Europa: Cafés cannábicos de provincia fronteriza holandesa se convertirán en clubes exclusivos en intento de desalentar âturismo de la drogaâ
Cediendo a quejas sobre los âturistas de la drogaâ oriundos de paÃses vecinos más represivos que inundan municipios fronterizos holandeses para adquirir hierba en los cafés cannábicos de ubicación conveniente, los burgomaestres en la provincia fronteriza de Limburgo han anunciado que los cafés cannábicos limburgueses se convertirán en clubes exclusivos a partir del año que viene. La providencia, encabezada por Gerd Leers, burgomaestre de Mastrique, fue tomada por los alcaldes de ocho municipios limburgueses que son la sede de cafés.
[inline:maastricht-coffee-shop.jpg align=left caption="el subsuelo de un café en Mastrique (por cortesÃa de Wikimedia)"]âTransformaremos los cafés, establecimientos abiertos y accesibles a todos, en establecimientos cerrados de que los clientes deben ser miembrosâ, dijo Leers en una rueda de prensa en Mastrique. La medida buscarÃa âdesalentar a la mayorÃa de los turistas de la drogaâ, dijo el burgomaestre. âDurante años hemos estado luchando contra el incordio que acá trajeron los belgas, franceses y alemanesâ, añadió.
Limburgo queda en la región sureste de los PaÃses Bajos, linda con Bélgica y Alemania y no está lejos de Francia. Unos cuatro millones de extranjeros al año viajan a Limburgo nomás para comprar cannabis, dijo un funcionario municipal. Esos âturistas de la drogaâ han causado problemas con embotellamientos, molestias al público, delincuencia y consumo y tráfico de drogas duras.
Los extranjeros no quedarán prohibidos de transformarse en miembros de los cafés â eso infringirÃa la legislación de la Unión Europea -, pero, al igual que todos, tendrán que postular a la afiliación en una solicitud que tardará varios dÃas en trámite. Todos los clientes también tendrán que pagar con tarjeta de débito o crédito y estarán limitados a comprar tres gramos al dÃa en cualquier parte de la provincia, dos menos que lo estipulado por la legislación neerlandesa.
Las restricciones en Limburgo ocurren en un contexto más general de presión contra los cafés en todo el paÃs. El gobierno nacional conservador es hostil, pero se ha comprometido a no tomar providencias hasta después de las nuevas elecciones, pero al igual que los burgomaestres en Limburgo, las municipalidades también están ejerciendo presión.
De acuerdo con un sondeo llevado a cabo por el Ministerio de Justicia holandés, el número de cafés cayó un 3,7% entre el 2005 y el 2007 para 702 en todo el paÃs. Unas 88 cafeterÃas fueron emplazadas por infracciones de los códigos que tratan de su funcionamiento, en tanto que tres fueron cerradas permanentemente a causa de dichas transgresiones.
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