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Editorial: ¿Queremos Realmente Ayudar a Nuestros Hijos a Encontrar Traficantes de Drogas?

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David Borden, Director Ejecutivo, [email protected]

sesión usual de edición de David Borden del jueves por la tarde
Uno de los artículos sobre la guerra a las drogas de esta semana es un esfuerzo legislativo en el estado de Maine para crear un comité para estudiar la posibilidad de un registro, accesible al público en general, de gente que ha sido condenada varias veces por delitos de drogas. Los defensores han retratado la idea como una manera de ayudar a las familias a proteger a sus hijos de personas que puedan querer darles drogas en Maine.

Aun usando la lógica de la guerra a las drogas (que, generalmente, es una mala idea), esta idea fracasa decisivamente. La mayoría de los niños no empieza a usar drogas porque le son ofrecidas por traficantes profesionales. La mayoría de los chicos empieza a usar drogas porque le son ofrecidas por otros chicos - niños que les están ofreciendo por razones sociales o porque se han involucrado en dicha empresa criminosa, pero en cualquiera de los casos no por los adultos varias veces condenados que aparecerían en la página web del estado. También es importante recordar que la mayoría de los traficantes de drogas nunca fue atrapada, por lo tanto, nunca aparecerá en el registro por ese motivo.

Entonces, aunque un registro permita que los padres tengan ciencia de alguna parte de los verdaderos traficantes de drogas que existen, no tendrá en cuenta (y quizá desvíe la atención de) las maneras más comunes a través de las cuales las drogas llegan a las manos de sus hijos. Además, el mismo proceso económico incontenible que vuelve cualquier prisión de un traficante una oportunidad de empleo para nuevos traficantes, también debe aplicarse, por lo menos parcialmente, a cualesquiera traficantes reincidentes que perdieron el negocio porque algunos padres lograron hacer que sus hijos mantuviesen distancia de cualquier traficante - si los niños son determinados o simplemente voluntariosos, terminan consiguiendo sus drogas de otra persona.

Con todo, más resplandeciente es un argumento que fue señalado en una publicación de un blog "de teste" por un miembro de nuestro personal, Scott Morgan, en nuestra página web que será lanzada pronto. Scott usó un registro similar en Tennessee, limitado a infractores por delitos de metanfetamina, para mostrar cuán útil sería (quizá sea) para cualquier joven, en cualquier comarca en el estado, que desee encontrar pistas de gente en su comarca que pueda venderle metanfetamina u otras drogas - un resultado exactamente opuesto a lo que el registro pretende prevenir.

La diferencia principal entre el registro de Tennessee y el registro propuesto de Maine, sin contar que el de Maine incluye todas las drogas ilegales, es que el de Maine está limitado a infractores "habituales" de la legislación antidroga, la gente que ha sido condenada varias veces por tráfico de drogas. Pero, los infractores reincidentes son exactamente las personas que tienen más chances de infringir la ley nuevamente - los listados más útiles para los niños u otros que quieran localizar vendedores de drogas convenientemente restringidos. De cualquier forma, no se puede escapar de la idea de que un registro de infractores de la legislación antidroga es en verdad una campaña publicitaria sufragada por el contribuyente que apoya al tráfico de drogas.

Al fin, debemos regresar a la cuestión de que la principal manera por la cual los jóvenes empiezan a involucrarse en el consumo de drogas es a través de la influencia de los otros chicos - en muchos casos, comprando las drogas de otros chicos, en las escuelas. Éste es uno de los factores que ha llevado a un aumento en la predominancia de armas en las escuelas - adonde va el mercado ilegal, también tienden a ir las armas.

Pero no necesitaba ser así. Aunque el consumo de alcohol por menores de edad sea una cuestión importante (el alcohol es una droga como cualquiera de las otras, y bien destructiva), por lo menos los chicos no lo están comprando de otros chicos, en la escuela, de personas que portan armas. Esa situación existe con las drogas ilegales precisamente porque las hemos prohibido. Con la legalización de las drogas, los problemas criminales asociados con el comercio en drogas desaparecían - nada de tráfico armado de drogas en las escuelas, nada de guerras por territorio o mercados a cielo abierto.

Y aunque el daño del consumo de drogas no desaparezca cuando la prohibición se termine, el puro nivel de destructividad que está asociado actualmente con la adicción en particular también caería considerablemente, ya que los usuarios no estarían más sujetos a las impurezas aleatorias y a las fluctuaciones en la pureza, que actualmente llevan a intoxicaciones y sobredosis; y los precios altos que las drogas callejeras tienen también caerían, permitiendo que muchos, si no la mayoría, de los adictos que son llevados ahora a comportamientos extremados como el robo y la prostitución consigan su dinero para comprar drogas para por lo menos sufragar el vicio a través de medios legales de sustento. Intensificar la política fracasada de la prohibición no logrará esto.

Mientras tanto, por lo menos vamos a mantener la calma con estas ideas desatinadas como registros de infractores de drogas. La estigmatización continua de personas que ya han sido castigadas debe ser motivo suficiente. Pero si no es, la lógica increíblemente débil por detrás de esta idea debe serlo. ¿Queremos realmente ayudar a nuestros hijos a encontrar traficantes de drogas? Yo no quiero.

Permission to Reprint: This content is licensed under a modified Creative Commons Attribution license. Content of a purely educational nature in Drug War Chronicle appear courtesy of DRCNet Foundation, unless otherwise noted.

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