Afganistán: Crece mortandad de coalición mientras se intensifica lucha por centro del opio en Provincia de Helmand
Esta semana las bajas de EE. UU. y OTAN en Afganistán sufrieron un brusco aumento cuando 4.000 infantes de la Marina de EE. UU. y 650 efectivos del Ejército afgano acudieron a raudales a la Provincia de Helmand, el productor más grande de Afganistán, que abastece por sà mismo más de la mitad del opio del mundo. De acuerdo con icasualties.org, un sitio web de monitorización de las guerras en Irak y Afganistán, por lo menos 23 soldados de EE. UU. y OTAN fueron muertos en combate esta semana, pese a que no todas las bajas provinieran de Helmand.
[inline:kabul2.jpg align=right caption="Afganistán, desgarrado por la guerra (foto de Phil Smith, editor de la Crónica, 2005)"]El ritmo de las bajas este mes, que ya cuenta con 26, está listo para rebasar el número de 30 vÃctimas mortales de junio del año pasado. Cada mes este año, la mortandad de EE. UU. y OTAN ha eclipsado las cifras del año pasado. La única excepción fue abril, en que hubo 14 muertes de OTAN y EE. UU. en los dos años.
Los comandantes militares de OTAN y EE. UU. han advertido que las ofensivas de este año contra una insurgencia talibana llena de fondos oriundos del opio y de la heroÃna serÃan sangrientas y han tenido razón. Hasta este momento del año, 179 efectivos de la coalición han sido muertos, lo que fácilmente superará el récord de 254 muertes de la coalición el año pasado. En realidad, en cada año desde el 2003 hubo un nuevo récord de bajas entre los efectivos de EE. UU. y OTAN.
Unos 1.224 efectivos de la coalición han sido muertos en Afganistán desde que EE. UU. invadió el paÃs a fines del 2001. EE. UU. lidera el cómputo de bajas con 728 muertos, seguido por Gran Bretaña con 176 y Canadá con 124. Varios otros paÃses de OTAN, incluso Francia, Alemania y España, han sufrido decenas de bajas entre sus efectivos.
En calidad de centro de la producción de opio en Afganistán y baluarte del Talibán, Helmand es un campo de batalla fundamental en la guerra afgana. Diferentemente de años anteriores cuando la presencia occidental en Helmand era poca y fugaz, esta vez los infantes de la Marina de EE. UU. allà están para quedarse en un intento de ganarse a la población local, proporcionar seguridad y permitir el establecimiento de un gobierno eficaz.
La nueva estrategia estadounidense de ignorar el cultivo de adormideras es fundamental para conquistar el apoyo popular en Helmand. En vez de alienar a los agricultores con la destrucción de sus cultivos, el Occidente se concentrará en los traficantes y mercaderes vinculados con el Talibán. Es una estrategia más lista que la erradicación, pero queda por ver si es una estrategia lista y si funcionará o no.
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