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Policial: Las historias de policías corruptos de esta semana

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Un destacamento antidroga de Indiana enfrenta algunos interrogatorios por bienes incautados, la Policía de Nueva York no logra encontrar algunas pruebas en casos de delitos de drogas, un laboratorio de pericia criminal tejano se pone ganancioso, así como un policía de Indiana. Vamos a ello:

En Muncie, Indiana, el Destacamento Antidroga de Muncie-Delaware está bajo investigación por sus prácticas de incautación de bienes. Desde por lo menos 1999, el destacamento ha violado la ley estadual que exige que los bienes incautados sean depositados en el fondo general de la entidad bajo la cual obra el destacamento y después transferidos al estado de Indiana a fin de ser empleados en gastos en la educación. El destacamento sí depositó el dinero confiscado en dos cuentas del fondo general de Muncie, pero ellas servían específicamente al destacamento, descubrieron los auditores del estado. Ellos también descubrieron que el destacamento había gastado parte del dinero ilegalmente en donaciones caritativas y también en un gimnasio de punta para la policía. La polémica ha provocado algunos comentarios impresionantemente francos de la policía defendiendo al destacamento. “El Destacamento Antidroga no puede supervivir sin el dinero de los narcotraficantes”, dijo el sargento de la Policía de Muncie, Jesse Neal. En razón de reducciones en las subvenciones Byrne del gobierno federal en los últimos años, el destacamento depende bastante de las incautaciones, dijo. “Hemos tenido que hacer ajustes, ser más agresivos con las incautaciones de bienes, más agresivos en objetivar a cuentas bancarias, vehículos, propiedad tangible, cosas que podemos vender en subastas”, dijo Neal. “El dinero sirve para comprar equipos esenciales para hacer funcionar el destacamento antidroga – vehículos, celulares, grabadores, armas y chalecos para el equipo de la SWAT, perros policías”.

En la Ciudad de Nueva York, todas las drogas confiscadas como pruebas en el Brooklyn un día en 2006 no pueden ser encontradas. Las pruebas desaparecidas salieron a luz el año pasado cuando fiscales llamaron al laboratorio de pericia criminal de la policía neoyorquina para obtener los resultados de los exámenes toxicológicos en un caso y no fue posible hallar las drogas. Eso llevó a la descubierta de que ninguna de las drogas incautadas en 43 casos en 20 de octubre de 2006 podía ser encontrada. Pese a una averiguación de un año, los funcionarios aún no pueden decir si las drogas desaparecidas fueron robadas, perdidas o botadas. Las drogas fueron recogidas por un entregador policíaco que visitó los distritos policiales de Brooklyn diariamente para reunir pruebas y llevarlas al laboratorio. De acuerdo con los investigadores, las pruebas en casos de delitos de drogas sí llegaron a su destino, pero parece que después se han desaparecido. La investigación sigue.

En Houston, el lunes, un ex técnico de la Secretaría de Seguridad Pública (DPS, por la sigla en inglés) de Tejas se declaró culpable de las acusaciones de robar cocaína del laboratorio de pericia criminal de la DPS en Jersey Village y de revenderla a lo largo de un período de varios años. Jesús Hinojosa hijo, ex técnico de la DPS, se confesó culpable de dos cargos de tenencia de más de 400 gramos de cocaína con la intención de entregar. Él puede recibir de 15 años a cadena perpetua. Hinojosa cayó en febrero después que una revisión del laboratorio mostró que por lo menos 26 kilogramos de cocaína habían sido reemplazados por paquetes falsos a lo largo de los años. Uno de los cómplices de Hinojosa, Roberto Reynoso, también se confesó culpable hoy. Reynoso organizaba a los compradores de la cocaína robada, vendiéndola a ellos por $11,000 el kilogramo, muy por debajo del precio de venta. Reynoso se quedaba con $1,000 y le devolvía $10,000 a Hinojosa.

En South Bend, Indiana, un ex policía de South Bend ha sido condenado a seis años de prisión federal por extorsionar drogas y dinero de un automovilista durante una batida de tráfico. El ex oficial Haven Freeman, 32, se confesó culpable en septiembre de acusaciones de utilizar su cargo para exigir propiedad ilegalmente y de tenencia de heroína con la intención de distribuir. En su acuerdo de confesión, Freeman admitió que detuvo la furgoneta de un abastecedor de drogas en el verano de 2005 después que un traficante le dijo que podría estar llevando una gran cantidad de dinero en efectivo. Él mostró su arma y tomó el dinero y las drogas del abastecedor, diciéndoles a los ocupantes que no iba a arrestarlos si cooperaran.

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