Los burgomaestres de los municipios fronterizos holandeses de Roosendaal y Bergen op Zoom confirmaron el jueves que van a cerrar todas las cafeterías que venden cannabis en sus ciudades hasta el 16 de septiembre. Dijeron que con el cierre de los cafés esperaban terminar con las molestias al público creadas por la afluencia semanal de unos 25.000 compradores de marihuana no holandeses.

[inline:smokey.jpg align=right caption="el café Smokey en Ámsterdam – no va a cerrar (por cortesía de amsterdam.info"]A causa de leyes más represivas en países vecinos como Francia y Alemania, las cafeterías holandesas han sido un lugar favorito de los buscadores de marihuana en la región noroeste de Europa. Pero los enormes números de extranjeros que van a los municipios fronterizos han creado tránsito, desorden público y otros problemas. Los burgomaestres de otros municipios fronterizos han reaccionado con planes de mudar las cafeterías de los centros de las ciudades a la afueras.

El gobierno conservador de la coalición nacional holandesa, aunque desee ver el fin de los cafés, se ha comprometido a no tomar ninguna providencia hasta después de las nuevas elecciones en el 2010. Eso deja el campo regulador a los alcaldes.

Un abogado de los dueños de los cafés dijo que no había mucho que hacer hasta que los cafés fueran realmente cerrados. “Pero si se desea cambiar las políticas de drogas, primero hay que discutirlas nacionalmente y también verificar la ley de la UE si se desea desalentar a los turistas europeos”, dijo Harrie Nieland.