El Concejo Municipal de Ámsterdam pondera y espera aprobar una medida de renovación urbana que resultará en el cierre de un tercio de los cafés cannábicos del famoso distrito de la Luz Roja de la ciudad. Conocido como Proyecto de la Coalición 1012, por el código postal del centro de Ámsterdam, el plan está pensado para darle un nuevo propósito y limpiar la entrada de la ciudad alrededor de la Plaza Dam y la Estación Central.

[inline:thebulldog.jpg align=left caption="el café Bulldog (por cortesía de amsterdam.info)"]El proyecto trata de combatir la “degradación general” del área, desbaratar las cuadrillas del crimen organizado y disminuir el tamaño y la concentración de actividades "criminógenas" - las que generan la delincuencia. Las famosas cafeterías son el blanco no porque estén infringiendo las leyes, sino porque ahora su abastecimiento se ha convertido en una tarea manejada sobre todo por agrupamientos del crimen organizado.

En cambio, eso es una consecuencia de la natura incompleta del abordaje del gedogen (tolerancia pragmática) de los holandeses a la venta de marihuana. Aunque los neerlandeses toleren las ventas anteriormente ilegales de pequeñas cantidades de marihuana en los cafés, no hay disposiciones para su abastecimiento. Los holandeses toleran el cultivo personal de cinco plantas como máximo, pero, con la cantidad de cannabis consumido en el mercado de las cafeterías, sería necesario un ejército de cultivadores personales para proveerla. Consecuentemente y también a causa de la dura imposición de la legislación contra la siembra personal, el suministro de cannabis a las cafeterías se ha convertido en el ámbito de la delincuencia organizada.

Actualmente Ámsterdam posee 226 cafés, 141 de ellos en el distrito de Centrum y 76 en el código postal 1012, que incluye el distrito de la Luz Roja. Según el plan, los 76 cafés del distrito de la Luz Roja serían reducidos a 50 y el número en toda la ciudad a 192. Los cafés que van a cerrar recibirán una prórroga de tres años hasta el próximo semestre y luego deberán dejar de operar. Otra docena de cafés puede tener que cerrar porque queda demasiado cerca de escuelas.

El número de cafés en Ámsterdam llegó al punto más alto en 1997 con 350 y ha ido disminuyendo desde entonces. Algunos han sido cerrados por infringir los reglamentos que tratan de ellos. Pero durante la última década las autoridades municipales también han estado aplicando una política de “extinción” en áreas en que piensan que las concentraciones son demasiado altas. En dichas zonas, si una cafetería deja de operar por cualquier motivo, se anula el permiso y ello no puede pasar a un nuevo dueño o gerente.