Un instituto de consultores instaurado por el Parlamento escocés y encargado de examinar nuevos abordajes a las políticas de drogas ha lanzado un informe que pide cambios radicales en la manera por la cual Escocia lidia con el daño del consumo de drogas y alcohol. El Parlamento le pidió al instituto, el Scottish Futures Forum, que determinara cómo el país puede reducir el daño a la mitad hacia 2025.

[inline:urquhart-castle-wikimedia.jpg align=left caption="el Castillo de Urquhart en el Lago Ness, Escocia (foto de Sam Fentress vía Wikimedia)"]El informe del foro, “Abordajes a la droga y al alcohol en Escocia: Una cuestión de arquitectura” [Approaches to Drugs and Alcohol in Scotland: A Question of Architecture], cayó como una bomba fétida en medio del debate corriente sobre las políticas de drogas en Escocia, que en los últimos meses ha sido dominado por pedidos de nuevos abordajes “duros” al consumo y tráfico de drogas. Recomendó que el consumo de todas las drogas, incluso de drogas legales como alcohol y tabaco, debe someterse a una única política dominada por un abordaje de salud pública y criticó duramente a la dependencia exagerada del sistema de justicia penal para reducir los daños causados por el consumo de drogas.

“Históricamente, hemos entendido, en particular, el consumo de drogas sobre todo como cuestión de justicia”, indicó el informe. “Esto está mal y el alcohol y las drogas deberían ser comprendidas predominantemente como una cuestión sanitaria, social y de estilo de vida a ser considerada junto con el fumar, la obesidad y demás retos de estilo de vida. El actual nivel de represión que hace frente al consumo menor de drogas ilegales puede no ser el despliegue más eficaz de recursos de la fuerza pública y probablemente fracasará en reducir el daño relacionado con la droga y el alcohol a la mitad hacia 2025. Se debería reconocer que reducir a la gente a prisión por delitos poco graves relacionados con el alcohol y la droga es improductivo y probablemente insostenible”.

En vez de las políticas actuales, Escocia debería cambiar para políticas comprobadas que enfaticen el abordaje de salud pública, dijo el foro. Dichas políticas incluirían la consideración de inyectorios para disminuir la proliferación de enfermedades contagiosas, la prescripción de heroína a adictos y la tasación y regularización de la marihuana. Se debería invertir más recursos en la prevención y el tratamiento de la toxicomanía en vez de la represión, dijo el foro.

El gobierno escocés no se puso contento y un vocero descartó cualquier instauración rápida de inyectorios. “Hay cuestiones ético-legales complejas en torno a las salas de consumo que no es posible solucionar fácilmente”, dijo el portavoz. En cuanto a prescribir heroína, Escocia va a “esperar para ver” cómo los programas piloto en Inglaterra se salen, dijo.

Los conservadores escoceses quedaron horrorizados, con la líder tory Annabel Goldie llamando los inyectorios “galerías de picaduras” y diciendo que ellos y la legalización de la marihuana eran ideas del pasado.

Pero los demócratas liberales fueron más abiertos. Su vocera, Margaret Smith, dijo: “El consumo indebido de drogas es un problema mundial y si otros países han desarrollado soluciones nuevas y radicales, entonces es sensato considerar su empleo en Escocia”.