En una votación oral el martes por la noche, la Cámara de los Diputados de los EE.UU. votó en la aprobación de una medida que forzarÃa a los distritos escolares de todo el paÃs a adoptar polÃticas que permiten que los profesores y funcionarios escolares realicen búsquedas aleatorias y arbitrarias de todos los estudiantes a cualquier momento con base en la âsospecha razonableâ de que un estudiante pueda estar portando drogas o armas. Defendida por el Dip. Geoff Davis (R-KY), la Ley de Seguridad de los Estudiantes de 2006 [Student Safety Act of 2006 (H.R. 5295)] no tuvo ninguna audiencia y fue acelerada por la Cámara.
En verdad, el proyecto no da carta blanca para búsquedas, hace que los distritos escolares se la traguen. De acuerdo con un análisis del proyecto hecho por el Servicio de Pesquisa del Congreso, ello ârequiere que los estados, las agencias educacionales y los distritos escolares municipales consideren razonable la búsqueda de un estudiante menor de edad en el terreno escolar público y permisible si conducida por un profesor o funcionario escolar de tiempo integral, actuando sobre cualquier sospecha plausible [cambiada en la versión final para ârazonableâ] con base en la experiencia y juicio profesionales para asegurar que la escuela siga libre de todo y cualquier tipo de armas, materiales peligrosos o narcóticos ilegalesâ. Y para asegurarse que los distritos escolares entendieron el mensaje, observa el análisis, el proyecto âniega los fondos Escuelas Seguras y Educación Ciudadana, proporcionados de acuerdo con la Ley de Educación Elementar y Secundaria de 1965 [Elementary and Secondary Education Act of 1965], a estados, agencias educacionales y distritos escolares municipales que no consideren dichas búsquedas razonables y permisiblesâ.
Algunos demócratas de la Cámara se levantaron para oponerse al proyecto. âEste proyecto retirarÃa la financiación de cualquier distrito escolar que decida que los profesores y administradores municipales saben más que el Congreso cómo volver sus escuelas segurasâ, dijo la Dip. Lynn Woolsey (D-CA). âEs un error suponer que todo estudiante es tan culpable como alguna persona problemática. Detendremos cualquier nuevo programa que quiera rotular a toda la juventud como culpableâ, prometió.
âComo alguien que enseñó durante seis años en una de las escuelas y comunidades más duras en el paÃs, tengo serias reservas en cuanto a lo que esta legislación hace de verdadâ, dijo el Dip. Danny Davis (D-IL). âNo estoy solo. La Asociación Estadounidense de Administradores de Escuelas, la Asociación Nacional de Consejos Escolares, la Asociación de Padres y Maestros, la ACLU, la Federación Estadounidense de Profesores y mi propio distrito escolar de Chicago están todos preocupados. Estamos preocupados que esta legislación invalide las polÃticas de búsquedas en las escuelas que ya fueron promulgadas por una polÃtica única. Este proyecto establece una polÃtica que da a los profesores la autoridad de realizar búsquedas cuando esa autoridad debe estar con el consejo escolar. Y ello penaliza a las escuelas por no obedecer al negarles los fondos de la Ley de Escuelas Seguras y Libres de las Drogas [Safe and Drug-Free Schools Act]. Aunque todos nosotros queramos que nuestras escuelas sean lugares seguros y protegidos, este proyecto es dubio, innecesario y quita los derechos que deberÃan ser reservados a las comunidades localesâ.
Aunque los demócratas se pronunciaran contra el proyecto en debate el martes por la noche, ninguno de ellos dio el paso sencillo de pedir una votación abierta, lo que podrÃa haber resultado en la derrota de la medida. Ya que el proyecto fue acelerado, exigÃa la votación de dos tercios en la Cámara y no está claro que el proyecto pudiera haber ultrapasado esa valla si los congresistas hubieran sido forzados a votar abiertamente. Ahora, el proyecto se dirige hacia el Senado para ser ponderado.
âEstamos decepcionados no solamente con la Cámara al aprobar este proyecto, sino con la cobardÃa demostrada por los demócratas al no pedir una votación abierta para hacer que los legisladores fueran a públicoâ, dijo Tom Angell, director de comunicación del Students for Sensible Drug Policy (SSDP). âCualquier miembro podÃa haber pedido votación abierta, pero nadie lo hizo y eso puede haber hecho la diferencia. Ningún congresista sintió que era lo suficientemente importante hacer que sus colegas fueran a público respecto de esta cuestiónâ, le dijo él a la Crónica de la Guerra Contra las Drogas.
Junto con la DRCNet y la Drug Policy Alliance, el SSDP trabajó casi sin aviso previo para movilizar a la oposición al proyecto, el cual se creÃa haber tenido una muerte pacÃfica, pero que fue revivido en el último momento como maniobra de campaña del Dip. Davis. La ACLU y una serie de otros grupos de concienciación se unieron a los grupos de reforma que se oponÃan al proyecto. El único grupo grande de concienciación que apoyaba al proyecto era la Asociación Nacional de la Educación.
âHicimos un análisis muy bueno cuando recibimos la legislación y lo que nos dejó intrigados de verdad era la manera que ellos definÃan las búsquedas como una actividad desempeñada por un profesor o un funcionario de la escuela pública de tiempo integralâ, dijo Tor Cowan, director de legislación de la Federación Estadounidense de Profesores, que se opuso al proyecto. âNo creemos que los profesores deban ser entrenados para ser policÃas. Si un profesor cree que un estudiante está llevando un arma o tiene drogas, deberÃa encaminarlo al vicedirector o supervisor de disciplina, que ha sido entrenado por el distrito respecto de lo que es permisible y él determinarÃa cuál serÃa el próximo paso. Eso es preferible a tener 50 profesores, todos con una comprensión distinta de lo que significaba sospecha razonable, intentando hacer estoâ, le dijo él a la Crónica de la Guerra Contra las Drogas.
âDesde la perspectiva de un administradorâ, prosiguió Cowan, âellos sienten que tienen polÃticas a puestos que pueden ser puestas en peligro por este proyecto. Ya tenemos requerimientos y órdenes federales suficientes y esto puede llevar a desafÃos de polÃticas que ya han sido establecidas por la Corte Suprema. La corte da condiciones a los distritos escolares cuando se trata de establecer la sospecha razonableâ.
El martes, pese a que los legisladores le hayan dado al tema de que el proyecto protegerÃa la seguridad de los profesores y estudiantes igualmente, Cowan se encolerizó con la implicación de que los opositores del proyecto no estaban preocupados con la seguridad. âEs un argumento falso decir que a las personas que no apoyan esto no les importa la seguridad escolarâ, dijo. âYa es muy claramente de interés del profesor â no apenas en sà mismo, sino en el interés de sus estudiantes y de su escuela â informar sus sospechas de que un estudiante está llevando un arma o usando drogas al administrador adecuado en la escuela. Ya existen los medios para garantizar la seguridad y asegurar que las escuelas sigan libres de las drogas y de la violenciaâ.
âTenemos un par de problemas con este proyecto tambiénâ, dijo Bill Piper, director de asuntos nacionales de la Drug Policy Alliance, uno de los grupos de reforma de las polÃticas de drogas que lidera la oposición. âPrimero, el Congreso está diciendo que si no se establece una polÃtica que permita que los profesores y administradores pasen a los estudiantes en revista, entonces no se recibirá dinero federal. Los autores del proyecto dicen que están intentando mantener el estatus quo, pero es absurdo. Ahora, los distritos escolares pueden establecer sus propias polÃticas y deberÃan poder establecer sus propias polÃticas. Si quieren proteger los derechos de privacidad de los estudiantes, deberÃan poder hacerlo sin miedo de perder la financiación federalâ, le dijo él a la Crónica.
âSegundo, de la manera que este proyecto está redactado, implica fuertemente que la polÃtica del distrito escolar tiene que ser una en que ellos puedan realizar búsquedas masivas y aleatoriasâ, prosiguió Piper. âSi el director escucha el rumor de que alguien está vendiendo marihuana, puede buscar a todos los estudiantes en el edificio, y quien sabe si esos tipos de buscas son constitucionales. Nuestra gran preocupación es que los administradores escolares tengan la idea equivocada sobre los lÃmites de sus poderes constitucionalesâ.
âEn los casos controladores de la Corte Suprema sobre estas búsquedas, la corte sostuvo que los administradores escolares no necesitaban causa probable para pasar a los estudiantes en revista, solamente la âsospecha razonableâ, la cual es un estándar menorâ, dijo Jesselyn McCurdy, consultora legislativa en el Gabinete Legislativo de Washington de la ACLU. âPero, la corte no decidió especÃficamente sobre si tiene que haber o no la sospecha individualizada; en realidad, en su decisión, dijo especÃficamente que no estaba expresando un fallo sobre las búsquedas masivasâ, le dijo ella a la Crónica.
âEstamos preocupados que el texto vago en el proyecto lleve a los administradores a pensar que pueden hacer buscas masivas y completas como la que hicieron en Goose Creekâ, el local de un ahora notorio allanamiento antidroga en que la policÃa blandió armas y los sabuesos invadieron un colegio secundario de Carolina del Sur, dijo McCurdy. âSin tener en cuenta si el proyecto realmente permite eso, es medio tonto. Se puede aprobar cualquier proyecto que se quiera, pero si es inconstitucional, alguien lo desafiará y forzará a la Corte Suprema a determinar su constitucionalidad. Dado que la mayor parte de los distritos escolares ya tienen polÃticas sobre las búsquedas en las escuelas a puestos, esto apenas causará más confusión respecto de lo que las escuelas pueden y no pueden hacerâ.
âNos oponemos a esta legislación porque es una polÃtica única ordenada desde Washingtonâ, explicó Angell del SSDP. âEnvÃa el mensaje de que el Congreso sabe más que los administradores escolares cómo mantener las drogas fuera de las escuelas, y eso es ofensivo, por eso todos estos grupos de concienciación se pronunciaron contra ello. Si se vuelve ley, corremos peligro de ver más allanamientos a la Goose Creek. Muchas escuelas ya permiten las búsquedas con base en el estándar bien frágil de sospecha razonable, pero actualmente tienen una opción. Ahora, el Congreso está intentando hacer que lo hagan bajo la amenaza de perder la financiación federalâ.
Ahora, el proyecto va al Senado, donde los reformadores esperan que sea derribado. Si no, están preparados para clavarle una estaca en su corazón. âVamos a observar al Senado para asegurar que no intenten transformar este proyecto en leyâ, dijo Angell. âMuchas veces al final de la sesión las cosas son atadas a proyectos totalmente no-relacionados y estamos muy cansados de eso. Vamos a alertar a las masas y pedirle a la gente que llame al Senado si somos informados que este proyecto está pasandoâ, dijo.
Aunque el esfuerzo de oposición no haya logrado detener el proyecto en la Cámara, las organizaciones lograron entregar miles de correos-e y hacer innumerables llamadas telefónicas a los diputados en menos de una semana. Y ellos van a observar lo que sucede a continuación.
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