En una rueda de prensa el viernes pasado, el presidenciable independiente Ralph Nader pidió que se vacíen las prisiones de infractores no violentos de la legislación antidroga y se las llenen de criminales empresariales. El pedido de Nader sucedió mientras revelaba un programa de 12 puntos con miras a refrenar el poder de las corporaciones.

“Los delitos de drogas no violentos están siendo excesivamente perseguidos y la criminalidad empresarial está siendo enjuiciada de menos. El Ministerio de Justicia de EE.UU. debe empezar a trastrocar el curso, poner en marcha el desmantelamiento de la criminalidad empresarial y darle fin a la guerra cruel y deshumana contra la tenencia no violenta de drogas”, dijo el perenne candidato.

“El sistema de justicia penal está en la quiebra – está tan mal que uno apenas sabe por donde empezar a describir la avería”, dijo Nader. “Comencemos con la guerra contra las drogas, ya que los comentadores a través del espectro político reconocen su locura. Invertimos recursos casi interminables – aproximadamente $50 billones cada año – en pillar, enjuiciar y encarcelar a personas que, ante todo, se hacen daño a sí mismas. Esta guerra insensata contra las drogas perjudica a las comunidades y agota recursos cruciales de la policía, de los tribunales y de las prisiones. Estos recursos podían ser mejor empleados para combatir contra los delitos callejeros y empresariales graves que transgredan directamente la libertad, la salud, la seguridad, la confianza y el bienestar financiero del público. Como con los alcohólicos y adictos a estupefacientes, el abordaje a los drogadictos debería ser el de la rehabilitación, no el de la reclusión”, argumentó.

“Las políticas de drogas actuales han consumido decenas de billones de dólares y han destrozado innúmeras vidas”, prosiguió Nader. “Los costes de esta política incluyen la descomposición creciente de familias y vecindades, el peligro para los niños, la violación generalizada de las libertades civiles, niveles de reclusión en continuo aumento, corrupción política y la imposición de las políticas de Estados Unidos en el extranjero. En la práctica, la lucha contra la droga visa desproporcionadamente a personas de color y personas que sufren con la pobreza. Medidas coercitivas no han reducido el consumo de drogas, pero han atascado nuestro sistema de justicia penal con infractores no violentos. Es tiempo de explorar abordajes alternativos y terminar con esta guerra costosa”.

Nader también pide un fin inmediato al enjuiciamiento criminal de pacientes por marihuana medicinal. “La actual política cruel e injusta perpetuada e impuesta por el gobierno Bush impide que los estadounidenses que padecen de enfermedades debilitantes experimenten el alivio del cannabis medicinal”, dijo Nader. “Aunque existan pruebas científicas y anecdóticas considerables para validar la utilidad de la marihuana para tratar enfermedades, una verborrea de Washington afirma que la marihuana no tiene valor medicinal”.

Y es a favor del cáñamo industrial. “Carentes de cultivos alternativos y concientes del mercado en crecimiento para el cáñamo industrial – particularmente para productos biocompuestos como repuestos para automóviles, los agricultores en Estados Unidos son forzados a mirar desde las líneas laterales mientras que agricultores canadienses, franceses y chinos cultivan la planta y los fabricantes estadounidenses la importan de ellos”, dijo Nader.

El dinero ahorrado de terminar con la lucha contra la droga puede ser empleado en la persecución de una guerra contra la criminalidad empresarial, dijo Nader. “La represión a la criminalidad empresarial es bastante ignorada por los políticos, sin embargo es sentida extremadamente por todos los estadounidenses”, dijo, señalando que las pérdidas por robos con allanamiento de morada y asaltos ($3.8 billones al año) parecen pequeñas cerca de un mero puñado de fraudes empresariales, como las que derribaron a Tyco, Adelphia, Worldcom y Enron.

Nader se presentó como candidato a la presidencia por el Partido Verde en 2000, consiguiéndose el 2,7% de los votos y ganando la enemistad sin fin de los fieles del Partido Demócrata, quienes le echaron la culpa por entregar las elecciones al republicano George Bush. En 2004, Nader se presentó como independiente, granjeando el 0,2% de los votos. Este año, compite con Bob Barr, el candidato del Partido Libertariano, y la postulante Cynthia McKinney del Partido Verde en la lotería de los terceros partidos.

(Este artículo fue publicado por el ala cabildera de StoptheDrugWar.org, la Drug Reform Coordination Network o Red Coordinadora de la Reforma de las Políticas de Drogas, que también comparte los costes de mantener esta página web. La Fundación DRCNet no asume posturas respecto a candidatos a cargos públicos en conformidad con la sección 501(c)(3) del Código Tributario de Estados Unidos y no remunera reportajes que puedan ser interpretados o malinterpretados en ese sentido.)