Imposición de la Ley: Frente a Ãndices Crecientes de Asesinato, Newark y Nueva Orleáns Se Vuelven Hacia Estrategias Represivas de la Guerra a las Drogas
Con torrentes de asesinatos a principios de este año en Newark y Nueva Orleáns llevando las preocupaciones públicas con los Ãndices crecientes de los delitos de sangre en ambas ciudades a punto de ebullición, los funcionarios están pidiendo refuerzos en las dos ciudades. Pero, las respuestas de los funcionarios municipales y de la policÃa en ambos casos son esencialmente de más del antiguo abordaje a los problemas enmarañados de pobreza urbana, criminalidad, violencia, y el narcotráfico bajo prohibición. Y si la marcha masiva ruidosa en Nueva Orleáns sirve de indicio, tal vez algunos ciudadanos estén empezando a decir ya basta.
[inline:neworleans1.jpg align=left caption="policÃa de Nueva Orleáns (cortesÃa de portland.indymedia.org)"]En Newark, el alcalde Cory Booker y su director de la policÃa anunciaron el lunes que van a intentar atacar el Ãndice creciente de homicidios de la ciudad formando una nueva división central de combate a los estupefacientes. Con cinco muertos este año, todos relacionados con las drogas, de acuerdo con los funcionarios municipales, la ciudad está en camino a excederse a los 104 asesinatos del año pasado, el número más alto en una década.
âEstá claro que tenemos un problemaâ, dijo Booker mientras anunciaba el programa. âEstos últimos siete dÃas â no podemos evitarlo, no podemos disculparnos por elloâ. Su público en el pronunciamiento incluÃa a altos oficiales de la policÃa, a miembros de la División Central de Combate a Estupefacientes (como se llama la nueva unidad) y al director municipal de la Administración de Represión a las Drogas (DEA).
âLo importante es esto: Si queremos reducir la violencia en esta ciudad, tenemos que afectar el narcotráficoâ, dijo el director de la policÃa, Garry McCarthy. En una prosa inquietantemente evocadora del discurso del presidente Bush sobre Irak el miércoles, McCarthy habló de una âplaza de guerraâ para barrer a los narcotraficantes y el crimen relacionado de los barrios de la ciudad y mantenerlos afuera. âEs importante que atrapemos a los bandidos antes que se maten los unos a los otros y hieran a otras personas en esta ciudadâ, dijo el Sr. McCarthy.
Mientras tanto, Nueva Orleáns, afrentada por nueve asesinatos en los primeros ocho dÃas de este año, anunció un operativo contra los delitos de sangre. âEstamos trazando una lÃnea en la arena que dice ya bastaâ, dijo Nagin el martes. âVamos a poner todos nuestros recursos para concentrarnos en el asesinato y en los delitos de sangreâ. El plan de Nagin incluye a la objetivación de los delitos de sangre al dirigir puestos de control de la policÃa entre 2:00 y 6:00 de la mañana, cuando cerca de un tercio de los delitos de sangre de la ciudad ocurre. A pesar de la decisión de la Corte Suprema de 2000 que pronunció inconstitucionales los puestos de control cuyo propósito sea la represión legal más que la seguridad pública (por ejemplo, chequeos de cartas de conducir, chequeos de sobriedad), los funcionarios de Nueva Orleáns han declarado abiertamente que van a usar los puestos de control para buscar infracciones relacionadas con las drogas y el alcohol, asà como para chequear las cartas de conducir y el seguro.
En general, el sistema de justicia penal de la ciudad sigue arruinado tras la desgracia del Katrina, con cárceles rebosando y los tribunales restaurados y aún lidiando con los casos pret-Katrina. Desde la tempestad, la PolicÃa de Nueva Orleáns se ha encogido de 1.700 para 1.400, pero la criminalidad ha estado en alta pese a que la población de la ciudad se ha encogido de 455.000 antes de la tempestad a 200.000 ahora.
Hoy, unos 3.000 habitantes de Nueva Orleáns llevaron su descontento supurante, tanto con la policÃa como con los criminales, a las calles. âPolicÃas Corruptos No Pueden Limpiar Nuestra Ciudadâ [Dirty Cops Can't Clean Up Our City], decÃa una pancarta.
La ciudad ya está siendo patrullada por unos 300 efectivos de la Guardia Nacional y 60 policÃas estaduales. Ellos vinieron el verano pasado después que cinco adolescentes fueron muertos en una noche. Según consta, la gobernadora Kathleen Blanco estaba en reuniones el miércoles con los oficiales de la Guardia Nacional y de la policÃa estadual para discutir la situación.
La situación es igualmente extraña, si no igualmente peligrosa, del otro lado del rÃo en Gretna. AllÃ, en la suburbana Parroquia de Jefferson, el Sherif Harry Lee atribuye la desaceleración en las matanzas allà al uso de vehÃculos blindados de su corporación. âTenemos el dinero y vamos a gastarlo en cosas que nos ayuden a combatir este problemaâ, dijo Lee el miércoles en una rueda de prensa en Gretna. Ãl también está iniciando una unidad conocida por las barreduras callejeras agresivas que tuvo que disolver en 2004 tras alegaciones de consumo de esteroides y otras infracciones de parte de sus oficiales.
VehÃculos blindados, puestos de control, plaza de guerra, ârevistar y detenerâ. ¿Qué guerra era ésa?
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