En su ejercicio anual de certificar la conformidad de los demás países con los objetivos de las políticas de drogas de los EE.UU., esta semana el gobierno Bush listó los 20 grandes países productores o traficantes, pero destacó apenas a los enemigos políticos Birmania y Venezuela para ser descertificados.

A cambio de un aumento en los sueldos, el comité de negociación del sindicato de los profesores de Hawai estuvo de acuerdo con un programa de exámenes toxicológicos aleatorios y sin necesidad de sospecha de los profesores. Ahora, la ACLU va a cuestionar el programa en la Justicia.

El primer proveedor de marihuana medicinal de California a ser procesado por los federales fue sentenciado a 10 años en prisión federal – otra vez -, pero Bryan Epis sigue en libertad por el momento.

El jueves, el paciente floridano Richard Paey logró un poco de justicia cuando el gobernador Charlie Crist fue más allá de la solicitud de clemencia de su familia y lo perdonó completamente. El preso en silla de ruedas cumplía tres años de una sentencia mínima obligatoria de 25 como narcotraficante por intentar obtener analgésicos fraudulentamente. Ahora, él ya ni siquiera es un criminal condenado más.

No es el lote usual de bellacos de la ley, pese a que tengamos uno o dos guardias corruptos de rigor.

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"Empresa que mató a civiles iraquíes firma contrato lucrativo de guerra a las drogas", “Chris Dodd defiende la despenalización de la marihuana”, “Ministerio de Justicia gasta millones en bocadillos”, “Cuando los policías piden ametralladoras, se sabe que la guerra a las drogas ha fracasado”, “Directora de la DEA hace comentario rarísimo en ceremonia de despedida de Alberto Gonzáles”, “Defensor de la marihuana medicinal conmemorado en la Cámara de los Diputados de los EE.UU.”, personas que conocemos son condenadas a prisión, Richard Paey es perdonado, “Toma este impuesto sobre las drogas y...”.

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Hace diez años esta semana, Jacki Rickert, la paciente de marihuana medicinal de Wisconsin, lideraba una “Jornada por la Justicia” de 336Km al capitolio estadual en Madison. Esta semana, ella regresó y fue honrada, ya que dos diputados anunciaron que iban a presentar un proyecto sobre la marihuana medicinal que llevaba su nombre.

La Campaña Contra el Plantío de Marihuana (CAMP, sigla en inglés) de California ha estado erradicando plantas de marihuana durante aproximadamente un cuarto de siglo. Es una batalla perdida.