Reportaje: Lucha de Mendocino por marihuana espera resultados electorales e iniciativa restrictiva atrae fuerte oposición
Hace ocho años, los electores en la Comarca de Mendocino de Alta California aprobaron la innovadora Medida G [Measure G], que permitÃa que la gente cultivara hasta 25 plantas de marihuana para consumo medicinal o personal y ordenaba que las autoridades municipales de la ley volvieran los delitos por marihuana su menor prioridad legal. Desde entonces, la ya bien establecida comunidad cultivadora de Mendocino ha estallado y, como se calcula que el tamaño del cultivo sea del orden de $500 millones a $1.6 billón al año, ahora la marihuana es el espinazo de la economÃa local.
[inline:marijuana-harvest.jpg align=right caption="cosecha externa de marihuana en California (de la NDIC vÃa usdoj.gov)"]Pero con la prosperidad vinieron los problemas y, ahora, la reacción. En parte, se trata puramente de una oposición cultural arraigada a la marihuana, pero otros habitantes de Mendocino se han quejado de daños ambientales resultantes de los cultivos comerciales, desvÃo del abastecimiento de agua, basura en las florestas, patios vecinos con cultivos valiosos que atraen a rateros y asaltantes, olor de la marihuana en cultivo que flota en el aire por colegios y hogares y la perturbación de la tranquilidad rural de parte de inútiles enriquecidos con la marihuana que hacen bulla en carreteras secundarias con sus utilitarios carÃsimos.
La semana pasada, habitantes de Mendocino salieron a votar en una medida que desharÃa la Medida G y establecerÃa los lÃmites para el cultivo en seis plantas, como lo ordenado por la ley estadual. (Esa sección de la ley fue declarada inconstitucional recientemente por un tribunal de apelaciones estadual; véase nuestra cobertura aquÃ.) Conocida como Medida B [Measure B], la iniciativa contaba con el apoyo de la mayorÃa del Concejo de Supervisores comarcal y del resto del establishment polÃtico y de los medios destacados de la ciudad. Además, las encuestas indicaban que serÃa aprobada con facilidad.
Pero pese a los informes mediáticos en la noche de las elecciones de que la medida habÃa sido aprobada por un margen de 52% a 48%, las elecciones no se han acabado de ninguna manera. Aproximadamente 11.000 votos ausentes entregados en mano, o cerca del 38% del total de votos, aún no han sido contados. La comarca tiene hasta el fin de mes para contarlos y certificar las elecciones, pese a que los resultados finales puedan ser anunciados a cualquier dÃa.
Los oponentes de la Medida B creen que vana ganar cuando todos los votos sean contados. Los defensores de la Medida B dicen lo mismo.
âAhorita la margen es de apenas 710 votos y creemos que vamos a vencer al finâ, dijo Laura Hamburg, vocera del movimiento insurgente para derrotar la iniciativa conocida como la No on Measure B Coalition.
âUn motivo para ponerse optimista es el de que esos votos de última hora vienen de personas que estaban muy preocupadas por asegurar que el registrador los recibiera y hemos estado agitando a esa gente para que salga a votar. La segunda razón es la geografÃa. La sede comarcal de Ukiah es más conservadora, pero las regiones periféricas de la comarca han sido mucho más liberales y comprensivas hacia el consumo personal y medicinal de familia. Estas regiones rurales están ubicadas de donde vienen los votos ausentes entregados en manoâ.
âHay muchos votantes conservadores que toman la votación en serio, no confÃan en los Correos y quieren entregar sus votos en personaâ, argumentó Ross Liberty, vocero de la Yes on Mendocino County Measure B Coalition. âY nuestro distrito más fuerte es el Distrito 1, que es de donde salen los votos no contados. TodavÃa se puedeâ, dijo, mientras reconocÃa que algunos de sus aliados consideran su previsión de victoria por 60% a 40% âexageradamente optimistaâ. Con todo, dijo Liberty, su equipo entero está de acuerdo que están entre los favoritos para ganar.
[inline:dalegieringer.jpg align=left caption="Dale Gieringer (por cortesÃa de pot-tv.net)"]âNo importa cual sea el resultado final, es una victoria moral para nosotrosâ, dijo Dale Gieringer, director ejecutivo de la NORML California, que se opone a la Medida B. âSufrimos la oposición del concejo de supervisores, de los concejos municipales, del sheriff, del fiscal, de grupos cÃvicos adinerados y de los principales medios de la ciudad. Las cartas estaban marcadas, deberÃamos haber perdido, pero esto se ha convertido en una disputa muy reñidaâ, dijo.
Liberty dijo que no se oponÃa ni a la marihuana medicinal ni al consumo lúdico de marihuana, pero que la situación en la Comarca de Mendocino era intolerable. âSoy libertarianoâ, dijo. âCreo que estarÃa en el paraÃso si la prohibición federal de la marihuana en EE.UU. fuera suspensa, pero no quiero que Mendocino sea el único lugar a hacerlo. Esta gente no la cultiva a despecho de ser ilegal, sino a causa de ser ilegal. Cultivan y trafican porque es ilegal y posee un programa federal de mantenimiento del precioâ.
Liberty dijo que el cultivo de marihuana no le afectaba personalmente â pese a que se quejara del âdesamparo entrenado que la dependencia de la prohibición federal de la marihuana trae a nuestra comunidadâ -, pero ello sà impactaba a otros defensores de la revocación. âLas personas que viven cerca de mà cultivan y no me incomoda, pero hay unas cuantas personas que no soportan el olor â apesta bastante en el verano â y ello puede volver sus vidas un infiernoâ, dijo.
âTambién es peligroso porque vale mucho dineroâ, prosiguió Liberty. âConozco a una señora que convive con un cultivo de un millón de dólares por todo a menos de 90 metros de su casa en los jardines traseros de sus vecinos. Hay gente armada que pasa por los jardines siguiendo sus narices en busca de marihuana para robar. ¿Cómo dejar que tus hijos salgan a jugar cuando pasa eso?â
Liberty también mencionó aún otro problema. âHubo gente que cultivó en mi propiedad sin mi permisoâ, dijo. âNo es marihuana medicinal, son meros cultivadores de drogas y criminalesâ. Pero, dijo Liberty, ese incidente es anterior a la Propuesta 215.
La Medida B no trata de los verdaderos problemas creados por el cultivo comercial, dijeron los oponentes. âEsta iniciativa no visa a los problemas creados por los grandes cultivos comerciales â el cultivo en tierras públicas, el daño ambiental -, sino a la gente que cultiva menos de 25 plantasâ, dijo Gieringer. âDesbaratan a los pequeños cultivadores, no a los cultivadores comerciales. Aun con nuestros oponentes admitiendo que no deberÃa ser ilegal, deberÃamos estar tratando de los problemas que acompañan esos grandes cultivos y la Medida B no lo haceâ, dijo.
âHemos presenciado un aumento en el lucro obsceno y criminal con los cultivos comerciales y los cultivos en tierras federales, entonces hubo un contragolpe ahÃâ, reconoció Hamburg. âLas personas empezaron a sentir que la energÃa era distinta, vieron todas estas ganancias excesivas. Estamos en nuestra cuarta década de agricultura de la marihuana por aquà y lo hacemos bien, es una de las ligas que mantiene unida a esta comarca, pero nunca hubo ninguna descarga de pública de tensiones respecto a estos cambiosâ, dijo ella. âLas personas querÃan HACER ALGO y muchas de ellas apoyaron la Medida B al principio, pero eso ha estado cambiando mientras piensan de veras en lo que ello significaâ, dijo.
âEsta medida visa a la gente equivocadaâ, argumentó Hamburg. âSi se quiere tratar de la marihuana, ¿por qué volverse contra la comunidad? Al contrario, ¿por qué no vemos cómo podemos frustrar esos grandes cultivos comerciales? Los cultivadores de familia son personas de mentalidad comunitaria; si son compensados por los dispensarios, declaran su renta. Tienen orgullo de ser jardineros orgánicos. Creemos que deberÃamos invertir recursos y energÃa en la lucha contra el crimen, no en los cultivos de patios traseros, y eso ha estado sucediendoâ.
De hecho, con la elección de un nuevo sheriff y fiscal a fines de 2006, la represión legal a la marihuana se ha puesto más dura y las cifras de la incautación de activos se están poniendo por las nubes â de $100,000 en 2005 a $1.6 millón el año pasado -, pero no son los grandes cultivos ilegales en las florestas nacionales que son objetivados, dijo Hamburg.
âCuando el sheriff persigue a esos grandes cultivos comerciales, todo lo que encuentran normalmente son unos cuantos tipos viviendo en carpas en el bosque â no hay activos que incautarâ, indicó. âTememos mucho que estén visando a los pequeños cultivadores. No se vuelvan contra los ciudadanos honestos que hacen parte de la estructura de esta comunidadâ, alegó. âNo nos conviertan en criminales. No queremos ser delinquentes por cultivar una planta para consumo personal o siete para medicinalâ.
Mendocino no tendrÃa que preocuparse solamente por la penalización masiva si se aprueba la Medida B, sino por la recesión económica. Con mucho, la marihuana es la actividad económica más importante en la comarca y Liberty admite libremente que la victoria puede resultar en tiempos difÃciles, o, como lo dice él, âun perÃodo de ajusteâ.
âTendremos que ajustarnos conforme a los cambios de una economÃa dependiente de la prohibición federal a una que sea orientada por el libre mercadoâ, dijo. âAhora, no se ven empleos normales coexistiendo con esta economÃa de la marihuana. Empleos básicos en la industria que deben ser globalmente competitivos no pueden competir con los sueldos impulsados por el programa de mantenimiento del precio que conocemos como prohibición federalâ.
No importa cual sea el resultado final de las elecciones, la guerra de la marihuana de Mendocino está lejos de terminar. Además, los defensores de un sistema más abierto de cultivo y ventas reglamentados se sienten envalentados. âDespués que regresamos en esta campaña, tenemos mucha fuerza de negociaciónâ, dijo Gieringer. âEsperamos hacer unas propuestas bien previsoras para regularizar el sector en Mendocino y acercarnos de un mercado regulado legalmente que gane dinero para la comarca y mantenga a los criminales y marginales a la rayaâ.
Esté atento.
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