Reportaje: Lo bueno, lo malo y lo feo â La reforma de la legislación Rockefeller sobre la droga de Nueva York está a punto de ser aprobada
Hace una semana hoy, el gobernador David Paterson (D) y los lÃderes de la Asamblea y Senado estatales de Nueva York anunciaron que habÃan llegado a un acuerdo sobre reformar la durÃsima legislación Rockefeller sobre la droga del estado. El acuerdo representó una retirada con relación a las reformas concebidas en un proyecto de ley de la Asamblea aprobado a principios de este año, pero aún ofrece una mejora considerable respecto al estado de cosas.
[inline:2001rockefellerprotest.jpg align=right caption="la larga ruta hacia la libertad: protesta de 2001 contra la legislación Rockefeller sobre la droga en Albany, capital del Estado de Nueva York (por cortesÃa de indymedia.org)"]La medida deberÃa haber sido sometida a votación esta semana como parte del proyecto de la ley de presupuestos del estado, pero eso todavÃa no ha sucedido y pone nerviosos a los militantes. Aunque entre los militantes el consenso parezca ser el de que el proyecto se queda corto, la mayorÃa quiere que lo aprueben en cuanto paso en la dirección adecuada.
La legislación Rockefeller sobre la droga fue promulgada en 1973 y ordena sentencias extremadamente duras de prisión para la venta o la tenencia de cantidades relativamente pequeñas de drogas. Pese a que presuntamente tenga miras a âcapos del narcotráficoâ, decenas de miles han sido apresados con arreglo a ella, la mayorÃa por infracciones leves no violentas. Actualmente, unas 12.000 personas están cumpliendo pena por delitos de drogas en Nueva York y constituyen un quinto de la población penitenciaria. Casi un 90% de ellas es negro o hispano.
Reformas parciales en el 2004 y el 2005 hicieron poco para detener la apisonadora del apresamiento. Aunque proporcionen alguna reparación a ciertos infractores de la legislación antidroga, los resultados de esas reformas fueron aún más personas reducidas a prisión por delitos de drogas que antes.
âAunque mucho más moderada que el proyecto de reforma aprobado por la Asamblea el mes pasado, esta propuesta constituye un importante paso adelante para desarrollar polÃticas de drogas más eficaces con base en la salud pública y la seguridadâ, dijo Gabriel Sayegh, director de proyectos de la organización Drug Policy Alliance (DPA, por sus siglas en inglés). âLa Asamblea y el gobernador deberÃan haber ampliado aún más la propuesta, por ejemplo, con la devolución de la discreción a los jueces en cada caso de delito de drogas, no solamente en los casos de menor entidad. Con todo y eso, creemos que este proyecto constituye una verdadera reforma y que deberÃa ser promulgadoâ.
Conforme al acuerdo tripartito, el proyecto de reforma en la legislación Rockefeller irÃa a:
- Devolver la discreción judicial en casos de delitos leves de drogas;
- Expandir los servicios de tratamiento y reinserción;
- Expandir los juzgados de delitos de drogas;
- Permitir que aproximadamente 1.500 personas encarceladas por delitos de drogas leves y no violentos postulen a una nueva condenación;
- Aumentar las penas para los âcaposâ del narcotráfico;
- Aumentar las penas contra los adultos que vendan drogas a jóvenes.
En las reformas del 2004 y del 2005, la gente que cumplÃa pena por delitos de nivel A â los más graves â podÃa postular a una nueva condenación, pero no los que cumplÃan por delitos de nivel B, quienes constituÃan el grueso de los presos por la legislación Rockefeller. Aunque ahora la elección de una nueva condenación fuera facultada a unos 1.500 infractores de nivel B, eso quiere decir que más de 10.000 presos a causa de la lucha contra la droga de Nueva York continuarÃan sin recurso.
El proyecto de ley también permite que jueces desvÃen a algunos de los infractores de la legislación antidroga de menor entidad al tratamiento de la toxicomanÃa o a otras alternativas al apresamiento, pero solamente si convencen a los jueces de que son adictos. Considerando que la encarcelación cuesta tres veces más que el tratamiento, el estado puede ahorrar millones si los jueces ejercen tal discreción condenatoria.
âEn calidad de ex preso conforme a la legislación Rockefeller sobre la droga, soy a favor de esta ley porque rescatará a muchos de los presos a quienes no les tocaron las reformas anterioresâ, dijo Anthony Papa de la DPA. âEsta propuesta le dará a la gente condenada por delitos leves de drogas la oportunidad de reunirse con sus familias y convertirse en ciudadanos productivos que pagan sus impuestos como yoâ.
âSi esto deviene ley, será un importante paso adelanteâ, dijo Caitlin Dunklee de la Correctional Association of New York y coordinadora de la campaña Drop the Rock. âEs la primera gran reforma de la legislación Rockefeller sobre la droga desde su promulgación. Desmonta la condenación mÃnima obligatoria de modo significativo. También asigna dinero a alternativas a la encarcelación y al tratamiento de la toxicomanÃaâ, dijo.
Pero el paquete no incluye todo lo que los reformadores trataban de conseguir, admitió Dunklee. âDeja intactas algunas sentencias mÃnimas obligatorias severas para delitos leves de drogas y resultará en la encarcelación de futuros infractores de la legislación antidroga de menor entidad â cerca de mitad podrá recibir mÃnimas obligatorias. Además, las disposiciones de retroactividad son demasiado limitadas; menos de 1.500 de los más de 10.000 entre rejas por delitos de drogas estarán aptos para postularâ, dijo. âHay familiares que preguntan cuándo sus seres queridos van a regresar a casa, pero poquÃsimos van a salir antesâ.
âEs una reforma tibiaâ, dijo un decepcionado Randy Credico del William Moses Kunstler Fund for Social Justice, hace mucho un protagonista en el movimiento pro revocación de la legislación Rockefeller que ahora se prepara para retar al senador Charles Schumer en las elecciones del año que viene. âEl sistema de justicia penal de Nueva York necesitaba un tremendo enema y todo lo que los polÃticos hicieron fue eliminar los gasesâ.
âEsta propuesta es progresoâ, dijo Alan Rosenthal, abogado del Center for Community Alternatives, una organización neoyorkina que trata de alternativas al apresamiento. âEs la tradición de la reforma modesta que les pisa los talones a las reformas del 2004 y del 2005â, dijo. âCapta parte de las mismas caracterÃsticas, permite algo de nueva condenación como aquéllas, pero todavÃa nos deja con una estructura bastante imperiosa y, pese a que se preste más atención al tratamiento que al castigo, todavÃa deja muchÃsimo espacio para el castigo y mucha gente en prisión. Desde mi perspectiva, felicitarÃa a los legisladores que lo apoyaron, pero seguramente le darÃa un aviso oportuno al público de que todavÃa hay mucho trabajo que hacerâ.
Rosenthal señaló que aunque la reforma permitirÃa que jueces ejercitaran la discreción, eso no quiere decir que lo harán. âLa mayorÃa de los jueces viene de las fiscalÃasâ, observó. âNo es probable que tengan un punto de vista esclarecido de cómo la prisión puede ser contraproducente y destructiva. A estas alturas, no me parece que las cosas vayan a cambiar mucho con relación a la época en que los fiscales tenÃan la discreción. Será una espita diminuta y los jueces van a intentar descubrir quiénes lo merecen y quiénes no lo merecen, quiénes podrÃan aparentar más peligrosidad a causa de clase, color de la piel o etnia. Esa especie de potencial para colorear las decisiones judiciales todavÃa nos deja la necesidad de reformas más generales y una comprensión más amplia de cómo tratar de estas cuestionesâ.
Es una cuestión espinosa saber si dichas reformas parciales deberÃan recibir apoyo, dijo Rosenthal. âEs difÃcil estar enterado de que un porcentaje menor que a nosotros nos gustarÃa va a beneficiarse, pero también es difÃcil decir que vamos a resistir a todo sabiendo que, si lo hacemos, algunas personas van a sufrir bajo el yugo del apresamientoâ, dijo. âLa pega es la impresión de la opinión pública de que todo lo que necesita ser hecho ha sido hecho. Los que aún están en prisión y sus familiares que no están recibiendo ninguna reparación comprenderán que falta trabajo que hacer, pero el problema será nuestra capacidad de despertar la preocupación del públicoâ.
Sayegh defendió la reforma parcial como lo mejor que se podÃa alcanzar. âNuestro trabajo en cuanto militantes es luchar durÃsimo para conseguir lo máximo que podamos realizar. Ãse es nuestro compromiso. Tras cien años de prohibición y luchas contra la droga, cualquiera que piense que podemos lograr lo extraordinario y lo imposible en un paquete legislativo está soñando. Necesitamos hacer lo imposible posible y lo posible inevitable y eso implica un proceso. Aquà estamos hasta cuando dureâ, prometió.
Puede durar bastante. âMucha gente con quien converso que no está implicada en las polÃticas de drogas me ha dicho que creÃa que esto habÃa sido solucionado en el 2004 y el 2005â, dijo Nicolas Eyle de ReconsiDer: Forum on Drug Policy, un grupo reformador de las polÃticas de drogas del norte del Estado de Nueva York. âVolverá a pasar lo mismo con este proyecto, pero todavÃa tenemos sentencias largas; contamos con una propuesta para los capos que parece adecuarse a la banda normal de camellos de las esquinas, entonces el resultado será el de traficantes minoristas cumpliendo condenas de 15 años a cadena perpetua. Este proyecto es un paso en la dirección adecuada, pero un pasito nomásâ, manifestó.
Al comparar el movimiento de revocación de la legislación Rockefeller con el movimiento abolicionista antes de la Guerra de Secesión, Credico dijo que la lucha contra la esclavitud no aceptaba paños calientes. âEl sistema de justicia penal es la nueva potencia esclavistaâ, dijo, ây asà como las leyes de Jim Crow, la legislación antidroga seguirá siendo utilizada para encarcelar, condenar y apresar a personas y privarlas de derechos en un nivel masivo. Todos â jueces, fiscales, abogados defensores, agentes penitenciarios, funcionarios de los tribunales, agentes de la libertad vigilada y condicional, polÃticos del norte del estado y contratistas â dependen de estos casos de delitos de drogas para seguir ocupados y mantener las prisiones llenasâ.
Las disposiciones de tratamiento forzoso en el paquete de reforma son equivocadas, dijo Credico. âLos reformadores de las polÃticas de drogas quieren valerse de la jerga falsa de que es una cuestión de salud, pero estas personas no son adictos enfermos; son bandidos que comercializan porciones pequeñas de marihuana, los tipos que venden al por menor en las esquinas. Ahora tendrán que confesarse culpables y convencer a los jueces que son adictosâ, argumentó. âSi no pueden probar que son adictos, todavÃa van presos y cumplirán de un a nueve años. Eso pasa en una época en que el Ãndice de desempleo entre los negros jóvenes en la ciudad es del 65%. ¿Qué otra cosa quieren que hagan?â
Como Credico, Dunklee criticó la disposición que solamente volvÃa a las personas que convencieran a los jueces de que eran adictas aptas para la desviación en delitos de nivel B. âEsto establece una distinción entre los que son adictos y los que no lo sonâ, dijo, ây solamente la gente considerada drogodependiente estará apta para la desviación. Las personas que tal vez no necesiten tratamiento, pero que podrÃan ser auxiliadas de otros modos recibirán sentencias mÃnimas obligatorias de prisión. Objetamos altamente a esoâ.
Al tratar del aumento en las condenas para los âcaposâ y la gente que vende drogas a menores de edad en la versión final del proyecto de ley, Dunklee dijo que era una concesión a los fiscales. âEl gobernador Paterson no querÃa parecer indulgente con la delincuencia, entonces apoyó incrementos condenatorios para la gente que el público satanizaâ, dijo. âCuando el público oye hablar de vender drogas a menores de edad, piensa en el tipo con su trinchera en el patio de recreo, no en el joven de 21 años que las vende al de 17. Los jueces no podrán examinar las circunstancias de cada caso y el joven irá preso por mucho tiempo, pero eso no es lo que el público tiene en cuentaâ.
Para Dunklee y Drop the Rock, la lucha no se ha acabado. âNo vamos a concluir nuestras actividades, mantendremos la coalición intactaâ, dijo. âEsta reforma parcial tiene el potencial de desinflar el movimiento, pero vamos a evaluar cómo proseguir. Nuestra gente está comprometida con la revocación total y estamos abiertos a la posibilidad de ampliar nuestra agenda para incluir la reducción de las prisiones. Vamos a descubrir cómo reaccionar a las reformas y al nuevo clima polÃticoâ, dijo.
Pero, dado que en el momento de esta redacción la hace mucho retrasada aprobación final del proyecto de ley todavÃa no ha ocurrido y considerando que los demócratas del Senado tienen una mayorÃa minúscula, puede que este análisis posterior al hecho de las reformas en la legislación Rockefeller del 2009 sea prematuro. âEl proyecto todavÃa no ha sido aprobadoâ, advirtió Sayegh. âPor supuesto, aprobarán un proyecto de la ley de presupuestos, pero la pregunta es qué estará incluido en ello. Ahorita hay una serie de legisladores, fiscales y periodicuchos como el Daily News que dice y publica tonterÃas. Mucha gente se opone a esta disposición, asà que no podemos dar por sentada su aprobación. Estamos a punto de lograrlo, pero todavÃa no lo hemos logradoâ, dijo.
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