Al aparecer en Londres para un evento con miras a socavar el consumo de cocaína en Gran Bretaña, el vicepresidente colombiano Francisco Santos Calderón aparentaba indicar que las discusiones sobre las políticas de cocaína debían incluir la posibilidad de la legalización. Pero no hay voluntad política para tal, se quejó.

[inline:franciscosantos.jpg align=right caption="Francisco Santos"]Colombia es el principal productor y exportador de cocaína del mundo. La cocaína ha sido una destacada fuente de ingresos tanto para los paramilitares de derecha como para las guerrillas de izquierda, quienes toman parte en una guerra civil de décadas. Ahora, como el consumo crece en Europa en general y en Gran Bretaña en particular, esta semana el gobierno británico anunció un nuevo programa de relaciones públicas para desbaratar la demanda. Santos estuvo en Londres para un evento que daba inicio a ese esfuerzo.

“En el caso de Colombia y de este país, la discusión de la legalización es algo que no tiene la voluntad política o la posibilidad de convertirse en realidad en el futuro cercano”, dijo Santos en comentarios reportados por politics.co.uk. “Entonces, en Colombia, donde muchos grupos ilegales se financian a través de este tipo de operación, no nos resta opción en materia de combatirla. El debate está abierto, pero deseamos que tuviera un sentido más alto en términos de cómo podemos reducir el consumo y la producción”.

No es la primera vez que Santos ha criticado las políticas de drogas actuales. En septiembre del año pasado, Santos constató el fracaso de los programas de erradicación aérea que visaban la coca (la planta de que deriva la cocaína) y pidió un cambio de énfasis en las labores antidrogas.

De acuerdo con el Ministerio del Interior británico, cuyo jefe, el ministro Vernon Coaker, también asistió al evento, la cocaína es la única droga en Gran Bretaña que sufrió aumentos en el consumo desde 1998. Es una droga de Clase A según la Ley de Consumo Indebido de Drogas de Gran Bretaña, siendo la tenencia castigada con hasta siete años de prisión y las ventas con cadena perpetua como máximo.

Aunque el gobierno británico tome parte en una campaña de relaciones públicas para reducir el consumo de cocaína, parece sordo a la sugerencia del vicepresidente colombiano de que se discuta la legalización. Se trata de represión legal, dijo el ministro Coaker del Interior.

La nueva campaña es “apenas una parte de las medidas de represión que utilizamos”, dijo Coaker. “Lo que realmente importa sobre las políticas de drogas, ya respecto al cannabis, ya a la cocaína, es que contamos con un abordaje severo de represión legal con relación a eso, por supuesto que sí, pero además la gente sabe que también tenemos programas de concienciación y tratamiento para que cuando las personas se encuentren en el sistema intentemos ayudarlas y cooperar con ellas”, añadió.