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Reportaje: Caen los Precios de la Cocaína y Aumenta la Pureza a Pesar de Billones en Interdicción y Erradicación

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El lunes, la Guardia Costera de los EE.UU. descargó cerca de 20 toneladas de cocaína que confiscó el mes pasado en la costa de Centroamérica, la redada marítima de drogas más grande de la historia de los EE.UU. ¿Causará algún impacto? No, si la historia de las labores de interdicción de la cocaína de los EE.UU. sirven de indicio.

Hace dos años, el director del Gabinete de Política Nacional de Control de las Drogas (ONDCP, sigla en inglés), John Walters, anunció con orgullo que las labores de interdicción y de erradicación estaban funcionando con base en un incremento en los precios de la cocaína. Pero en un estudio recién lanzado, "Uniendo los puntos: La actualización (reluctante) del ONDCP sobre el precio y la pureza de la cocaína” ["Connecting the Dots: ONDCP's (Reluctant) Update on Cocaine Price and Purity"], John Walsh, de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, sigla en inglés) informa que el aumento de los precios anunciado estruendosamente de Walters fue sólo un pequeño cambio que ya ha sido revertido. Diferente de su pronunciamiento anterior, Walters no ha hecho alarde de estos hallazgos.

Entre los puntos clave en el informe:

  • Los datos preliminares del gobierno de los EE.UU., revelados silenciosamente por el ONDCP, indican que el precio de la cocaína por gramo puro en las calles de los EE.UU. cayó en 2006, en tanto que su pureza aumentó. (El incremento de la pureza constituye de hecho una caída adicional en el precio);
  • Estas últimas estimativas, siguiendo una tendencia de 25 años, sugieren que las ofertas de cocaína están estables o aun en alza;
  • Esto pasa a pesar de los $31 billones gastados en labores de interdicción de las drogas y de control de los cultivos desde 1997, incluso $5.4 billones gastados en Colombia – la fuente de 90 por ciento de la cocaína en los Estados Unidos – desde que el Plan Colombia empezó en 2000;
  • Los datos actualizados sobre la cocaína revierten totalmente un incremento de poca duración en los precios que la secretaría antidroga de la Casa Blanca anunció a fines de 2005. Esa alza en los precios y esa caída en la pureza, que recibieron mucha atención de los medios en la época, probaron ser una fluctuación mediocre, como los escépticos en la época sugirieron que iba a suceder;
  • Las pruebas disponibles indican que la continuación en los precios bajos y en bajada es motivada en gran parte por una oferta robusta y corriente de cocaína, en vez de por una disminución o colapso en la demanda;
  • Las nuevas estimativas del precio y de la pureza de la cocaína ofrecen más pruebas de que el énfasis seguido de los EE.UU. en la erradicación forzosa, con el “Plan Colombia” como su pieza central más visible y costosa, no ha logrado afectar las ofertas de drogas en el país.

Los esfuerzos de los EE.UU. en el lado de la oferta para reducir el consumo de cocaína impidiéndola de llegar a los EE.UU. han fracasado. O, como dice Walsh: “Una meta perenne de las políticas antidrogas de los EE.UU. ha sido la de desbaratar suficientemente las ofertas para constreñir la disponibilidad... sin embargo, este esfuerzo constantemente no ha logrado ni alcanzar incrementos duraderos en los precios de la droga ni reducciones en los niveles de pureza de la droga. Más bien, los precios de la cocaína han estado en bajada general desde 1982. Y, de acuerdo con las nuevas estimativas, que la secretaría antidroga de la Casa Blanca proporcionó silenciosamente a un senador de los EE.UU. en enero, esta caída siguió rápidamente en 2006”.

Y aunque Walters y sus colegas guerreros antidrogas estén siempre prometiendo que el progreso queda a la vuelta de la esquina, las Evaluaciones de la Amenaza de las Drogas anuales del Centro Nacional de Informaciones sobre las Drogas muestra que poca cosa cambia:

  • Abril de 2004: “Tanto el polvo como la piedra de la cocaína están fácilmente en venta por todo el país y la oferta total parece estar estable”;
  • Enero de 2005: “Indicios clave de oferta doméstica de cocaína muestran que la oferta está estable o que aumentó ligeramente en los mercados de drogas de todo el país...”;
  • Enero de 2006: “La cocaína está en venta en gran parte del país y las ofertas de cocaína están relativamente estables en niveles suficientes para satisfacer la demanda de los consumidores”;
  • Octubre de 2006: A pesar de los niveles plusmarquistas de cocaína perdidos o confiscados de camino hacia los Estados Unidos, “no ha habido ninguna escasez seguida de cocaína ni indicios de ofertas prolongadas en los mercados de drogas nacionales”.

cuadro de los precios de la cocaína ajustados a la pureza, preparado para el ONDCP por la Corporación Rand (Vea la versión completa del informe de la WOLA)
“Ya ha pasado la hora de conformar nuestras esperanzas de este tipo de políticas de control de las drogas a la realidad”, le dijo Walsh a la Crónica de la Guerra Contra las Drogas. “Esa realidad muestra que el récord deja claro que es extremadamente difícil aumentar los precios durante cualquier duración de tiempo. Necesitamos poner el esfuerzo de control de la oferta en una perspectiva adecuada. Aun si, a lo mejor, está impidiendo la cocaína de estar mucho más disponible para la venta, eso es marginal para el verdadero problema, que es la cuestión de la demanda y de las consecuencias del consumo de drogas”.

Como Walsh muestra con bastantes detalles en el informe, el ONDCP suprime los datos para el precio y la pureza de la cocaína que lo hieren políticamente y alardea los que sustentan sus afirmaciones. Eso no es ninguna sorpresa para Matt Robinson, profesor de justicia penal en la Universidad Estadual Apalache y coautor de “Mentiras, malditas mentiras y las estadísticas de la guerra a las drogas: Un análisis crítico de las afirmaciones hechas por el Gabinete de Política Nacional de Control de las Drogas” [Lies, Damned Lies, and Drug War Statistics: A Critical Analysis of Claims Made by the Office of National Drug Control Policy].

“Esto es lo mismo de siempre del ONDCP; no es nada sorprendente, pese a que sea muy decepcionante”, dijo Robinson. “Lo que mostramos en nuestro libro es que ellos escogen y presentan selectivamente las estadísticas que sustentan su caso e ignoran o quitan la importancia de las estadísticas que no sustentan su caso, y eso es lo que este informe los muestra haciendo también”, le dijo él a la Crónica.

labor de erradicación de la coca
Robinson también observó que cuando Walters alardeó una pequeña subida en los precios de la cocaína en 2005, el ONDCP estuvo aplicando su viejo truco de escoger los datos puntuales que apoyaban su caso mientras que ignoraban la tendencia general en el tiempo. “Más una vez, vemos un enfoque muy puntual en un período específico de tiempo mientras que se ignoran las tendencias de largo plazo. Eso es precisamente lo que descubrimos históricamente”.

“Desdichadamente, no es ninguna sorpresa, como es de esperarse. Como descubrimos varias veces que examinábamos el ONDCP durante diversos años, éste es un verdadero padrón típico”, dijo Renee Scherlen, profesora de ciencias políticas en la Universidad Estadual Apalache y coautora de Robinson. “En el presente caso, en realidad el ONDCP escogió examinar una parte que no refleja una tendencia”.

Los académicos y analistas no son los únicos críticos de la “verdadidad” [“truthiness”] del ONDCP, para citar a un término cuñado por Steven Colbert. Otro que está en duda es el senador Charles Grassley (R-IA), que escribió a Walters hace un año en busca de clarificaciones de sus afirmaciones. El ONDCP puede estar haciendo un uso selectivo de las estadísticas para “proporcionar un cuadro más optimista, pero no necesariamente más preciso, de la situación actual”. Grassley aún no está persuadido, pese a la mayor correspondencia con el ONDCP. “Cuando se trata de las estadísticas, creo que es justo decir que ellos preparan los libros”, le dijo el senador Grassley a la National Public Radio en una entrevista reciente. “Ellos usan cualesquiera estadísticas que sean admisibles en su programa de relaciones públicas”.

plántulas de coca
La cura para la mendacidad de la ONDCP está en el Congreso, dijo Robinson. “La cosa más sencilla para el Congreso es responsabilizarlos”, dijo. “El Congreso puede ordenar evaluaciones anuales de desempeño, pero no lo hace. El Congreso tiene la oportunidad de reautorizar el ONDCP a cada cinco años más o menos y ésta puede ser otra ocasión, pero el Congreso no tiene que esperar para eso”, dijo.

”La idea de realizar audiencias del Congreso y pedir que sean responsabilizados a través de la supervisión es un camino a seguir”, concordó Scherlen. “Para analizar las políticas, tenemos que tener información precisa. Queremos saber qué funciona y qué no funciona. No hay que oponerse a la guerra contra las drogas para exigir que tengamos buena información y que los datos presentes del ONDCP sean verídicos”.

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