Hace una década los electores de Maine aprobaron una ley sobre la marihuana medicinal, pero se ha comprobado que ella es en gran medida impracticable. Ahora, después que la legislatura no tomó providencias sobre una petición ciudadana para arreglarla, los votantes tendrán la oportunidad de rectificarla ellos mismos en noviembre.

[inline:medmj-bag.jpg align=right caption="bolsas de marihuana medicinal en California (por cortesía de Daniel Argo vía Wikimedia)"]Maine Citizens for Patient Rights empezó una campaña por la petición en noviembre de 2007 para actualizar la ley sobre la marihuana medicinal del estado con un proyecto presentado a la Asamblea. El grupo recopiló mucho más que las 55.000 firmas válidas necesarias. Según la legislación de Maine, si la Asamblea no toma providencias, se somete la medida a sufragio.

De acuerdo con el resumen del proyecto, ello: “Ordena que la Secretaría de Salud y Servicios Humanos emita tarjetas de identificación de registro a pacientes aptos a tener marihuana para consumo medicinal y a sus cuidadores primarios designados. Fija límites para la cantidad de marihuana que los pacientes aptos y sus cuidadores primarios designados pueden tener. Permite la fundación de dispensarios sin ánimo de lucro para suministrar marihuana a los pacientes aptos y ordena que la Secretaría de Salud y Servicios Humanos emita un certificado de registro a un dispensario sin ánimo de lucro que cumpla con ciertos criterios. Ordena que la Secretaría de Salud y Servicios Humanos fije cuotas de solicitud y renovación que sean suficientes para costear los gastos de implementar y administrar las disposiciones del proyecto de ley iniciado”.

La ley actual de Maine sobre la marihuana medicinal solamente permite que los pacientes tengan 70 gramos y cultiven seis plantas como máximo. No está funcionando, dijeron los defensores del proyecto.

“La realidad es la de que los pacientes no están preparados para hacerlo”, le dijo Jonathan Leavitt del grupo al Comité de Salud y Servicios Humanos de la Asamblea el lunes. “Y los caseros y la gente que es dueña de la propiedad dudan a causa de los problemas policíacos para permitirlo. Entonces, en esencia, la gente accede a ella a través del mercado negro. En esencia no hay ninguna forma legal de comprarla”, dijo.

Durante la vista el lunes, el proyecto de ley sufrió la oposición de los mismos de siempre en la fuerza pública y en las altas esferas de la medicina. Eso puede haber bastado para asustar a los legisladores, pero los electores de Maine demostraron hace una década que estaban dispuestos a adoptar el consumo medicinal de marihuana. Ahora tendrán la oportunidad de hacerlo otra vez.