Qué cosa, cómo los tiempos han cambiado. Hace menos de una década, el ex congresista republicano de Georgia, Bob Barr, era la bête noire del movimiento pro reforma de las políticas de marihuana. Ahora, él trabaja para ello. Es cierto, Bob Barr, el hombre que descarrilló la marihuana medicinal solito en Washington, DC, ha sido contratado como cabildero por el Marijuana Policy Project (MPP).

[inline:barroffice.jpg align=left caption="Jim y la finada Cheryl Miller, con Gary Storck y Jacki Rickert, fuera de la oficina de Bob Barr (www.immly.org)"]Irónicamente, ahora Barr hará presión por los derechos de los estados para que establezcan sus propias políticas acerca de la marihuana medicinal sin la interferencia del gobierno federal. Fue su “Enmienda Barr” de 1998 a la votación anual de asignaciones en DC que impidió a los funcionarios de DC de contar los votos en la iniciativa de marihuana medicinal de aquel año, que venció con 69% de los votos.

Ex fiscal en los suburbios de Atlanta, Barr siempre fue “severo con las drogas”, pero, de lo contrario, mostraba tendencias libertarianas. Tras ser derrotado en 2002 en una campaña que contó con anuncios de ataque que usaban pacientes de marihuana medicinal, Barr se separó del Partido Republicano, juntándose a los libertarianos en 2006. Él también devino cabildero de su arquirrival, la American Civil Liberties Union.

Esta semana, en entrevista concedida a The Politico, el ex archiguerrero antidroga explicó que los tiempos han cambado. “Durante todos estos años, yo he tomado una posición muy enérgica en las cuestiones de las drogas, pero a la luz del tremendo crecimiento del poder del gobierno desde el 11 de septiembre, eso me ha forzado a mí y a otros conservadores a volver y echar una mirada renovada al tamaño y al poder que queremos que el gobierno tenga para estar en las vidas de las personas”, dijo Barr.

Barr trae “muchísima credibilidad, particularmente entre la gente del lado republicano del pasillo”, le dijo el director de relaciones gubernamentales del MPP, Aaron Houston, a The Político. “Seguramente él no habría sido la primera persona que yo esperaría ser contratada por nosotros, pero estoy muy satisfecho que lo haya sido”, dijo Houston. “Estoy muy contento que él haya cambiado y espero que sirva de ejemplo a sus ex colegas”.

Como cabildero del MPP recién bautizado, Barr ya se adaptó al discurso. Pueden haber “usos medicinales legítimos de la marihuana y no debemos tener esta reacción refleja contra ella, y la gente debería tener permiso para explorar”, dijo.

Él también hará presión para derribar la campaña mediática antidroga para los jóvenes del Gabinete de Política Nacional de Control de las Drogas, que es ineficaz según varios estudios. “Un montón de conservadores ha expresado mucha preocupación con el dinero del contribuyente que está siendo desperdiciado en esta campaña publicitaria mal administrada”, dijo Barr, que dejó el Congreso en 2003.