Reportaje: Los presidenciables y las polÃticas de drogas I â Demócratas
Como las elecciones presidenciales de 2008 están a menos de un año de suceder, las campañas por las propuestas demócratas y republicanas ya están en plena marcha. Esta semana, la Crónica de la Guerra Contra las Drogas examina las posturas de los candidatos demócratas respecto de las cuestiones de las polÃticas de drogas y lo que eso revela del estado del movimiento y de las perspectivas para el cambio. La próxima semana vamos a cubrir a los republicanos.
[inline:ballot2.jpg align=right]La Crónica ha enviado a cada campaña una solicitación de entrevista y una lista de preguntas sobre una variedad de temas de las polÃticas de drogas que van de la marihuana (la despenalización y la marihuana medicinal) y la disparidad en las penas para la piedra y el polvo de cocaÃna a la cuota de gastos antidrogas federales y cuestiones de relaciones exteriores relacionadas con las polÃticas de drogas (Afganistán, México, los Andes). Hasta el momento, ninguna ha dado respuestas detalladas ni ha estado de acuerdo en conceder entrevistas, pero, si lo hace en el futuro, usted será informado.
[Nota del editor: La campaña de Kucinich ha enviado una respuesta pro forma y la de Richardson ha mandado una que decÃa que âEl gobernador Bill Richardson tiene un buen historial en las polÃticas de drogasâ y que citaba su historial en la marihuana medicinal, pero añadÃa que la campaña no puede contestar el cuestionario.]
Entonces, ¿qué dicen los presidenciables demócratas con respecto a las polÃticas de drogas cuando están en campaña? La respuesta corta es: no mucho. La mayor parte de las páginas web de campaña ni siquiera menciona las polÃticas de drogas. Y salvo una pregunta a propósito de la despenalización de la marihuana durante el debate de la semana pasada por MSNBC (sólo Dodd y Kucinich la apoyaron; Gravel no estaba presente) y unos cuantos reportajes generados por el Granite Staters for Medical Marijuana, que ha logrado preguntarles a todos los candidatos si iban a parar los allanamientos de la DEA contra los proveedores californianos de marihuana medicinal (lo harÃan), las polÃticas de drogas han sido perceptibles sobre todo por su ausencia del discurso.
Eso será discutido abajo y también habrá algunos análisis de lo que el estado del campo significa para las polÃticas de drogas, pero primero, echémosles un vistazo a los candidatos y a sus historiales en las polÃticas de drogas:
El senador estadounidense Joe Biden: Biden es el candidato con las credenciales más abrillantadas en las polÃticas de drogas; desdichadamente, su mayor parte es mala. Trabajando dentro del Comité del Senado sobre el Judiciario, Biden fue responsable por crear el Gabinete de PolÃtica Nacional de Control de las Drogas, aprobar la Ley RAVE [RAVE Act] y también apoyar varios proyectos para aumentar las penas para delitos de drogas. Biden hace alarde de sus posturas severas en su página web de campaña. âJoe Biden ha trabajado para aumentar las penas para traficar drogas a menos de 300 metros de las escuelas, creó la secretarÃa antidroga en la Casa Blanca y fue una voz importante en la clasificación de los esteroides en cuanto drogas y ha trabajado para mantenerlos lejos de las manos de los estudiantesâ, se jacta. Biden también alardea poner a 100.000 policÃas en la calle. Por el lado positivo, él ha presentado un proyecto de ley para reparar la disparidad en las penas para delitos de polvo y piedra de cocaÃna, asà como la Ley de la Segunda Oportunidad [Second Chance Act], que proporcionarÃa vivienda, tratamiento de la drogodependencia y del alcoholismo, capacitación profesional y otros servicios a ex infractores recién salidos de la prisión. Biden no apoya la despenalización.
La senadora estadounidense Hillary Clinton: La página web de campaña de Clinton no menciona ni la criminalidad ni las drogas y ella se ha quedado relativamente quieta sobre la cuestión cuando está en campaña. Pero, durante un debate en julio, ella contestó una pregunta acerca de los altos Ãndices de encarcelación entre negros diciendo que ello sólo podÃa ser afrentado acabándose con la discriminación racial, las sentencias mÃnimas obligatorias, la condenación de infractores no violentos a prisión y tratando de la disparidad entre las sentencias para los delitos de piedra y polvo de cocaÃna. Ella hizo comentarios parecidos el mes anterior y ha dado su apoyo a programas de tratamiento y juzgados de delitos de drogas. Ella no es a favor de la despenalización de la marihuana y ha sido evasiva respecto de acabar con la prohibición de financiación federal de programas de cambio de jeringas.
El senador estadounidense Chris Dodd: Dodd no hace mención de la droga ni de la criminalidad en su página de cuestiones, pero ha pedido la despenalización de la marihuana y también la autorización de la marihuana medicinal. Tiene un historial de votos en contra del aumento de penas para delitos de drogas y la financiación internacional de la fiscalización de las drogas, pese a que haya apoyado gastos del Plan Colombia que benefician a fabricantes de helicópteros en Connecticut.
El ex senador estadounidense John Edwards: Edwards no hace mención de la criminalidad ni de la droga en su página de cuestiones, pero adoptó una postura aparentemente progresista en 2004: âÃl también nos harÃa encoger nuestra población carcelaria hinchada y devolver sus actuales miembros a la sociedad con más éxito, distinguiendo mejor los delitos no violentos de drogas de las demás infracciones; restaurar el abandono de tratamiento y las opciones de entrenamiento; y restituir los derechos a aquellos que han cumplido sus condenasâ. Con todo, Edwards se rehúsa a contemplar la despenalización de la marihuana, diciendo recientemente que eso âpasarÃa la idea equivocadaâ. Ãl ha avanzado en la cuestión de la marihuana medicinal, abandonando ahora su opinión de 2004 en apoyo a los allanamientos de la DEA contra los proveedores de marihuana medicinal.
El ex senador estadounidense Mike Gravel: Gravel apoya la legalización de las drogas. Como dice en su página de cuestiones: âLa Guerra Contra las Drogas ha sido un fracaso. Es tiempo de terminar con la prohibición y empezar a tratar la adicción como problema de salud públicaâ.
El diputado estadounidense Dennis Kucinich: Kucinich no menciona ni la criminalidad ni las drogas en su página de cuestiones, pero ha adoptado una enérgica postura progresista en el pasado. En su página web de campaña al Congreso de 2006, escribió: âEstoy de acuerdo con los muchos oficiales de la ley y expertos en el área en que debemos encontrar una nueva manera de tratar con las drogas ilegales. He estudiado la cuestión durante décadas y reconozco que nuestra âGuerra Contra las Drogasâ ha fracasado⦠La prisión deberÃa servir para personas que hacen daño a los demás, no a sà mismas. No prendemos a la gente sólo por tomar. Prendemos a la gente cuanto toma y maneja o hace daño a otro ser humanoâ. Kucinich apoyó la despenalización de la marihuana durante el debate de la semana pasada.
El senador estadounidense Barack Obama: La página de cuestiones de Obama no contiene nada respecto de las polÃticas de drogas. Ãl ha admitido consumir marihuana y cocaÃna cuando era joven, pero no apoya la despenalización del sistema, diciendo que revisarÃa la condenación mÃnima obligatoria, la disparidad entre las penas para la piedra y el polvo de cocaÃna y buscar la rehabilitación en lugar de la prisión para infractores primerizos de la legislación antidroga. El verano pasado, él dijo que apoya suspender la prohibición federal del financiamiento de los cambios de jeringa.
El gobernador Bill Richardson: Richardson no hace mención de la droga ni de la criminalidad en su página de cuestiones. En cuanto gobernador de Nuevo México, Richardson luchó bastante y tuvo éxito en legalizar la marihuana medicinal allÃ, aguijoneó las agencias estaduales a promulgar realmente el programa y ha criticado duramente una redada conjunta de la policÃa municipal y de la DEA contra un paciente neomexicano de marihuana medicinal. Richardson no apoya la despenalización. Aunque a veces haya pedido medidas rigurosas de guerra a las drogas, como condenas obligatorias de cárcel para vendedores de drogas (1996) y haya lamentado la legalización (2002), también ha pedido coherentemente tratamiento y juzgados de delitos de drogas en vez de represión y encarcelación.
[inline:ballot1.jpg align=left]Los lÃderes y observadores de la reforma de las polÃticas de drogas no están demasiado impresionados con el campo demócrata, pero algunos de ellos ven progreso limitado. Otros no están tan seguros.
âDesdichadamente, cuando se llega al nivel presidencial, parece que lo mejor que podemos sacar de los candidatos son pequeños pasosâ, dijo Bruce Mirken, director de comunicación del Marijuana Policy Project (MPP, por la sigla en inglés). âSi se ve los debates, con la notable excepción de Gravel y Ron Paul, las respuestas son todas dirigidas a grupos focales a muerte. En lo que respecta a los grandes candidatosâ, predijo Mirken, âlos demócratas serán cautelosos y los republicanos probablemente van a ser agresivamente ruinesâ.
âEl hecho de que las polÃticas de drogas no sean una cuestión tan importante en la campaña es un arma de doble filoâ, dijo Bill Piper, director de asuntos nacionales de la Drug Policy Alliance. âPor un lado, eso significa que nadie está lidiando con nuestras cuestiones. Por el otro, porque no está recibiendo mucha atención, hay pocas oportunidades para que los candidatos compitan en orden a ver quien puede desarrollar las peores propuestasâ, dijo.
âEsto muestra que los candidatos aún temen parecer indulgentes con las drogas y la criminalidadâ, dijo Piper. âHay que haber un candidato de la mayorÃa que hable de la reforma de las polÃticas de drogas y venza. Ni siquiera tienen que ganar a causa de las polÃticas de drogas, basta no tener que perder en razón de ellas. Asà el atasco podrÃa reventarâ.
âLa reforma de las polÃticas de drogas aún es una cuestión de poca montaâ, dijo Eric Sterling, director ejecutivo de la Criminal Justice Policy Foundation. âNo es un tema de alta visibilidad porque hay problemas mucho más serios a que el paÃs hace frente â la guerra, la economÃa, la educación, la salud, los impuestos, el calentamiento globalâ.
Pero los reformadores de las polÃticas de drogas tienen un poco de culpa también, dijo Sterling. âLa reforma de las polÃticas de drogas no ha logrado encontrar una manera de formular la cuestión de manera convincente al público en general o a los principales grupos interesados a quienes hay que dirigirse en el discurso de campañaâ, dijo. âEl movimiento reformador de las polÃticas de drogas necesita sacudir su conformidad. Es un movimiento extremadamente apto para discursar a los convertidos y está muy satisfecho en hacerlo. Hay que correr muchos riesgos más para hablar con públicos indecisos en los términos que les son importantesâ, argumentó Sterling.
Esperar posturas progresistas en las polÃticas de drogas de los demócratas de la corriente principal es pérdida de tiempo, dijo Kevin Zeese, un antiguo reformador de las polÃticas de drogas quien fue candidato por un partido tercero a un escaño en el Senado de los EE.UU. en Maryland en 2006. âNo se puede esperar que el Partido Demócrata salve la cuestión de las polÃticas de drogasâ, dijo, citando la historia y también el actual grupo de candidatos.
âNo me acuerdo de un presidente demócrata que haya sido bueno en nuestra cuestiónâ, dijo Zeese. âCarter hizo un discurso sobre despenalizar, pero luego asperjó paraquat. Clinton corrió a la derecha al nombrar a un general como secretario antidrogaâ, recordó.
âKucinich y Gravel son buenos, pero el único candidato que siquiera tiene una oportunidad remota de vencer y que ha dicho algo positivo es Chris Doddâ, Zeese evaluó los candidatos. âEl resto del bando es bien feo: Biden es un arquitecto de la moderna guerra a las drogas; Obama es abierto sobre su propio consumo de drogas, pero quiere enjuiciar a la gente que hace lo que él hizo; Hilary es buena en evitar la cuestión, pero el historial de su marido no es una buena señal - ¿qué Plan Colombia tramarÃa?â indagó Zeese.
âEl Partido Demócrata siempre precisa mostrar que es más duro que los republicanos en cuestiones como las polÃticas de drogas; tienen miedo de hacer lo correcto y seguir un abordaje que hace sentido desde las perspectivas de salud pública y derechos humanos, que es colocar las drogas dentro de la ley y fiscalizarlasâ, arguyó Zeese.
âEs probable que algunos de nosotros no tengan alguien en quien votar para presidenteâ, dijo Keith Stroup, fundador de la National Organization for the Reform of Marijuana Laws (NORML, por la sigla en inglés). âSi todos los que fumaron o tienen amigos o familia estuvieran dispuestos a no votar en alguien a quien le gusta tratarnos como criminales, la marihuana serÃa legal en cuatro años o menos, pero ella es una cuestión de poca relevancia. No voy a votar en alguien que quiera encerrarme, pero la mayorÃa de los estadounidenses tiene problemas más importantes y termina votando en alguien que puede ser terrible en nuestro temaâ.
Hay trabajo que hacer, dijo Mirken, pero hay un poco de progreso que ya es evidente. âNuestra función en cuanto movimiento es convencerlos de que el público está listo para empezar a repensar algunas de estas leyes, particularmente en torno a la marihuana, en que se está empezando a ver pruebas concretas de que el público está listo para el cambio, como lo presenciamos otra vez esta semana en Denver. Pero eso va a exigir muchÃsimos más votos estaduales y municipales; creo que esto tiene que venir desde abajo antes que veamos a los grandes candidatos adoptando la reformaâ.
Pequeñas señales de cambio son patentes aun en el nivel de la campaña presidencial, dijo Mirken. âNos hemos estado concentrando en la marihuana medicinal y este año todos los demócratas y aun dos de los republicanos están diciendo que cancelarÃan los allanamientos de la DEA en estados en que ella es legal. Eso es considerablemente mejor que cuatro años atrás. Y es un poquito animador que por lo menos dos de ellos estén dispuestos a considerar la despenalizaciónâ.
Las polÃticas de drogas han sido una cuestión marginal hasta el momento, pero eso puede cambiar, especialmente si un candidato u otro decida que puede ganar ventaja aparentando ser âduro con las drogasâ. Es más probable que eso suceda durante la campaña electoral general.
âEl hecho de que las polÃticas de drogas no hayan sido un problema hasta el momento no quiere decir que no serán usadas de esa manera en las elecciones generalesâ, dijo Sterling. â¿Y si alguien como Rudy Giuliani quiere usarla para abrillantar sus credenciales de lucha contra los crÃmenes domésticos? ¿Será que en las elecciones generales un demócrata dirÃa: âRudy, estás 25 años retrasado, necesitamos tratamiento para los drogadictos, no la prisiónâ? Tal vezâ.
Pero el desafÃo para los demócratas es aparentar ser fuertes y duros, dijo Sterling, y las polÃticas de drogas pueden ser sacrificadas. âLos demócratas dirán que necesitamos quitarnos de Irak, pero es posible que quieran amortiguarlo siendo severos en otras cuestiones, como las drogasâ.
Sterling ya está dejando a un lado las elecciones del año que viene y los demás reformadores de las polÃticas de drogas deberÃan estar haciéndolo también, dijo. âLa próxima pregunta es cuáles serán las polÃticas a partir de enero de 2009â, sostuvo. âLos reformadores de las polÃticas de drogas necesitan pensar en cuáles labores legislativas reales son posibles, quiénes deberÃan ser los nombrados a los cargos de confianza y cúyos intereses pueden ser movilizados para ayudarnos a lograr nuestras metasâ.
Add new comment