Skip to main content

Reportaje: Reforma de legislación sobre marihuana se acerca al punto de inflexión

Submitted by traducidio on

En algún momento de los últimos meses, la idea de legalizar la marihuana cruzó un umbral invisible. Hace mucho relegada a los márgenes del discurso político por el sentido común, este año la libertad de la marihuana ha llegado a la corriente principal.

¿Será que se hace evidente la razón para las políticas de marihuana?
La posible pandemia de la gripe y el 100º día del presidente Obama en el poder pueden haber quitado la marihuana de los titulares esta semana, pero hasta este momento del año, la cuestión ha estallado en los medios masivos, impelida por las fuerzas gemelas de la crisis económica y de la violencia fomentada por la prohibición de las drogas en México. Una búsqueda de la frase “legalize marijuana” [legalice - o legalicen - la marihuana] en Google News produjo más de 1.100 resultados – y solamente para el mes de abril.

Todo ha contribuido a ello, desde el no escándalo de Michael Phelps hasta el debate sobre la lucha contra la droga en México, pasando por la predominancia de cuestiones sobre la legalización de la marihuana en la sección de preguntas de Change.gov, lo que instigó el presidente Obama a tomar la idea como broma, y por la economía. Pero la suspensión de la carga opresiva del dogma antidroga del gobierno Bush ha contribuido inefablemente a ello. Hay una nueva libertad en el aire cuando se trata de la marihuana.

Pero pese a la aparente explosión de interés por la legalización de la marihuana, el hecho real de la legalización parece distante como siempre, una visión lejana oscurecida detrás de una muralla de burocracia, intereses creados y políticos cobardes. La Crónica de la Guerra Contra las Drogas conversó con algunos agitadores del movimiento para descubrir qué pasa… y qué no pasa.

“Claramente hay más interés y discusiones serias sobre si tiene algún sentido la prohibición de la marihuana que ya he visto en cualquier momento de mi vida adulta”, dijo Bruce Mirken, director de comunicación de Marijuana Policy Project. “No son los mismos de siempre; es gente como Jack Cafferty en CNN, el senador Jim Webb y también editoriales y columnistas de todo EE.UU.”.

Mirken citó una serie de factores para el repentino destaque de la cuestión de la marihuana. “Creo que es una combinación de cosas: Michael Phelps, la situación horrible en la frontera con México, la situación de la economía y la percatación de que existe un sector grandísimo que provee marihuana a millones de consumidores, se encuentra totalmente fuera de la economía legal y no es ni tributado ni regulado”, dijo. “Todos estos factores se han reunido de modo que facilita mucho más que la gente ate cabos”.

“Las cosas empezaron a ponerse calentísimas en la segunda semana de enero”, dijo Allen St. Pierre, director ejecutivo de la organización National Organization for the Reform of Marijuana Laws (NORML, por sus siglas en inglés). “Hubo las repercusiones del incidente con Michael Phelps, la pregunta sobre la marihuana a Obama en Change.gov y su respuesta risueña, hay la violencia en México, hay los problemas económicos”, contó. “Todas estas cosas han ayudado a galvanizar un cierto Zeitgeist que es tangible y que casi todos pueden apreciar”.

“Los políticos todavía son demasiado lentos para captar los deseos de los ciudadanos no importa a qué altura lleguen las cifras de las encuestas, especialmente sobre la despenalización y la marihuana medicinal”, dijo St. Pierre. “Las cifras de las encuestas sobre ellas pasan del 70% y el apoyo a la legalización en todo EE.UU. está ahora en un 42% más o menos, dependiendo de qué datos se utilizan. Parece que todo va a favor de la reforma en estas últimas semanas y espero que esas cifras no paren de subir”.

“Parece que estamos alcanzando el punto de inflexión”, dijo Amber Langston, directora de relaciones de la región este de Students for Sensible Drug Policy. “Lo he estado sintiendo ya hace un par de meses. El incidente con Michael Phelps pasó una idea clara de que uno puede ser exitoso y aún haber consumido marihuana. Todavía es un héroe para mucha gente”, dijo.

“Creo que ahora nos acercamos”, dijo Langston. “Hemos llevado el diálogo a la etapa siguiente, en la cual la gente realmente lo toma en serio y no simplemente tenemos otra discusión fundada en el miedo”.

“Seguramente se crea un ímpetu en torno a las cuestiones de la marihuana”, dijo Mason Tvert de Denver, director ejecutivo de SAFER (Safer Alternatives for Enjoyable Recreation, por sus siglas en inglés), que ha formulado una estrategia alrededor de la comparación del alcohol con la marihuana. “Con todo, todavía nos encontramos en una situación en que no sucede el cambio. Hasta el presente momento, la gente ha propuesto argumentos acerca de los ahorros para la justicia penal, otros beneficios económicos, el fin del mercado negro – esas cosas nos han traído al punto en que estamos hoy, pero no han sido suficientes para hacer que los funcionarios elegidos tomen providencias”, argumentó.

“El problema es que todavía hay demasiada gente que considera la marihuana tan nociva que no debería ser legalizada”, prosiguió Tvert. “Eso indica que necesitamos hacer más para tratar de la relativa seguridad de la marihuana, especialmente si comparada con drogas como el alcohol. Los susodichos buenos argumentos tendrán más peso entonces. Así como un padre preocupado no quiere llevarse los beneficios de la heroína legal, lo mismo pasa con la marihuana. El mantra es: por qué proporcionar otro vicio. Lo que decimos es que proporcionamos una alternativa a los millones que prefieren consumir marihuana a alcohol”.

Con la acumulación cada vez más pesada de los argumentos en pro de la legalización, el edificio de la prohibición de la marihuana parece más y más tembloroso. Mirken hizo la siguiente analogía: “La prohibición de la marihuana se ha convertido en el Imperio Soviético hacia 1987 ó 1988. Es la cáscara vacía de una política que sigue solamente porque se la percibe como algo enorme y formidable, pero cuando cambia la percepción, todo ello va a colapsar”.

Empero, traducir el Zeitgeist en un cambio verdadero continúa siendo una tarea formidable, dijo Mirken. “Será necesario trabajar duro. Todos nosotros necesitamos seguir encontrando maneras de proseguir con estas discusiones en los medios, necesitamos trabajar con legisladores de mentalidad abierta para introducir proyectos de ley donde pueda haber vistas para exponer los hechos y donde podamos refutar los disparates que lanzan nuestros opositores. Mantener el debate en el centro es esencial”, dijo.

Mirken espera que venga la reacción. “Tenemos que estar preparados para un momento como en El imperio contraataca”, dijo. “Predigo que hasta el año que viene, habrá una labor concertada sobre la marihuana para darle un susto de muerte a la gente”.

Los activistas necesitan seguir dándoles tanto al gobierno federal como a los gobiernos estatal y municipal, dijo Mirken. “Conversamos con los congresistas para ver qué podría ser viable. Aun si no se aprueba nada de inmediato, introducir un proyecto de ley puede adelantar la discusión, pero, realistamente, es más probable que sucedan las cosas en los ámbitos estatal y municipal”, dijo al hacer mención del proyecto sobre la legalización en California y dando indirectas de que el MPP iba a intentar la legalización en Nevada otra vez.

Parte del problema de la incongruencia entre el fervor popular y el progreso real respecto a la reforma es el posicionamiento partidista, dijo St. Pierre. “Aun los políticos que pueden ser personalmente favorables y pueden admirar lo que presencian en torno a ellos cuando esto llega a la corriente principal no quieren entregar a los republicanos conservadores un asunto fatal. Los demócratas ruegan una cierta medida de madurez política del movimiento reformador”, dijo. “Forcejean con dos guerras, tiempos económicos difíciles, intentan conseguir la reforma en la salud. No quieren alzar el cannabis a un nivel en que ello se convierta algo contencioso para Obama”.

La oportunidad para la acción presidencial todavía va a demorar cuatro años, indicó St. Pierre. “Si Obama no hace nada el año que viene, entonces se dedicarán a la reelección y probablemente no tomarán ninguna providencia”, reflexionó. “Me parece que nuestra verdadera oportunidad sucederá después que lo reelijan. Luego tendremos dos años hasta que se convierta en un político dimisionario”.

Pero no tenemos que esperar a Obama, dijo St. Pierre. “Esperamos que Barney Frank y Ron Paul reintroduzcan proyectos sobre la despenalización y la marihuana medicinal”, dijo. “No creo que serán aprobados este año, pero podrían lograr vistas, pese a que eso no me parezca probable hasta el próximo semestre”.

No se trata solamente de que los políticos necesitan comprender que ser a favor de la legalización de la marihuana no va a perjudicarlos – necesitan comprender que impedir su paso lo hará. “Los políticos no están sufriendo las consecuencias por seguir oponiéndose”, dijo St. Pierre. “Hay que remover a uno de esos últimos fanáticos restantes de la lucha contra la droga”.

Permission to Reprint: This content is licensed under a modified Creative Commons Attribution license. Content of a purely educational nature in Drug War Chronicle appear courtesy of DRCNet Foundation, unless otherwise noted.

Add new comment

The content of this field is kept private and will not be shown publicly.
This site is protected by reCAPTCHA and the Google Privacy Policy and Terms of Service apply.