En los años 1980 la organización guerrillera maoísta Sendero Luminoso llevó a cabo un levante sanguinario contra el Estado Peruano en que casi 70.000 personas fueron muertas. Derrotado a principios de los años 1990, con sus líderes en prisión, el grupo fue reducido a un resquicio de su antigua existencia. Pero ahora, fomentado por los beneficios del tráfico clandestino de coca y cocaína, Sendero Luminoso ha regresado.

Y este año mató a más soldados que en cualquier año desde que aplastaron la insurgencia, dijeron los militares peruanos el lunes. Ántero Flores Aráoz, ministro de Defensa, informó que 25 policías y soldados murieron en manos del Sendero Luminoso este año, la mayoría en una serie de emboscadas descaradas, incluso un convoy militar detonado en un atentado con dinamita. El grupo es responsabilizado por cerca de 50 asesinatos de soldados, policías, trabajadores antidrogas y civiles desde que el presidente Alan García tomó posesión en julio de 2006.

El ritmo de las matanzas se ha acelerado desde agosto, cuando García empezó a mandar a soldados a las zonas cocaleras para intentar exterminar a Sendero Luminoso, que, a estas alturas, parece haber abandonado su anterior ideología maoísta en su mayor parte. Aunque ahora el grupo consista en solamente cerca de 300 combatientes, está mejor armado que nunca gracias a los beneficios del tráfico de drogas ilícitas.

El ministro de Defensa Flores Aráoz dijo que los militares estaban listos para sufrir más bajas en orden a recobrar el control de Vizcatán y las regiones cocaleras de los ríos Ene y Apurímac. “Cuando dejas que esa zona del Vizcatán sea de nadie, lógicamente no habrá bajas”, dijo Flores Aráoz. “Pero cuando combates siempre hay el riesgo de que haya bajas y heridos”.

Pero Carlos Tapia, entendido en Sendero Luminoso, dijo que el gobierno va fuera de camino. En vez de lanzar redadas militares, el gobierno debería enfatizar el abastecimiento de servicios básicos en las comunidades pobres. De lo contrario, Sendero Luminoso, lleno de beneficios de la coca y la cocaína derivados de la prohibición, simplemente se puede comprar sus amistades.

“Hay un mal diagnóstico y al haber un mal diagnóstico hay una mala estrategia”, dijo Tapia del gobierno García. “En esas zonas todo el mundo está aliado con el narcotráfico: los comités de autodefensa, los alcaldes, los jueces y hasta los fiscales”, manifestó Tapia.