Skip to main content

Editorial: De una vez, seamos realistas acerca de acabar con la prohibición de las drogas

Submitted by traducidio on

David Borden, Director Ejecutivo

David Borden
El Informe Uniforme sobre la Criminalidad del FBI fue lanzado esta semana, como todos los años, y la noticia que trajo respecto a los arrestos por delitos de drogas en 2006 no era para sorprenderse. Previsiblemente, las prisiones por delitos de drogas batieron un récord otra vez – 1.889.810 de esta vez, 829.625 a causa de la marihuana, más que ocho en cada diez arrestos por delitos de drogas por simple tenencia. Casi nueve en cada diez prisiones relacionadas con la marihuana sucedieron solamente por tenencia.

Todo esto pasó en un año en que los delitos de sangre estaban en alza, 1,9% sobre 2005 y el segundo año consecutivo tras una década de caída. Uno no debería exagerar un número relativamente pequeño como 1,9%. Pero, como mínimo, puede haberse perdido la oportunidad de reducir los delitos de sangre. ¿Por qué seguimos invirtiendo recursos tan enormes en la represión a las drogas si pueden ser utilizados para protegernos contra ataques – ataques de cualquier especie?

Pese a un pequeño incremento en el precio callejero de la cocaína recientemente – debido solamente a dificultades operacionales de corto plazo que el sector enfrenta -, toda esta represión a las drogas ha sido un tremendo fracaso. El miércoles, asistí a una charla en un instituto de consultoría sobre políticas de relaciones exteriores de DC impartida por Arnold Trebach, el fundador de nuestro movimiento moderno de reforma de las políticas de drogas (él creó la Drug Policy Foundation) y por un profesor emérito de la American University. En orden a plantear la cuestión de la futilidad de la guerra a las drogas, Arnold llamó a un amigo suyo entendido en la escena de la heroína antes de ir al centro para la charla. Él quería saber adónde uno iría ahora para adquirir heroína. Al fin, hace tiempo que lanzó su obra de 1982, The Heroin Solution [La solución de la heroína].

De hecho, las cosas han cambiado desde entonces, pero pese a los quizá millones de arrestos por delitos de drogas a lo largo de los años (¿10 millones? ¿15? ¿20?), la heroína no tiene una oferta menor. En realidad, es más fácil obtenerla que nunca antes, por lo menos si uno conoce a ciertas personas. De acuerdo con Arnold, su amigo le dijo que ahora no habría la necesidad de salir para comprarla, bastaría llamar al servicio de entrega y si tienes cualesquier referencias que respondan por ti, en cerca de 20 minutos te la llevarían.

20 minutos. Podíamos haber terminado nuestros almuerzos, escuchado mitad de la charla de Arnold, después haber pedido un poco de heroína, haberla recibido antes del fin de la charla y haberla consumido con el postre. (Por supuesto, por muchos motivos, que no están limitados a nuestra necesidad de trabajar el resto del día, no lo hicimos, apenas creímos en la palabra del amigo de Arnold de que podíamos haberlo hecho.)

El desvío de recursos de tareas más importantes – y más factibles – es solamente una de las muchas razones para estar de acuerdo con la legalización. El dinero que está siendo gastado con el narcotráfico ilícito – globalmente, los cálculos son del orden de cientos de billones de dólares – está fomentando la violencia, tanto global como local. No sé si el aumento en los arrestos por delitos de drogas en los EE.UU. desempeñó algún rol en el incremento en la violencia el año pasado, pero, claramente, es posible. Mucho más importante que eso, parte de la violencia que hemos sufrido a lo largo de los años está directa o indirectamente relacionada con el narcotráfico.

Y el dinero está pervirtiendo a la sociedad. ¿Cuántos jóvenes han sido seducidos a vidas de crimen a través de la promesa que el narcotráfico aparenta ofrecer? La mayoría de ellos no termina ganando mucho dinero haciéndolo. Pero ahí está, hay una perspectiva de ascenso y, dependiendo de tu punto de vista, es glamoroso y te permite ser parte de algo más grande que ti mismo. El dinero del narcotráfico también está ayudando a apoyar a aquellos que quieren llevar a cabo atentados terroristas y, en algunos lugares, está fomentando guerras civiles. Todo esto está sucediendo porque las drogas son ilegales, no a causa de algunas propiedades intrínsecas de las drogas.

Pero, ¿será que el mundo daría un estallido si las drogas fueran legales? ¿Será que tantas personas más consumirían y se viciarían en drogas que el daño sería más grande a causa de eso que de la criminalidad creada por la prohibición ahora? Arnold le dijo al público que cree que podemos idear un sistema para controlar el narcotráfico lícito; que no sería indebidamente difícil hacerlo (ya lo hacemos con las drogas actualmente legales, al fin de cuentas) y que “íbamos a sobrevivir”. Aún podríamos ayudar a las personas que tienen problemas con las drogas, podemos regularizarlas de una serie de maneras distintas, podemos hacer frente a ese desafío.

En realidad, creo que el perjuicio general que las drogas causan en la salud pública disminuiría, no aumentaría, aun si más personas las experimentaran. Al fin, la mayoría de las personas no se autodestruye con las drogas hoy día, ya sean legales ya sean ilegales, pese a su disponibilidad generalizada, simplemente porque no quieren autodestruirse. Para aquellos que sí se vician en drogas como la heroína, pero que no tienen una renta personal muy generosa, los precios artificialmente altos de las drogas que la prohibición ocasiona son una parte importante del perjuicio del vicio en sus vidas. Tanto por el lado de la salud pública como por el lado de la justicia penal, creo que la legalización será, en general, una jugada vencedora, pese a los perjuicios que algunos drogas puedan traer.

Puede ser difícil proponer esta discusión en las esferas del poder. Arnold comentó que por lo menos ocho personas en el funcionariado estadounidense le dijeron que con gusto se reunirían con él, que agradecían por lo que estaba haciendo, pero que preferían no encontrarlo en sus oficinas. Querían reunirse en un restaurante u otro, donde, con suerte, no serían vistos con él y, de esa manera, no se meterían en un lío político. Eso pasó hace mucho tiempo, pero aún es la situación actual de muchas maneras.

Con todo, sí la proponemos – esta organización y este boletín están aquí, por ejemplo, y el movimiento está creciendo en diversidad, experiencia y tamaño. Ahora, ya es hora de que los líderes sean realistas – la legalización de las drogas es viable y es lo que se debe hacer. Entonces, paren de demonizarla y empiecen a hablar sobre ella. Porque, a veces, el liderazgo quiere decir liderar de veras.

(Ejemplares firmados de los dos libros relanzados de Arnold – “The Heroin Solution” y “The Great Drug War” – y también de su nueva obra, “Fatal Distraction: The War on Drugs in the Age of Islamic Terror”, pueden ser obtenidos en cuanto primas de membresía haciendo donaciones a la DRCNet.)

Permission to Reprint: This content is licensed under a modified Creative Commons Attribution license. Content of a purely educational nature in Drug War Chronicle appear courtesy of DRCNet Foundation, unless otherwise noted.

Add new comment

The content of this field is kept private and will not be shown publicly.
This site is protected by reCAPTCHA and the Google Privacy Policy and Terms of Service apply.