Pese a adoptar formalmente la reducción de daños como parte de una estrategia nacional antidroga en 2003, el gobierno canadiense sigue gastando la vasta mayorÃa de sus fondos antidrogas en medidas legales no comprobadas y probablemente contraproducentes, de acuerdo con un estudio publicado el lunes. El informe fue lanzado al mismo dÃa en que la encuesta del Vancouver Sun, la cual descubrió que dos tercios de los canadienses apoyan tratar el consumo de drogas como cuestión de salud pública. Juntos, el estudio y la encuesta son una crÃtica acerba para el gobierno conservador del primer ministro Steven Harper, que ha prometido una nueva estrategia nacional antidroga con un fuerte énfasis en la represión legal.
Producido por el BC Center for Excellence in AIDS, que ha sido financiado parcialmente por el gobierno provincial de Columbia Británica, "Canada's 2003 renewed drug strategy -- an evidence-based reviewâ [La estrategia antidroga renovada de 2003 de Canadá â un examen basado en pruebas], ofrece una crÃtica devastadora de lo que sus autores llaman de âamericanizaciónâ de las polÃticas de drogas canadienses. El estudio advierte que la dependencia continua de dichas polÃticas serÃa un âdesastreâ.
Canadá tiene poco que mostrar por todo ese dinero gastado en la imposición de la ley antidroga, sugirió el estudio. El informe mostró que la Estrategia Antidroga de Canadá no ha logrado estancar los grupos de canadienses que prueban drogas ilÃcitas. En 1994, 28,5% de los canadienses informaron haber consumido drogas ilÃcitas durante sus vidas; por vuelta de 2004, ese dato habÃa saltado a 45%.
La proporción de gastos antidrogas federales dedicados a las actividades de represión legal ha disminuido de los 95% en 2001 después que el ex gobierno liberal empezó a enfatizar la reducción de daños y la prevención en vista de las crÃticas del auditor general federal y otros crÃticos. Pero, para los autores del estudio lanzado el lunes, la parte del presupuesto dedicada a la imposición de la ley sigue inaceptablemente alta.
âAunque la meta declarada de la Estrategia Antidroga de Canadá sea reducir el daño, las pruebas obtenidas a través de este análisis indican que el énfasis abrumador sigue estando en los abordajes convencionales basados en la represión, los cuales son costosos y a menudo exacerban, en vez de reducir, los dañosâ, concluyó el informe.
âLos gastos federales actuales en iniciativas cientÃficamente comprobadas que objetivan el VIH/SIDA y otras enfermedades graves son insignificantes cuando comparados a los fondos dedicados a la represión legalâ, dijo el Dr. Julio Montaner, director del BC Center for Excellence in HIV/AIDS y uno de los principales autores del informe. âSin embargo, aunque las intervenciones de la reducción de daños sustentadas a través de la estrategia antidroga estén siendo puestas a un padrón extraordinario de prueba, aquéllas que reciben la proporción más grande de la financiación siguen siendo subevaluadas o ya han probado ser ineficacesâ.
Ese comentario fue un ataque directo hecho contra la reluctancia del gobierno Harper a reautorizar el Insite, la instalación de Vancouver que es el único local de inyección segura de Norteamérica para usuarios de drogas duras. El 01 de septiembre, cuando el ministro de Sanidad, Tony Clement, le dio a la instalación sólo un año de reautorización (habÃa solicitado tres), él cuestionó públicamente las pesquisas que muestran que el local es eficaz, que salva vidas y que no aumenta los Ãndices de consumo de drogas o de criminalidad en el barrio. Se necesitaban más pesquisas, dijo Clement.
Al mismo dÃa, la Asociación de la PolicÃa Canadiense, que representa a oficiales de alto rango y grado, condenó públicamente las medidas de reducción de daños. El vicepresidente de la Asociación, Tom Stamatakis, le dijo a los medios en la época que la reducción de daños estaba absorbiendo demasiado dinero de la ley. âEste enfoque de reducción de daños ha llevado a niveles sin precedentes de criminalidad en nuestra ciudadâ, dijo, pidiendo una nueva estrategia nacional antidroga que se concentre en el tratamiento, la prevención y la represión.
Pero, eso es precisamente lo que no se necesita, descubrió el estudio del BC Center. âLa propuesta americanización de la estrategia antidroga hacia afianzar un abordaje severo que confÃe en la represión legal será un desastreâ, dijo el Dr. Thomas Kerr, coautor del estudio. âEs como si el gobierno federal estuviera dispuesto a ignorar una montaña de ciencia para llevar a cabo una agenda ideológicaâ.
âCreo estupendo que este estudio haya sido lanzadoâ, dijo Donald McPherson, coordinador de polÃticas de drogas de la ciudad de Vancouver. âEllo muestra claramente que aunque haya existido algún movimiento desde 2001, todavÃa no hay una estrategia antidroga muy equilibrada. La encuesta de esta semana muestra que el público lo comprende, que la gente entiende que esto es ante todo una cuestión de saludâ, le dijo él a la Crónica de la Guerra Contra las Drogas. âEspero que la gente en el gobierno federal examine las pruebas y perciba por fin que los abordajes comprobados son preferibles a los abordajes del tipo ideológicamente contrario a las drogas. El hecho que el público lo comprenda les ayudará a los polÃticos a comprenderloâ.
El estudio también conquistó los aplausos de la parlamentaria del Este de Vancouver del Nuevo Partido Demócrata (NDP), Libby Davies, que en un mensaje a eNDProhibition, la ala antiprohibicionista del partido, dijo que concordaba que âel gobierno conservador debe parar de fiarse en un abordaje represivo para tratar de problemas asociados con el consumo de drogas ilegales en Canadá. Mis colegas del NDP y yo hemos apoyado un abordaje de reducción de daños, concienciación y prevención al consumo de drogas ilegales durante mucho tiempo en Canadáâ, añadió.
âLos prohibicionistas nunca han sido convocados a justificar la prohibición y este informe está diciendo que no pueden justificar estas polÃticasâ, dijo Eugene Oscapella de la Canadian Foundation for Drug Policy. âEsto es dicho por una organización creÃble y ello ayudará a influenciar a la opinión públicaâ, le dijo él a la Crónica de la Guerra Contra las Drogas. âEllo repercutirá junto a los canadienses en general, pero dudo mucho que haga que los conservadores cambien el rumbo de las cosas. Esta gente está bien dispuesta a ignorar los hechos en la búsqueda de sus metas ideológicasâ.
Aunque la encuesta del Vancouver Sun del lunes mostrara que sólo un tercio de los canadienses son a favor de abordajes legales severos, observó Oscapella, ese un tercio es la base del Partido Conservador. âLos conservadores estarán de acuerdo con sus bases en esto, pero hasta el punto en que este informe conciencie el público, puede causar impacto en las márgenesâ.
La Crónica de la Guerra Contra las Drogas contactó al Ministerio de Justicia canadiense en busca de comentarios, pero sus funcionarios nos encaminaron al Ministerio de Sanidad de Canadá, que no ha contestado las preguntas.
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