El Secretario Parlamentario Federal de la Salud de Australia, Christopher Pyne, dijo durante el fin de semana que el gobierno del Primer Ministro John Howard quiere prohibir los narguiles. Los caños de agua usados generalmente para fumar marihuana son vendidos por toda Australia y no sólo en los “head shops”, sino también en las tabaquerías y aun en grifos.

[inline:bong.jpg align=right caption="narguile con emblema de la hoja de marihuana"]El comentario sucedió mientras el país pasa por un ataque de Locura del Pitillo relacionado con los temores de que la marihuana causa problemas de salud mental. Esos temores fueron incrementados la semana pasada por el lanzamiento de un informe del Consejo de Salud Mental de Australia que relacionaba fumar marihuana con aumentos en el riesgo de salud mental y empeoramiento de los problemas mentales existentes. Aunque el propio informe fuera cuidadoso en observar que dichos problemas ocurren solamente en un número diminuto de usuarios, la cobertura de la prensa australiana no ha tenido tantos cuidados así.

En comentarios comunicados por el Sydney Herald-Sun, Pyne dijo que dejar que los narguiles sigan siendo legales daba señales de que el gobierno aprobaba su uso y que la exposición de dichos artículos en las tiendas reducía la preocupación pública con el impacto del consumo de drogas. “Seguramente estoy preocupado con la proliferación del aparato para el consumo de sustancias ilícitas”, dijo el Sr. Pyne.

Además de aumentar la histeria acerca de la conexión marihuana-enfermedad mental, Pyne está siguiendo el liderazgo del National Cannabis Strategy Group, el cual el mayo pasado pidió “la reglamentación más estricta y adecuada de los pertrechos para consumo de drogas”.

Sin embargo, la prohibición nacional del narguile puede mostrarse impracticable. El gobierno estadual en Victoria prohibió los “equipos de cocaína” a principios de este año, pero descubrió que demasiados grupos étnicos usaban los narguiles para fumar tabaco y otras sustancias legales para permitirle imponer una prohibición general.

Además, sería impopular, por lo menos entre los comerciantes consultados por el Sun-Herald en una tienda de Sydney que vende narguiles y pipas. “No, a mí no me gusta fumar en botellas de plástico”, dijo un comerciante.

“Eso no va a impedir a nadie de fumarla”, dijo otro. “Encontrarán una manera menos saludable de fumarla”.