Con el ex Primer Ministro de Tailandia, Thaksin Shinawatra, depuesto este otoño por golpe militar, las vÃctimas de su esfuerzo sangriento para suprimir el consumo de drogas en 2003 pueden al fin tener alguna justicia. De acuerdo con los grupos legales y de derechos humanos tailandeses, no menos de 2.500 personas fueron ejecutadas sumariamente como usuarias o traficantes de drogas por la policÃa tailandesa que imponÃa la promesa de Thaksin de suprimir las drogas en Tailandia.
El esfuerzo para traer Thaksin y sus comparsas a la justicia está siendo encabezado por el ex Senador Kraisak Choonhaban, un defensor antiguo de los derechos humanos. Kraisak ha pedido el proceso criminal de Thaksin y de otros altos oficiales en vez de perseguir a la infanterÃa. La campaña de Kraisak ha recibido el apoyo del copresidente de derechos humanos del Consejo de Abogados Tailandeses, Somchai Homla, que pidió investigaciones serias de las violaciones de los derechos humanos durante la guerra a las drogas de Thaksin.
Aparentemente, el Gen. Surayud ha aprendido algunas lecciones del ataque sangriento de Thaksin contra los usuarios de drogas. La semana pasada, él avisó a la policÃa y las autoridades antidrogas que mantengan escrupulosamente la ley en la realización de campañas antidrogas. âNuestro trabajo debe atenerse a los derechos humanos y al imperio de la ley. No haremos nada ilegal. Como funcionarios del estado, tenemos que clarificar este problema primeroâ, dijo él en un discurso para unos 300 oficiales antidrogas y de la policÃa.
Pero, como su predecesor, el Gen. Surayud aún está conduciendo campañas antidrogas. Por lo menos, él ha prometido usar métodos pacÃficos y ha ordenado una evaluación de la última campaña tras seis meses. Con suerte, los defensores de los derechos humanos no tendrán que hacer sus protestas contra él.
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