profesores, dijo Soronen. âNo hemos asumido posturas especÃficos ya sobre los exámenes toxicológicos con estudiantes ya con profsores", explicó. âNuestro mantra es el de fiscalización local. Nuestro punto de vista es el de que los distritos escolares deberÃan hacerlo, pero ellos mismos deberÃan tomar las decisiones. Si quieren, deben poder hacerloâ.
Pese a que tanto los tribunales de Virginia Occidental como los de la Corte Suprema de EE.UU. hayan sostenido que los funcionarios del gobierno no pueden ser forzados a participar de programas de exámenes toxicológicos aleatorios sin necesidad de sospecha a menos que estén trabajando en cargos âsensibles a la seguridadâ, la junta escolar de Kanawha espera sortear esos fallos al definir que casi todos los empleos escolares son âsensibles a la seguridadâ.
âCreo que no hay nada más sensible a la seguridad que alguien que atiende a mi hijo el dÃa enteroâ, le dijo Becky Jordon, presidenta de la junta escolar y madre, al Charleston Daily Mail a fines del mes pasado.
En artÃculos de la prensa de la zona, los cuatro integrantes de la junta que votaron por los exámenes toxicológicos aleatorios aludieron a la presión de la comunidad, pese a las pocas pruebas de consumo de drogas entre los empleados del distrito. Esa presión se debió en parte al resultado de tres incidentes bastante divulgados, pero estadÃsticamente insignificantes que involucraban drogas y funcionarios de colegios en los últimos años. En un caso, un profesor de primaria fue arrestado por tenencia de cocaÃna, pero después lo absolvieron y él regresó al trabajo. En otro caso, se acusa que una bibliotecaria mantuvo una relación con dos estudiantes que incluyó consumo de drogas. En un tercer caso, apresaron a un profesor de primaria después que la policÃa encontró materiales de preparación de metanfetamina en su hogar.
Pero algunos integrantes de la junta también dieron a entender que esperaban poder establecer un precedente legal en la expansión del alcance de los exámenes toxicológicos. âEn cuanto miembro de la junta elegido por el público, no logré encontrar en las bases electorales alguna razón para no responder por lo menos a la voluntad del pueblo para buscar algo que no estaba totalmente convencido de que hubiera sido eliminado como totalmente inconstitucionalâ, le dijo Bill Raglin, integrante de la junta, al Daily Mail. âNo voy en contra del fallo de los tribunales, pero quiero escuchar lo que van a decirâ, dijo. âY no estoy dispuesto a aceptar lo que el abogado de la ACLU o alguien más me dicen porque es una opinión que tienen â no un fallo judicialâ.
Ahora, las advertencias de impugnaciones judiciales se han materializado. El 26 de noviembre, la filial de Virginia Occidental de la American Federation of Teachers (AFT, por su sigla en inglés) cursó una querella en el Juzgado de Distrito de la Comarca de Kanawha buscando impedir que el programa fuera implementado. La semana pasada la West Virginia Education Association (WVEA, por su sigla en inglés) y la Asociación Americana de las Libertades Civiles (ACLU, por su sigla en inglés) se sumaron a la lucha, presentando una segunda demanda en el juzgado de distrito para impedir que el programa entre en vigor el 1º de enero.
âLa Junta no nos deja otra alternativa que presentar una demanda tan pronto como decidieron implementar una polÃtica que pone en riesgo la seguridad estudiantil e infringe los derechos constitucionales de sus empleadosâ, dijo Fred Albert, director de la sucursal AFT-Kanawha. âLa polÃtica infringe los derechos a la privacidad, protegidos por la Constitución de EE.UU., de los funcionarios escolares que vayan a ser revisados aleatoriamente y que no tengan parte en puestos sensibles a la seguridad. La polÃtica, en efecto, pone a todos los profesores bajo sospecha; y esto está mal tanto moral como legalmenteâ.
âLa propuesta de exámenes toxicológicos aleatorios con funcionarios de colegios públicos es una afrenta a nuestros derechos fundamentales y un desperdicio insensato del escaso dinero del contribuyente que no va a incrementar la seguridad estudiantilâ, dijo Adam Wolf, un abogado de la Unión Americana de las Libertades Civiles. âLos empleados públicos no deberÃan tener que renunciar a sus derechos constitucionales como condición para servir a su comunidadâ.
El miércoles Albert de AFT-Kanawha le dijo a la Crónica que mientras que la cuestión del consumo de drogas entre empleados probablemente llevó la junta a su decisión, la verdad es que ello carecÃa de fundamento. âHace tres años hubo el caso de un administrador pillado con una sustancia, pero él fue absuelto en un tribunal de justicia y reintegradoâ, dijo Albert. âHa habido dos otros casos, pero en ninguno la gente aparecÃa con las facultades perjudicadas a causa de las drogas. Creo que éste fue el factor principal en la decisión de la juntaâ.
Albert no tardó a señalar que aunque su organización esté resistiendo a las nuevas polÃticas, eso no quiere decir que sea a favor de profesores esnifadores de droga. âMi sindicato no defiende y jamás ha defendido a profesores o cualquier otro funcionario escolar que consuma drogas o esté con sus facultades perjudicadas y ponga a los niños en peligroâ, dijo. âHay una polÃtica en vigor, aprobada por la junta hace cerca de un año, de que cualquiera que parezca estar con sus facultades perjudicadas en el trabajo deberÃa ser examinado bajo sospecha. No vemos nada malo en eso. No nos parece que nosotros, que no consumimos drogas ilÃcitas, debamos ser considerados culpables y tengamos que probar nuestra inocenciaâ.
Ahora la decisión les tocará a los tribunales. Y la Junta Escolar de Kanawha se prepara para gastar cientos de miles de los escasos fondos para la educación para descubrirlo. Albert y los profesores creen que ese dinero y los calculados $ 40,000 al año para implementar el programa de exámenes toxicológicos aleatorios podÃan ser gastados de una mejor manera concienciando realmente a los estudiantes.
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