Reportaje: Los Estudiantes Hacen Presión y Aprenden en DC Cuando el SSDP Llega a la Ciudad

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El Students for Sensible Drug Policy (SSDP), la importante organización de reforma de las políticas de drogas sedeada en los campi del país, realizó su conferencia anual el fin de semana pasado a la sombra del Capitolio de los EE.UU. en Washington, DC. Más de 300 estudiantes de 70 campi en los EE.UU. y Canadá escucharon a luminarias del movimiento, estudiaron los mecanismos de la organización estudiantil, cuidaron de los negocios organizacionales y pusieron la teoría en práctica con un día de presión por las cuestiones de reforma de las políticas de drogas en el Capitolio.

[inline:ssdp3.jpg align=left caption="las luminarias de los medios Bill Press y Clarence Page, con el moderador Ryan Grim y el director ejecutivo del SSDP Kris Krane"]Tras algunos días de descompresión merecida después de la conferencia, los líderes del SSDP estaban listos para declarar que el evento había logrado sus metas. “Creemos que la conferencia fue un éxito fantástico”, dijo el director de comunicación del SSDP, Tom Angell. “Tuvimos cerca de 300 estudiantes de todos los EE.UU. y Canadá reunidos en DC para planear estrategias para terminar la guerra contra las drogas y su impacto nocivo sobre nuestra generación. Y esta conferencia no se trataba apenas de reunirse y hacer planes para el futuro – se trataba de hacer cambios en la capital del país mientras estábamos todos aquí. Realizamos 85 reuniones de presión con congresistas o sus empleados el viernes”, le dijo él a la Crónica de la Guerra Contra las Drogas.

Tras ser incentivados por una visita y alentamiento breves del Dip. Dennis Kucinich (D-OH) el viernes por la mañana, los estudiantes fueron al Congreso para hacer presión por la revocación de la ley que precipitó la formación del SSDP en 1998, la disposición antidroga de la Ley de Enseñanza Superior [Higher Education Act], que hasta ahora ha impedido que unos 200.000 estudiantes recibieran auxilio financiero a causa de condenaciones por delitos de drogas, y otras cuestiones como el examen toxicológico de estudiantes.

En varias ocasiones, aunque las reuniones fueran programadas con los funcionarios, los congresistas por lo menos hicieron breves apariciones. En por lo menos dos reuniones, con el Dip. Jim McGovern (D-MA) y el Dip. Bart Gordon (D-TN), los estudiantes pudieron sentarse con los propios parlamentarios, informó Angell.

Además de influenciar de veras a los congresistas, el día de presión del SSDP tuvo el beneficio adicional de energizar a los estudiantes. “Muchos de ellos se entusiasmaron de veras con el día de presión”, explicó Angell. “Fue la primera vez que muchos de ellos habían conversado con empleados legislativos sobre cambiar las leyes con que se importan”.

“Todo ha sido muy educativo – estoy aprendiendo bastante”, dijo la estudiante Stacia Costner de la Universidad de Maryland, que fue una de las más de tres docenas de estudiantes de Maryland que comparecieron a la conferencia.

Eso volvía la delegación Terrapin [los estudiantes de la Universidad de Maryland, a causa de su mascota, la tortuga de dorso diamantino o diamondback terrapin (Malaclemys terrapin)] una de las más grandes. Otros estados que llevaron docenas de estudiantes a Washington fueron Florida y Rhode Island.

Pero, si la conferencia no se trataba apenas de activistas estudiantiles reuniéndose, eso aún era gran parte de ella. Aunque mucho fuera aprendido en el Capitolio y en las sesiones formales de la conferencia, los estudiantes se aprovecharon de su tiempo libre durante el fin de semana para encontrarse y saludarse, comparar historias de guerra y compartir las lecciones asimiladas.

Otro estudiante presente, Jimmy Devine de la Facultad Franklin Pierce en Nuevo Hampshire, le dijo a la Crónica que los estudiantes estaban fundando un centro de reducción de daños. “Queremos proporcionar información factual además del ‘basta decir no’”, dijo. “Queremos ayudar a los chicos y esta conferencia nos ayudará a aprender cómo hacerlo de la mejor manera”.

“Una de las cosas más emocionantes fue que los estudiantes de todo el país pudieron reunirse, encontrarse y percibir que no están solos en sus campi, que existen otros estudiantes como ellos trabajando en las mismas cuestiones en sus propios campi”, dijo Angell. “Será emocionante ver lo que pasa en estos 70 campi cuando los estudiantes regresen este semestre”.

"Estamos intentando construir un movimiento estudiantil de verdad”, dijo el director ejecutivo del SSDP, Kris Krane, mientras inauguraba la conferencia el sábado por la mañana. “Somos una fuerza a ser considerada. Somos reconocidos en el Congreso como una poderosa fuerza de presión y en la prensa como voz creíble en pro del cambio”.

Dado el clima político nacional en los últimos años, el camino del SSDP ha sido accidentado tras una subida inicial meteórica, reconoció Krane. “La guerra contra el terror volvió el reclutamiento más difícil y los números de las sucursales cayeron”, dijo. “Nos alejamos de la retórica antiguerra, pero éste es el verdadero movimiento antiguerra para nuestra generación. Los excesos de la guerra contra el terror fueron precedidos por los excesos de la guerra contra las drogas. Ya están hablando de delatores, confiscación de bienes, discriminación racial o sentencias mínimas obligatorias, cada infracción de los derechos y libertades individuales en la Ley Patriota [Patriot Act] tuvo su inicio en la guerra a las drogas”.

Después que Krane inauguró la sesión, los estudiantes tuvieron la oportunidad de oír a muchos de los líderes más importantes del movimiento pro reforma de las políticas de drogas, incluso un panel de abertura con Ethan Nadelmann de la Drug Policy Alliance, Allen St. Pierre de la National Organization for the Reform of Marijuana Laws, Steph Sherer del grupo de defensa de la marihuana medicinal Americans for Safe Access y representantes del Marijuana Policy Project. Desdichadamente, el director ejecutivo del MPP, Rob Kampia, el hombre por detrás de la iniciativa de tasación y reglamentación de la marihuana en Nevada, se enfermó y no pudo estar presente. Él fue substituido por el director de relaciones gubernamentales del MPP, Aaron Houston.

“Somos la gente que quiere fumar marihuana y pasarla bien”, dijo Nadelmann, para risas y ánimos de la muchedumbre. “Eso significa mucho en nuestras vidas y no queremos ser tratados como criminales. Pero eso no es todo lo que somos. También somos la gente que odia las drogas. Quisiéramos que pudiera haber una sociedad libre de las drogas, pero percibimos que la guerra contra las drogas no es la manera de hacerlo”, prosiguió Nadelmann. “Y somos la gente a quien no les importa las drogas, pero que sí les importa la Carta de Derechos, la Constitución, la justicia racial y la convivencia en una sociedad que está en primer lugar en el encarcelamiento per capita. Todos nosotros creemos que la guerra contra las drogas no es la salida”.

Nadelmann dio un aviso terrible sobre el futuro de la guerra a las drogas. “En los próximos cinco o diez años”, predijo, “los índices de reclusión pueden nivelarse, pero más y más personas serán controladas fuera de las celdas de la prisión. Los exámenes toxicológicos se están volviendo cada vez más omnipresentes, el uso de brazaletes electrónicos y aparatos de GPS está aumentando, estamos encaminándonos hacia una sociedad de vigilancia total”, profetizó. “La vigilancia interna de su cuerpo y la vigilancia externa de su comportamiento. Poco a poco, nos acostumbramos más con privar más y más a las personas de pedacitos de la libertad. Estamos aproximándonos de una sociedad totalitaria”.

Esa perspectiva vuelve la lucha para terminar la guerra contra las drogas más crítica aún, le dijo Nadelmann a la multitud absorta. “Estamos luchando por lo que es lo mejor para este país y por los valores del esclarecimiento”, dijo. “Estamos luchando por una sociedad en la que nadie es castigado por lo que pone en su cuerpo sin daño a los demás”.

Una de las sesiones más frecuentadas del sábado – y uno de los golpes de programación de la conferencia del SSDP – fue la aparición conjunta de los expertos de los medios, el columnista del Chicago Tribune, Clarence Page, y el pandit de la MSNBC, Bill Press, ambos los cuales trataron de la naturaleza problemática de la cobertura de los medios de la guerra a las drogas. Para Press, el reportaje diario común y acrítico de la guerra a las drogas puede ser explicado principalmente por el temor y la ignorancia de los reporteros.

“Los reporteros no conocen el problema y creen en las tonterías que les dicen los políticos y el secretario antidroga”, dijo. “Hemos gastado billones de dólares y eso no ha resultado en nada, excepto en desperdicio de dinero y prisiones llenas. Pero, los reporteros también temen que si empiezan a hacer reportajes serios, pueden perjudicar sus carreras”.

Para Page, era menos miedo e ignorancia que complacencia y falta de conciencia. “La mayoría de los editores no es contra la equidad en el reportaje en las políticas de drogas”, dijo el comentarista nacionalmente conocido. “Nuestra generación partió las cosas en los años 1960 y 1970, pero hubo tanto movimiento hacia la despenalización que hay una especie de falsa impresión de que hay mucho menos represión a la marihuana que la que existe. Los últimos tres secretarios antidrogas me dijeron ‘no arrestamos más a nadie por marihuana’”, se rió Page.

No eran solamente los medios experimentados que hablaban en la conferencia. Algunos de los astros más brillantes de la blogosfera de la guerra a las drogas también hicieron apariciones. Radley Balko del Instituto Cato, autor del blog The Agitator, aturdió a los estudiantes con su exposición sobre el crecimiento de los equipos de la SWAT y su permutación en esencialmente poco más que escuadrones antidrogas.

“Los equipos de la SWAT son caros y no hay rehenes ni barricadas suficientes para justificarlos, entonces vemos una especie de extensión de la misión en que ellos están siendo usados en situaciones cada vez menos violentas y ahora son usados principalmente para allanamientos antidrogas”, explicó Balko, citando su revisión de los allanamientos malhechos, "Overkill: The Rise of Paramilitary Policing in America”. “Hubo cerca de 3.000 allanamientos de la SWAT por año a principios de los años 1980”, observó Balko. “Hoy día, hay 40.000 por año”.

[inline:bloggers-small.jpg align=right caption="la capital intelectual en la conferencia – los importantes bloggers en favor de la reforma de las políticas de drogas Scott Morgan, Radley Balko, Nick Gillespie y Peter Guither"]Otro blogger importante de la guerra contra las drogas, Peter Guither de Drug War Rant, se unió al director adjunto de DRCNet, David Guard, y Doug McVay de Common Sense for Drug Policy en uno de los talleres del domingo. Guither, Guard y McVay interactuaron con estudiantes motivados en la sesión sobre cómo articular argumentos concisos y eficientes para la reforma de las políticas de drogas.

Este reportero habló sobre el tráfico de opio de Afganistán en otro panel bien frecuentado, éste sobre las dimensiones internacionales de las políticas de drogas estadounidenses. Se juntaron a mí Sanho Tree del Institute for Policy Studies Drug Policy Project, quien iluminó los resultados adversos de la erradicación de la coca en Colombia. Quienes también estaban en el panel eran los académicos en políticas de drogas, Mark Kleiman de la UCLA y Peter Reuter de la Universidad de Maryland. Sorpresivamente, el panel no tuvo mucha polémica y Reuter y Kleiman estuvieron de acuerdo con los otros panelistas que los esfuerzos de EE.UU. para lidiar con su problema doméstico de drogas atacando los cultivos de drogas en el extranjero producen resultados marginales a lo mejor.

Por motivos de extensión, ningún reportaje puede cubrir todo lo que sucedió en los tres días de presión, escucha y aprendizaje. Basta decir que el SSDP trazó una serie abarcadora de sesiones y actividades que tenían la intención de informar y energizar su base estudiantil.

Y la organización está mirando hacia el futuro. “¿Qué vamos hacer con la raza y la diversidad?” preguntó Krane del SSDP a un mar de rostros principalmente blancos en la sesión de despedida. “¿Cuáles son nuestras metas?” El SSDP sabe muy bien cuáles son sus metas inmediatas, pero también ha demostrado que se da cuenta de que un movimiento exitoso necesita introspección constante, no sólo acción constante.

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