Reportaje: La NORML se hace con Berkeley

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El fin de semana pasado la National Organization for the Reform of Marijuana Laws (NORML, por su sigla en inglés) celebró su 37ª conferencia anual en Berkeley, California, y ¿habrá un escenario mejor que el área amiga de la marihuana de la Bahía de San Francisco? Enfrente de la bahía desde San Francisco, a unos cuantos kilómetros de Oaksterdam en Oakland, a unas dos horas por la autopista US 101 desde el epicentro cultivador de marihuana de Alta California, Berkeley es el tipo de lugar en que la NORML es, bueno, normal.

[inline:normlposter08.jpg align=left caption="cartel de la conferencia"]El entorno también era magnífico, en un hotel en el puerto deportivo de Berkeley con vista para la bahía y el horizonte de San Francisco de un lado y para los cerros de Berkeley del otro. Los empleados del hotel y guardias de seguridad limitaron su vigilancia a asegurar que la gente fumadora se quedara a respetable distancia de las entradas del edificio: “A nosotros no nos importa qué están fumando, apenas no lo hagan a menos de 7,5m de la puerta”, rogaron.

Cultivadores de marihuana con polos de estilo teñido anudado, pelucones, panzudos, jipis en proceso de envejecimiento y provenientes de la sierra que llevaban frascos llenos de sus mejores botones cultivados en casa se codearon con políticos de terno y corbata oriundos de la Costa Este de EE.UU. Científicos investigadores se juntaron con legalizadores radicales. Figuras de los medios se encontraron con críticos de los medios. Activistas solitarios de provincias lejanas hallaron a sus pares en el movimiento… y percibieron que no estaban solos. Y montones de personas de apariencia impresionantemente normal vagaron por las salas, examinaron las mesas de los vendedores, escucharon las sesiones de la conferencia y, de rato en rato, deambularon hacia atrás para tomar parte en los sucesos incesantes de medicación y puro y llano relajamiento afuera (en conformidad con las estrictas leyes contra el fumar de California).

En comparación con otras conferencias sobre la reforma de las políticas de drogas con sus colecciones mareantes de paneles, con frecuencia cuatro o cinco al mismo tiempo, el programa de la conferencia de la NORML fue benditamente sucinto. En su mayor parte, fue una sesión por horario. El viernes, sucedieron “La marihuana, la política en 2008 y allende”, “La generación de la marihuana legal – Creciendo y creando a hijos en la era de la marihuana legal”, “Comprendiéndolo mal – Cómo los medios dicen mentiras sobre el cannabis”, seguidos de un trío de sesiones a parte sobre activismo el viernes por la tarde. El sábado, ocurrieron “¿Y si arrestáramos a 20 millones de estadounidenses – y nadie se diera cuenta?”, “La política de la marihuana y la salud”, un almuerzo con discurso de Mark Leno (D), diputado de California, “Los exámenes toxicológicos y el consumo de cannabis: En contra de la discriminación sancionada por la ley vía ciencia forense”, “Oaksterdam, EE.UU. (La libertad del cannabis está más cerca que imaginas)” y “La cultura de la marihuana”. Se dedicó el domingo a sesiones acerca de montar y administrar dispensarios en California.

“No es la prohibición de tu padre”, dijo Steve Dillon, presidente de la junta de la NORML, dándole rápidamente al tema de la conferencia en sus comentarios que abrieron el evento. “Es mucho peor, mucho más costosa. Nos está costando la pérdida de libertad, nuestra propiedad y nuestro acceso a cuidados compasivos. Pero la prohibición de la marihuana está condenada a fracasar”, dijo, para vítores de la asistencia. “Es totalmente ilógico y contraproducente seguir intentando prohibir la marihuana, pero nuestro gobierno será forzado a terminar con la prohibición. Debemos elegir nuevos líderes y restaurar nuestra Constitución deteriorada”, dijo.

“La prohibición de la marihuana está más profundizada y atrincherada que nunca”, dijo Alan St. Pierre, director ejecutivo de la NORML, repitiendo el tema. “Vamos a arrestar a un millón de personas a causa de la marihuana hasta 2010 ó 2012”, predijo. “La prohibición de la marihuana se está poniendo más dura y más intensa”.

Pero las perspectivas de cambio positivo son las mejores en décadas, argumentó St. Pierre. “Si eligen a Barack Obama, tendremos la mejor oportunidad de reforma en los últimos 35 ó 40 años. Quizá realmente podamos tener un doctor en medicina para secretario en materia de drogas, o quizá el Dr. Ethan Nadelmann”, ensoñó, recibiendo fuertes aplausos.

Quien también discursó en la sesión inaugural fue el regidor Kriss Worthington de la Ciudad de Berkeley, el cual le dijo a la gente que va a ser necesario una larga y difícil lucha social, cultural, política y jurídica para eliminar “estas políticas de marihuana burras, absurdas y dementes”. El pueblo está muy adelantado a los políticos respecto a la legalización de la marihuana, dijo, instándole a la gente a ejercer presión sobre sus funcionarios electos.

La segunda sesión del día sobre la condición actual y el futuro de la política reformadora de la marihuana fue abarcadora. Se discutieron temas como la iniciativa de menor prioridad en Fayetteville en Arkansas, la reciente directiva del fiscal general californiano Jerry Brown a la fuerza pública sobre la marihuana medicinal y el rol de los activistas locales en la defensa contra un revés electoral en la Comarca de Mendocino. La sesión también presenció la atención al panorama, con una discusión entre Ethan Nadelmann, director de la Drug Policy Alliance, Rob Kampia, director del Marijuana Policy Project (MPP, por su sigla en inglés) y Madelyn Martínez, directora de la NORML Oregón sobre las labores presentes y futuras en el ámbito estatal. (Véase un artículo detallado sobre esos planes aquí.)

Una mesa especialmente esclarecedora sucedió el viernes por la tarde con Richard Cowan, ex director de la NORML y fundador de MarijuanaNews.com, moderando un debate sobre la prensa que incluyó a Paul Armentano de la NORML, Bruce Mirken, director de comunicación del MPP, “Radical Russ” Belville, activista y presentador de programa de entrevistas en radio de Oregón, y Ann Harrison, antigua reportera de la cuestión de la marihuana. “Nos han mentido y han mentido sobre nosotros”, refunfuñó Cowan mientras se preparaba para hacerse a un lado y dejar que los panelistas explicaran el cómo y el porqué.

Armentano se destacó con una disección de la cobertura mediática de los resultados de estudios científicos sobre la marihuana. “Menos del 5% de los estudios sobre el cannabis es reportado por los grandes medios”, señaló, citando cifras duras del año pasado, “y los que llaman la atención de los medios son los estudios que se concentran en los peligros. Estudios con hallazgos sanitarios que no sustenten los peligros del cannabis son normalmente ignorados”, añadió, listando una serie de investigaciones y cómo y con qué frecuencia son comunicados.

Armentano también creó una tipología de los reportajes sobre la marihuana en la grande prensa. “Informes noticiosos deben tener titulares alarmistas”, enumeró. “Deben fundarse en comunicados de prensa anteriores a la publicación de la misma investigación. Deben ser altamente selectivos. Y no deben aludir a datos contradictorios anteriores”.

Belville repitió el análisis de Armentano sobre los tipos de artículos acerca de la marihuana al presentar una lista de reportajes comunes sobre ella: “No es la marihuana de tu madre”, “La marihuana medicinal puede causar efectos adversos, dicen investigadores”, “Consumo de marihuana en la adolescencia relacionado con enfermedad posterior”.

Citando el trabajo del teórico político George Lakeoff, Belville luego explicó de qué manera dichos titulares caben en un “armazón” o formato narrativo preproyectado en el cual se vincula la marihuana con el vicio y los jipis sucios. “Hay que cambiar ese armazón”, dijo en su mejor voz de locutor de radio. “Digan cannabis en vez de marihuana – no tiene todas las malas asociaciones”.

Pese a que Ann Harrison haya pasado a trabajar en cuestiones de los derechos humanos, la reportera veterana tenía hartos consejos a periodistas que todavía cubren la marihuana. “Hubo un repunte en los arrestos a causa de la marihuana en California en 2007”, observó. “¿Cuáles son los costes? ¿Cuánto están pagando los federales? Eso es lo que los reporteros necesitan preguntar”. Pero los reporteros necesitan encontrar ese ángulo humano, recordó. “Los reportajes son movidos a emoción”, dijo Harrison.

Mirken del MPP tenía consejos sobre cómo influenciar los medios, especialmente cuando se está descontento con su cobertura de la cuestión de la marihuana. “Empiece con el reportero, sea cortés, haga un abordaje positivo y sea específico y factual en su queja”, dijo. “Tal vez haga una retractación o actualice el artículo positivamente, tal vez no. Pero la idea es empezar a entablar relaciones” que puedan guiar al reportero en la dirección correcta, dijo.

Un relato exhaustivo de todas las sesiones de la conferencia va más allá del alcance de este artículo. Los lectores que quieran saber más deben chequear la bitácora de la NORML y de otros que bloguearon sobre la conferencia, porque hay mucho más cosas que valieron la pena y fueron informativas allá.

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