Reportaje: El Foro de la Ibogaína de Boston – del chamanismo a la ciencia de vanguardia

especial para la Crónica de la Guerra Contra las Drogas de Doug Greene, auxiliado por Kevin Franciotti

En un fin de semana frío y despejado del Día de los Presidentes, decenas de profesionales del tratamiento, proveedores clandestinos, pacientes, investigadores y entusiastas enteogénicos se reunieron en la Northeastern University de Boston para el Foro de la Ibogaína de Boston, la sesión de 2009 de la conferencia anual sobre la ibogaína, patrocinada por el grupo Northeastern Students for Sensible Drug Policy (que también presenta la Conferencia Regional de SSDP Noreste de 03 a 05 de abril), National AIDS Brigade y Cures Not Wars.

Se considera la ibogaína el compuesto “activo” en la planta Tabernanthe iboga, consumida hace siglos como curandero, profesor y catalizador para ceremonias por la religión Bwiti, originaria de lo que ahora es la República de Gabón en la región centro oeste africana. Pero la planta versátil ha seguido prácticamente desconocida en el Occidente, donde tiene una historia muy diferente.

El investigador doctor Howard Lotsof, adicto a heroína y metadona, descubrió la acción antiadictiva de la ibogaína en 1962. Cuando recibió una cápsula de HCL puro de ibogaína de un amigo de confianza familiarizado con la química, Lotsof simplemente buscaba un nuevo colocón. Se asombró cuando salió de esta difícil experiencia 36 horas de abstinencia de opiáceos después para percibir que no sentía ansias físicas por opiáceos y, de modo aún más impresionante, había experimentado muy poco de los síntomas físicos atroces que acompañan el síndrome de abstinencia de opiáceos.

Pese a que otras investigaciones anteriores fueran llevadas a cabo en los años 1960, la consecuente aceptación de la ibogaína como agente antiadictivo en el Occidente estuvo relacionada con la impresionante historia personal de Lotsof. Al dejar de consumir opiáceos, Lotsof se volvió con entusiasmo hacia la ibogaína y otros psicodélicos y administró ensayos a mediados de los años 1960 antes de ser reducido a prisión conforme a la nueva legislación antidroga federal que prohibió los psicodélicos a fines de la década. Durante dos décadas más, Lotsof y la ibogaína como tratamiento para la adicción vagaron por los páramos y su investigación fue apoyada por grupos como Cures Not Wars.

Solamente en 1989 Lotsof hizo contactos significativos con investigadores de renombre, quienes realizaron sus propias investigaciones pioneras. Entre aquel momento y ahora, gracias a las labores misionarias de Lotsof y de sus partidarios, lentamente la ibogaína se ha puesto cada vez más interesante para los investigadores de la adicción y otros.

En la mañana del Día de San Valentín, los aficionados a la ibogaína se encontraron en el cine para ver Facing the Habit [Ante el vicio], una película del 2007 que cuenta con usuarios de heroína que tienen éxito – o fracasan – en deshacerse de su vicio a través de tratamientos con la ibogaína. A continuación habló el más destacado militante de la ibogaína, Dana Beal, el bigotudo cofundador de Cures Not Wars e Yippie!, quien puso a los asistentes de la conferencia al corriente sobre la última investigación acerca de las propiedades antiadictivas de la ibogaína, incluso su capacidad de regenerar caminos de la dopamina en el cerebro a través de la activación del factor neurotrófico derivado de la línea celular glial (GDNF, por sus siglas en inglés) que realiza. Esta enardecedora investigación tuvo su propia mesa redonda en un momento posterior del día con Roman Paskulin, fundador y director del Open Mind Institute de Eslovenia y la Dra. Tracy Blevins.

Beal fue sucedido por una mesa redonda de proveedores de tratamiento con ibogaína que discutía los retos especiales de seguridad implicados en el tratamiento de varias adicciones a drogas distintas con los Dres. Anwar Jeewa y A.R. Gani del innovador centro de tratamiento residencial Minds Alive en Durban, Sudáfrica, el Dr. Bruno Rasmussin de Brasil y Rocky Caravelli, el antiguo proveedor.

A continuación sucedió una de las presentaciones más interesantes de la conferencia, la de Justin Kirkland, vicepresidente de Venta y Mercadotecnia de Obiter Research sobre las labores de la empresa para desarrollar métodos más económicos de sintetizar el 18-Metoxicoronaridina (18-MC), un análogo de la ibogaína con menos efectos colaterales y un potencial mayor para tratar la dependencia de la metanfetamina y de la nicotina. Los eventos del día terminaron con el Dr. Carl Anderson del Hospital McLean, quien discutió la ibogaína, las fases del sueño y el MOR fetal.

El domingo empezó con otro documental sobre la ibogaína, el Rites of Passage de Holanda, seguido por una presentación de Arielle Torra de SSDP Northeastern sobre las experiencias subjetivas de los pacientes tratados en la clínica Healing Transitions Institute for Addiction de la Dra. Deborah Mash en San Cristóbal.

La primera mesa redonda programada del día trató del consumo controvertido de ibogaína para otras indicaciones, incluso hepatitis C (VHC). Phillip Fiuty, ex coordinador de Reducción de Daños de la Secretaría de Salud de Nuevo México, y Rocky Caravelli confirmaron la existencia de pacientes de VHC cuyas enfermedades han mejorado y aun despejado el virus sin el tratamiento con interferón. Caravelli también describió los efectos positivos sobre el herpes, la esclerosis múltiple y el asma. Jason Farrell, fundador y ex director ejecutivo de Positive Health Project y actual gerente general de Harm Reduction Consulting Services, Inc., sugirió un estudio colaborativo de clínicas en Sudáfrica, México y Brasil para rastrear las cargas virales de pacientes de VIH/VHC durante seis meses a un año.

A continuación Preston Peet, ex redactor y director de High Times y drugwar.com, hizo un testimonio personal dramático sobre la eficacia de la ibogaína en el tratamiento de los dolores crónicos al cortar drásticamente la tolerancia a opiáceos.

La mesa redonda más vivaz de la conferencia, que comparó la eficacia de la ibogaína con otras modalidades de tratamiento, ocurrió a continuación. Patrick Kroupa, pirata informático pionero y antiguo activista cuyos múltiples roles incluyen Alto Sacerdote de Sacrament of Transition, una religión de la iboga del este europeo, la Dra. Deborah Mash, Peet y Lenny del grupo de apoyo a la ibogaína de la Ciudad de Nueva York y John H. Halpern, profesor adjunto de Psiquiatría de Harvard, compararon la eficacia de la ibogaína con la de otros enteógenos que a veces son suministrados como modalidades de tratamiento para la drogadicción, sobre todo el consumo de peyote en el posible tratamiento del alcoholismo entre la población indígena de EE.UU. y el uso sacramental de la ayahuasca entre los integrantes estadounidenses de las iglesias Santo Daime y UDV. También discutieron la ibogaína en comparación con tratamientos más convencionales, como la abstinencia en 12 pasos, reducciones de las dosis de metadona, buprenorfina y la desintoxicación ultrarrápida con opiáceos (UROD, por sus siglas en inglés). La UROD – la inyección directa de naltrexona, el antagonista opiáceo, bajo sedación con benzodiacepina – fue denunciada por todos los discutidores por ser ineficaz e inhumana.

La mesa redonda a continuación, que comparó los efectos antiadictivos de la ibogaína con los de otros enteógenos, contó con Halpern y Jon Harrison, el principal investigador del estudio de resultados sobre la ibogaína de la Multidisciplinary Association for Psychedelic Studies en Pangea Biomedics en Playas de Tijuana, México.

Este estudio de caso observacional está examinando los cambios en el consumo de drogas en 30 individuos que buscan el tratamiento a base de ibogaína para la adicción y pretende recopilar informaciones para evaluar si la terapia asistida por ibogaína ayuda a personas dependientes de los opiáceos a parar de consumir opiáceos o a practicar el consumo moderado después de la terapia. Se están recopilando dados de doce meses de seguimiento de los partícipes en el estudio para examinar si la terapia asistida por ibogaína facilita las mejoras en la calidad de vida que resultan en menos daños relacionados con el consumo crónico o mal administrado de opiáceos. El estudio ha recibido la aprobación de la Junta de Revisión Institucional del Instituto de Estudios Integrales de California y ha inscrito a 11 de los 30 sujetos. Durante muchos meses, MAPS no tuvo éxito en la recaudación de fondos para el estudio, pero recibió su primera donación considerable en la conferencia y hasta el 02 de marzo había recaudado todos los fondos para ello.

Halpern, quien publicó parte de la única investigación sobre el consumo de peyote de parte de los indígenas estadounidenses, sorprendió a la muchedumbre con la revelación de que el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas había constreñido tanto su investigación de modo que no podía estudiar directamente los manifiestos efectos antiadictivos del peyote. Él también no tenía ningún dato sobre los efectos antiadictivos mediados por receptores y atribuyó todo ello al “resplandor psicodélico”.

La programación del domingo terminó con Makky, Carl Ruck, profesor de Estudios Clásicos en la Universidad de Boston, y Beal discutiendo las escenas chamánicas de Sudamérica en comparación con las de África, un posible rol de la iboga en la Antigüedad y los peligros de los fundamentalistas transgresores adeptos del abordaje “Los hongos y la cruz”, respectivamente.

El Día de los Presidentes comenzó con un resumen de la escena internacional de la ibogaína. Las Dras. Rosaria Dávalos y Zulema Medrano describieron el gran progreso en la promoción de los tratamientos con ibogaína, pero también los obstáculos debido a la continua deferencia a EE.UU. Los Dres. Jeewa y Gani dieron detalles sobre su centro de tratamiento residencial. Jason Chamon, un proveedor de tratamiento australiano, describió una escena de tratamiento menor e informal – clandestina en Australia, legal en Nueva Zelanda. De Loenen terminó, haciendo una aparición en directo a través de Skype para contrastar la conducta más relajada en España y Portugal con un foro en Holanda acerca de la arritmia en pacientes que consumen ibogaína.

Los ibogainistas internacionales fueron seguidos por una mesa redonda sobre el rol de la ibogaína en la reducción de daños con Jason Farrell, Phil Fiuty y Doug Greene, cofundador de Cures Not Wars y activista veterano de las políticas de drogas. Farrell puso de relieve la necesidad de que los proveedores del tratamiento con ibogaína tengan cuidado con quienes tratan para minimizar los riesgos al aludir a un caso reciente en Holanda en que un paciente se negó a parar de consumir alcohol antes de un tratamiento y sufrió un ataque y luego dos días de arritmia. Al mismo tiempo, instó una oferta mayor del tratamiento con ibogaína y aconsejó a los posibles proveedores a conseguir un espacio y catres y “hacerlo nomás”. Greene alabó la ibogaína en cuanto la opción más libertaria para el tratamiento de la toxicomanía y convocó al movimiento pro reforma de las políticas de drogas para que centre sus labores en la marihuana y la ibogaína.

La conferencia concluyó sus actividades con una mesa redonda que contó con Jon Stuen-Parker de la National AIDS Brigade discutiendo su demanda contra el gobierno federal estadounidense por inatención para con la piedra de cocaína y la heroína. Luego Rick Doblin, fundador y presidente de MAPS, les dio a los asistentes directrices para que promuevan la ibogaína para legisladores estatales y federales, mientras que Dana Beal sugirió una carta de los congresistas al futuro administrador de la DEA del presidente Obama.

Fue la primera conferencia sobre la ibogaína transmitida en directo por la Internet, siendo que había dos veces más personas conectadas que presentes en la sala. Pese a que tanto oradores como asistentes se frustraron con el ritmo desigual de la conferencia y la desconsideración total por lo anunciado, la reacción al contenido de la conferencia fue positivo por lo general. Jason Farrell dijo: “Fue una conferencia muy impresionante que abrió mis ojos para el trabajo internacional serio que está siendo hecho respecto a la ibogaína. Es una lástima que la prensa no lo cubrió como merecía”.

Valerie Vande Panne, estudiante de Harvard y antigua activista pro reforma de las políticas de drogas, dijo: “Es bueno ver que la ibogaína recibe la investigación y el reconocimiento que merece. Claro está que ha sido benéfica de modo holístico, decente y humano para las vidas de muchos que se consideraban adictos y estaban listos para un cambio en sus vidas”.

Rick Doblin dijo: “Muchos de los oradores quedaron fascinados y tenían cantidad de experiencia e información importante que compartir. El futuro de la ibogaína es brillante. Las clínicas se dirigen a un modelo médico más visible y responsable y perciben la importancia de programas de cuidados posteriores. No estoy seguro de dónde vendrían los recursos para los estudios clínicos a fin de legalizar la ibogaína en EE.UU. - puede que sea demasiado para el NIDA, aun en el gobierno Obama. Aunque no espere un desarrollo comercial de la droga a corto plazo en EE.UU. o en otras partes, habrá una investigación más prospectiva en las clínicas que, con el tiempo, consolidarán el apoyo para más estudios clínicos”.

Se puede encontrar el vídeo de la conferencia en tiempo real aquí (en inglés).