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Reportaje: Están en curso labores por iniciativa pro legalización de la marihuana en California con miras a elecciones del 2010

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Las conversaciones sobre la legalización de la marihuana han llegado a un punto inédito este año y ese suceso es más marcado en California. Por primera vez, un proyecto de ley sobre la legalización está siendo considerado por la Asamblea estatal. Recientemente la legalización obtuvo un 56% en las encuestas en California. El gobernador republicano Arnold Schwarzenegger, quizá embelesado por visiones de signos de dólares mientras está al mando de un déficit presupuestario que explosiona y de una economía estatal que implosiona, ha ponderado de público si ya es hora de hablar de la legalización. Además, como el estado linda con México, la idea de socavar los beneficios del narcotráfico mexicano mediante la legalización repercute con una fuerza toda especial en el Golden State.

Ahora alguien quiere hacer algo al respecto y empieza la revolución en Oaksterdam, en el imperio de los negocios / movimiento social de la marihuana medicinal ubicado en el centro de Oakland y anclado por el Café Bulldog, el dispensario SR-71 y la Universidad de Oaksterdam de Richard Lee. Lee y un equipo de activistas, abogados, consultores políticos y recolectores de firmas profesionales trabajan en las versiones finales de una iniciativa para tributar y reglamentar la marihuana en Californiaque esperan someter a votación en noviembre del 2010.

En su forma actual (que todavía está sujeta a revisión), la iniciativa iría a:

  • Permitir la tenencia de hasta 28 gramos de marihuana de parte de adultos;

  • Permitir que los adultos cultiven marihuana en un área de 2,3 m² y se queden con los frutos de la cosecha;
  • Permitir que las comarcas y las municipalidades autoricen el cultivo de marihuana para ventas comerciales y la venta de marihuana al por menor;
  • Permitir el consumo en dependencias autorizadas;
  • Permitir que las comarcas y las municipalidades tributen cualquier producción o venta autorizada;
  • Prohibir la venta interestatal o internacional.

plantas de marihuana (foto del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU. vía Wikimedia)
Cada disposición deja lugar a discusiones sobre su sabiduría y sus complicaciones. Dejar el comercio y la tributación de la marihuana legal a los municipios y no al estado, por ejemplo, debilitaría el argumento en pro de los beneficios de los ingresos fiscales estatales, pero volvería la medida más aceptable para las comarcas que o están con problemas de liquidez y ansiosas por ingresos o son conservadoras y no desean permitir que los “clubes de marihuana” broten en sus dominios.

Otras exigen que las expliquen un poco. La disposición para permitir la tenencia de nomás 28 gramos va en contra de tratar la marihuana al igual que el alcohol - no hay límites para las bodegas o las colecciones de cervezas – y parece que por lo menos a primera vista entra posiblemente en conflicto con la disposición sobre el cultivo personal. Pero los 28 gramos serían el mínimo en el estado; aun en las comarcas o las ciudades que escojan no permitir el comercio de marihuana, los fumadores todavía podrían tener su alijo.

Las preguntas generales con relación a la iniciativa pro legalización del 2010 en California tratan de saber si el momento es oportuno y cuáles serían las consecuencias de un fracaso. Por lo visto las opiniones en el movimiento están divididas.

“Hay varias cosas que lo hacen oportuno esta vez”, dijo Lee. “La crisis presupuestaria aquí en California, la violencia en México, la economía que sigue en declive, las encuestas – todo indica que éste puede ser el momento para hacerlo. El panorama dice que es importante mantener viva la cuestión y esperamos tener una campaña vigorosa a lo largo del próximo año y medio para hacer que esto avance”.

“Esta iniciativa es inevitable”, dijo Cliff Schaffer, el antiguo activista de Baja California que ha estado insistiendo durante varios años que la legalización en California es imparable. “Sé que ya hay dinero reservado para recolectar firmas. Planean hacerlo le guste a alguien más o no”.

Éste es el momento oportuno, dijo Schaffer. “Ya tenemos el problema fiscal – los miles de millones en ingresos fiscales aun llamaron la atención de Arnold y me parece que la cifra de aprobación del 56% va a aumentar naturalmente. No me sorprendería en absoluto si viera que llegó al los 60 hasta este momento del año que viene”, predijo.

Pero las organizaciones nacionales pro reforma de la legislación sobre la marihuana en EE. UU. no están muy entusiasmadas y están aun un poquito nerviosas. La división nacional de NORML ni siquiera quiso comentar el asunto y lo delegó en la sucursal estatal. Y Marijuana Policy Project (MPP, por sus siglas en inglés), aunque mantuviera la diplomacia, fue decididamente tibio.

“Todos son a favor de la idea de lo que Richard intenta hacer y quieren ver la marihuana regulada y tributada en California cuanto antes, pero actualmente también hay una discusión e incertidumbre respecto a saber cuál es el mejor momento y la mejor manera de proceder”, dijo Bruce Mirken, director de comunicación de MPP radicado en San Francisco. “Nuestro punto de vista es el de que las encuestas que hemos visto hasta este momento indican que probablemente no será aprobado en el 2010. Todos quieren sacar provecho de la opinión pública que se mueve en nuestra dirección, pero no se sabe con seguridad si se ha movido suficientemente. Hay un debate honesto sobre cuándo actuar. A nuestro juicio, deberíamos esperar, construir nuestras fuerzas y apuntar al 2012”.

“Me parece prematuro”, dijo Dale Gieringer, director ejecutivo de NORML California. “Si se examinan atentamente las cifras de las encuestas, está claro que no sería aprobado. Hubo un 56% en Field Poll, pero las demás encuestas mostraron márgenes menores y tan pronto como una iniciativa cuente con pormenores que atacar, uno empieza a ver el respaldo esfumándose punto porcentual por punto porcentual”.

Con pedidos de paciencia, Gieringer recordó los días de la Propuesta 215 [Proposition 215]. “Antes de que lográramos la Propuesta 215, había habido tres proyectos de ley sobre la marihuana medicinal en la Asamblea estatal, el proyecto Vasconcelos sobre la marihuana medicinal había sido aprobado y vetado y eso era fundamentalmente lo que ya habíamos logrado aprobar en la Asamblea”.

Por el otro lado, la legalización de la marihuana no tiene ese largo linaje legislativo o los años de discusión en Sacramento, la capital californiana, acerca de sus pros y contras que permiten el desarrollo de los puntos de controversia. El diputado Tom Ammiano (D-San Francisco) de California ha presentado un proyecto de ley sobre la legalización este año, pero es la primera vez que eso pasa y todavía ni siquiera ha tenido una vista.

“El proyecto de Ammiano posee un alcance muy grande, pero no ha sido discutido”, dijo Gieringer. “Necesitamos llevarlo a la Asamblea y ver dónde están los puntos débiles. Discusiones de esa especie resultarán en cambios y revisiones y nos darán una idea de dónde podemos hacer que el público lo apoye”.

Y bien hay el costo. “Las campañas por iniciativas son alucinantemente caras por aquí y puede ser que no logremos muchas oportunidades para recaudar el dinero para hacerlo bien”, señaló Mirken. “En estados menores como Nevada se puede hacerlo con US$ 2 millones más o menos, pero eso ni siquiera cubre una campaña local digna aquí en California”.

Los retos son considerables, reconoció Lee, pero eso no lo va a detener. “Necesitamos recolectar 460.000 firmas válidas y eso quiere decir que necesitamos recolectar 650.000 firmas. Creemos que costará cerca de US$ 1,50 por firma, entonces esperamos gastar un millón de dólares solamente para someterla a votación”.

Lee dijo que los partidarios esperaban tener una versión final a principios del próximo mes. A partir de allí, la iniciativa procede a la fiscalía general para obtener un título y un resumen y debe estar lista para la recolección de firmas hasta fines de agosto. A partir de ese momento, los organizadores tendrán 150 días para recolectar las firmas necesarias.

“Nos faltan una o dos versiones”, dijo Lee. “Hacemos algunos cambios en la versión actual y luego la probaremos otra vez con nuestros grupos focales. Nos acercamos muchísimo ahora”.

Tan pronto como la iniciativa llegue a las urnas, dijo Lee, debe aparecer el respaldo financiero. “Creo que la gente empezará a salir de no se sabe dónde para adherir”, dijo.

También hay argumentos que pueden atraer a las bases todavía no explotadas, aun antipáticas, dijo Schaffer. “No son solamente los impuestos. También hablamos de los ingresos oriundos de su cultivo. Los ingresos fiscales son calderilla en comparación con eso. Habrá US$ 20.000 millones más en ingresos del Valle Central de California y la gente por aquí tiene que pagar un 11% de impuestos sobre la renta; ahí están otros US$ 2.000 millones. Hay que plantearlo como cuestión”, dijo.

Schaffer ya ha estado valiéndose de ese argumento en el Valle Central, conservador, deprimido y cada vez más desesperado. Es la principal región agrícola del estado y una de las más importantes del mundo. Sus puntos de vista descarados han granjeado el interés de los agricultores y la prensa en una zona del estado que no se considera amistosa para con la marihuana.

“Es un tremendo cultivo comercial - ¿Será que queremos que esos miles de millones vayan a los agricultores de México o del Valle Central?” es la pregunta que hace Schaffer. “Será un argumento importantísimo en el Valle Central y tendremos problemas a menos que logremos votos allí también. Si lo transformamos en una oportunidad económica, entonces no discutiremos si la marihuana es buena o mala, sino si Fresno quiere US$ 20.000 millones”.

Aunque poner signos de dólares en los ojos de la gente del campo vaya a construir el apoyo allá, dijo Schaffer, el mejor argumento para los defensores de la legalización será el del “al igual que el alcohol”. “Todos lo comprenden”, dijo. “Cuanto más logremos acercarnos a decir ‘tributarla y regularla al igual que el alcohol’, tanto mejor será nuestra situación con relación al gran público”.

Son las consecuencias de perder una iniciativa pro legalización en California que preocupan a Mirken de MPP y Gieringer de CANORML. "California tiene la reputación de ser un estado liberal y progresista”, dijo Mirken. “Si pierde con mucho por aquí, puede que lo perciban como un revés grave en el ámbito nacional”.

“Si perdemos en el 2010, eso realmente nos haría recoger velas”, dijo Gieringer. “La Asamblea no tendrá que tomarnos en serio y no habrá nada en la votación del 2012 porque los financistas se desanimarán y se irán. Cuando una iniciativa pierde en California, muere la causa. La verdad es que estamos bien encaminados a la legalización ahora, pero necesitamos desarrollarlo más y eso tardará algunos años”.

Y así empieza el debate dentro del debate sobre la legalización de la marihuana en California. ¿Será que los electores californianos se embarcarían en la legalización el año que viene con el crecimiento del ímpetu al igual que las manifestaciones iraníes o será que los opositores encontrarán lagunas preocupantes y preguntas no contestadas para desbaratarla? ¿Ya es hora del esfuerzo final o será que la ansiedad por progresar se convertirá en una trampa?

Ahorita les toca a Richard Lee y su equipo de Oaksterdam.

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