A partir del sábado pasado, la marihuana medicinal legal ha llegado al Medio Oeste de EE.UU. En ese día entró en vigor la legislación de Michigan sobre la marihuana medicinal cuando la Secretaría de Salud Comunitaria del estado empezó a aceptar solicitudes de los pacientes para inscribirse en el programa. Al fin del sábado, la secretaría había recibido 85 solicitudes, 16 más llegaron por el correo el lunes y más han estado arribando desde entonces.

[inline:jondunbar.jpg align=left caption="Jon Dunbar"]Todavía nadie porta una tarjeta de inscripción, pero las primeras deben llegar a los buzones en un par de semanas. La secretaría puede tardar 15 días como máximo para revisar una solicitud. Tan pronto como sea aprobada, la enviarán en cinco días.

“Probablemente debemos emitir las tarjetas a fines de abril”, dijo James McCurtis, vocero de la secretaría, que supervisará el programa.

Los votantes de Michigan aprobaron abrumadoramente una iniciativa pro marihuana medicinal el semestre pasado, pero ella solamente entró en vigor el sábado último para darle tiempo a la secretaría a fin de que redacte sus normas y reglamentos. Conforme a la ley, los pacientes pueden cultivar 12 plantas como máximo. Los cuidadores pueden cultivar para cinco pacientes como máximo y también para sí mismos. Los pacientes deben tener la recomendación de un médico y padecer de una lista especificada de enfermedades, síntomas o problemas de salud, incluso cáncer, HIV/Sida y esclerosis múltiple.

Como indica el torrente de solicitudes durante el día de apertura el fin de semana pasado, hay una demanda reprimida por marihuana medicinal en Michigan. Los militantes calculan que 50.000 personas pueden estar aptas con arreglo a la legislación estatal. La Crónica conversó con dos de ellas esta semana.

Lynn Allen de Williamston padece de sida y hepatitis C contraídas a causa de una transfusión de sangre. Ha estado recibiendo prestaciones sociales desde 1996, la última vez que pudo trabajar. Dijo que, para él, la marihuana funciona.

“He pasado por períodos en que perdí bastante peso y necesito la marihuana medicinal ante todo para despertar mi apetito”, dijo. “Causa antojos”.

Allen había probado la hierba en su época de universitario en los años 1970, pero hacía mucho que la había dejado. “Han pasado 30 años desde que la probé en la universidad, pero decidí intentarlo otra vez y parece que está funcionando razonablemente bien, entonces me alegré bastante cuando la aprobaron en la votación. Planeo cultivar mi propia marihuana. No tengo antecedentes estupendos cuando se trata de cultivar cosas, pero será un proyecto divertido”.

Allen todavía no ha enviado su solicitud, pero lo hará pronto, dijo. “Tengo una cita con mi médico para firmar la documentación, luego la enviaré”.

Otro ciudadano de Michigan que se prepara para sacar provecho de la nueva ley es Jon Dunbar, 19, de Kalamazoo. Dunbar padece de dolores crónicos en virtud de problemas vertebrales degenerativos y neuropatía y camina con la ayuda de un bastón.

“Empezó con un poquito de dolor en la espalda y ha empeorado progresivamente durante los últimos dos años”, explicó Dunbar. “Ahora estoy discapacitado. Esto me ha quitado mi vida. Hace cerca de un año, empecé a sentir síntomas en mi pierna. Cuando se mueren los nervios, uno pierde función y sensibilidad. No puedo manejar, no puedo caminar normalmente, jamás podré volver a practicar deportes. Tengo que hacer fisioterapia porque los nervios se mueren constantemente y tengo que aprender a ajustarme a eso”, explicó.

“Dice mi médico que no hay cura y que recibiré alguna forma de terapia para los dolores durante el resto de mi vida. Ya he consumido casi todo opiáceo en que se pueda pensar – fentanilo, morfina, hidrocodona, oxicodona -, pero es horrendamente adictivo. Ya es malo tener que presenciar la muerte de mis nervios; no quiero ser alguna especie de adicto también”.

[N. del E.: Investigaciones han descubierto que, en verdad, la probabilidad de que un paciente de dolores se vuelva adicto a opiáceos es baja si manejan la prescripción adecuadamente, pero ésa es otra cuestión. Claro está que los pacientes que no prefieren consumir opiáceos potentes poseen motivos legítimos y no deberían ser forzados a hacerlo (así como no se debería impedir que los pacientes que necesitan o prefieren opiáceos para el control de los dolores los obtuviesen).]

[inline:michigan-movement.jpg align=right caption="militantes pro marihuana medicinal de Michigan en la Asamblea"]No eran solamente los opiáceos. “Como podrá imaginar, es un duro desafío para mí”, dijo Dunbar. “Mi mamá tenía fotos en que practicaba deportes colgadas en la pared. Era un recuerdo constante de todas las cosas que nunca podré volver a hacer. Era muy deprimente y estaba tomando Xanax [alprazolam], Valium [diazepam], clonazapam. Pero me di cuenta de que no importaba si me amargaba o entristecía, eso no iba a cambiar”.

La marihuana medicinal lo ayuda a dejar los remedios fuertes, dijo. “Me ayuda a reducir mi necesidad de opiáceos para obtener alivio y aun poder reducirla un poco es benéfico para mí”.

Dunbar probó marihuana para aliviar sus dolores hace varios meses, pero espera para adquirir el medicamento legal. “Después de probarla, habría cambiado de inmediato si fuera legal. Tal vez pueda reducir las 10 pastillas de 10 miligramos de Percocet [oxicodona] que tomo todos los días en este momento”. El ex atleta y músico prepara su solicitud esta semana. “Como no puedo manejar, tienen que llevarme al médico y para que envíe mi solicitud, pero en este momento trato de resolverlo. Debo ser un paciente oficialmente inscrito en tres semanas”, dijo Dunbar.

Aunque los militantes pro pacientes estén vigilando el estado y la fuerza pública, de momento, todo bien, dijo Greg Francisco, director de la Michigan Medical Marijuana Association (MMMA, por sus siglas en inglés), el destacado grupo de pacientes en el estado, que llevó un ómnibus lleno de pacientes y partidarios a Lansing el sábado e inscribió a 50 personas. “Estamos relativamente contentos con el modo por que el estado ha reaccionado”, dijo. “Habría sido agradable si hubiera colaborado más con nosotros, pero la verdad es que no colaboró mucho con ninguno de los interesados, ni con los pacientes ni con la fuerza pública ni con las farmacias ni con los médicos. Con todo, creo que aquí tenemos un programa factible”.

Un puñado de pacientes ha topado con problemas con la policía desde la aprobación de la ley en noviembre, pero los tribunales han estado inclinados a desestimar esos casos, dijo Francisco. En un caso en Madison Heights, suburbio de Detroit, la policía allanó a una pareja que cultivaba 21 plantas, pero ahora la ciudad se encuentra en la rara posición de asegurar que las plantas permanezcan vivas. Aunque haya algunas áreas inciertas en la ley, las cosas se resolverán, predijo.

“La mayor parte de las secretarías dice que va a seguir la ley, pero el estado no ha sido bueno al comunicar de qué manera el programa funciona o cuáles son los límites y las libertades”, dijo Francisco. “Estamos dedicados a proteger las libertades de los pacientes e incentivar a la gente a quedarse dentro de los límites. Intentamos crear una ética de respeto por la ley de todas las partes”.

MMMA ha estado ocupada atravesando el estado y trabajando con los pacientes, dijo Francisco. “Hemos estado empezando clubes de compasión. Pero si quieren hablar de obtener clones y remedios, eso va a pasar fuera del club. Es una función secundaria para estos clubes; no son dispensarios, sino puramente grupos de apoyo a pacientes”.

Aunque la ley permita que pacientes cultiven hasta 12 plantas y estipule cuidadores que puedan cultivar lo máximo asignado para hasta cinco pacientes, más ellos mismos, no hace mención ni de cooperativas ni de dispensarios. Eso quiere decir que algunos límites serán sobrepasados, dijo Francisco.

“Hay muchos y muchos modelos distintos de que se está hablando”, dijo. “Hay emprendedores transcendiendo los límites y lo incentivamos. Alentamos a la gente a tomar buenas decisiones e ir tras ellas. Esperábamos terminar con operaciones comunitarias sin ánimo de lucro, pero la verdad es que a nosotros nos importan las opciones y transcender límites”.

Así los zarcillos del movimiento pro marihuana medicinal horadan el suelo fértil de Michigan. Pronto, puede que no sea solamente el único estado con marihuana medicinal en el Medio Oeste de EE.UU. Hay labores legislativas en curso en Minesota e Illinois. Quizá cuando los legisladores regresen a casa en esos dos estados estarán listos para sumarse a Michigan como parte del tercer frente (después de la Costa Oeste y el Noreste de EE.UU.) en la expansión del cannabis terapéutico.